Estimados consumidores del sexo retribuido:
Después de años dedicados exclusivamente a la lectura anónima en el foro he decidido romper con mi egoísmo puteril para dar eco de mi más reciente y lamentable experiencia.
Ahí va la ficha técnica:
Nombre profesional: Dana
Nacionalidad: búlgara
Edad: unos 25, pero mal llevados.
Fecha de la experiencia: ayer
Tipo de visita: Extraordinaria.
Cabello: corte a la moda, teñido de rubio bombilla.
Tarifas: Ofertada: 70+5, contratada: 60+5, aplicada: 70+5
Duración del servicio: 20 minutitos, de los cuales 5min: higienización, 10 servicio propiamente dicho, y 5 de discusión.
Descripción física:
- altura 1,80, con taconazos, 1,60 sin.
- peso: 60 kg
- tipo somático: mesomorfo
- complexión: atlética tirando a fuerte.
- lo mejor de su cuerpo: su culo, grande y redondito.
- Lo peor de su cuerpo: el careto.
Fuma: Si, y por el olor pareciera que ducados
Le huelen los pies: también.
Uniformidad: pantalones vaqueros muy claros ajustados y camiseta de tirantes con ornamentos metálicos en la parte frontal.
Tatuajes: si, en uno de sus pechos corazón medio borroso con el nombre de algún exnovio.
Da besos/morreos: Arriba ni se os ocurra preguntarle.
Francés: no muestra predisposición pero yo tampoco se lo pedí.
Griego: Abajo dice que si, arriba dice que no.
Implicación: Si le pongo cifra quedaría a deber puntos al foro.
Chica recomendable?: Absolutamente NO. Lo peor que me he encontrado en toda mi trayectoria puteril.
Para repetir?: A mi se me repite el estómago nada más q pensar en ella.
Descripción de los hechos:
Noche del sábado para el domingo. 4:30 hora del meridiano de Greenwich, me dirijo al local reseñado en el presente hilo para evaluar la situación logística con opción de descarga si las circunstancias lo requieren.
Cruzo la puerta de entrada principal y distingo dos hombres custodiando el acceso al local, uno a cada lado de la puerta, a la izquierda hombre de raza negra de grande dimensiones, a la derecha vigilante de seguridad uniformado con cara de pocos amigos. Me indican que no es necesario abonar la entrada pero me sugieren deposite 5 eur a modo de propina en el bote cotroso puesto al efecto (mal empezamos…) Me niego a aceptar esas condiciones y propongo pagar la entrada con derecho a consumición, al final me dejan entrar sin cargo alguno.
Nada más entrar y sin apenas oportunidad de pedir consumición soy abordado por un cayo malayo de nombre extranjero. Le presento mis excusas y le hago saber que mis intenciones iniciales se limitan a tomar algo. La chica parece no entender el español, en un esfuerzo por hacerme entender y tras reiterarle lo mismo en repetidas ocasiones pruebo a decírselo en inglés pensando que su condición de jamaicana le impedía entender el significado de mis palabras. En vista de que no asimila la información en lengua alguna procedo a usar la táctica de “voy al baño”. Me cambio de barra y pido un trago.
Observo el percal: unas cuantas veteranas por aquí, una vieja amiga del Diana Plus por allá.. se percibe bastante actividad, continuo tránsito de huéspedes hacia las habitaciones. La calidad del género es de tipo-medio con contadas excepciones, las dos mejores ya están pilladas.
Me tomo la copa tranquilamente y espero al acecho cual Félix Rodríguez de la Fuente en la grabación del apareamiento de la codorniz silvestre ibérica. El tiempo pasa y el caviar no llega a la mesa. El cayo malayo me encuentra, no sin dificultad logro que se marche; entonces, procedente de los alojamientos, llega la susodicha: rubia y llamativa, con buena figura, destaca su prominente y tonificado trasero debidamente modelado bajo unos ajustados vaqueros de tela milimétrica. Se fuma un cigarrillo con una amiga y comienza la ronda. Al aproximarse a mi posición desvelo una cara poco graciable sometida a un exceso de maquillaje dando como resultado un cuadro que podríamos denominar de corte modernista, sino dibujo de algún alumno repetidor de preescolar.
Se acerca, presentación de rigor, y charla previa que transcurre con total normalidad, nada hace sospechar que saldrá rana. A la vista de que no está tan buena como pareciese en un principio, decido que el único incentivo por el que accedería a subir sería que aceptase prácticas anales, me gusta su culo y sería ideal para iniciarme en el la práctica del griego. Me dice que 70 y griego si, le digo que 60 y griego también. Subimos.
Entramos en la habita, busco el primer beso, se aparta y me recuerda que hay que lavarse, intento crear una atmósfera íntima y sensual quitándole sus ropitas pero me dice que me desnude yo, mientras ella se apresura a hacer lo mismo por sus propios medios. Descubro que le huelen los pies y unos pechos pequeños e irregulares vencidos por la atracción gravitatoria; en principio no me importa compensado por el hecho de que su trasero sigue guardando la forma original fuera de su envoltorio textil.
[omito detalles en el baño] Llegamos a la cama, me pongo a chupetear sus tetitas caidas previamente salivadas por clientes anteriores, me dice que no le gusta que le coman las tetas y que le gusta “mandar” a ella; el asunto empieza a oler a chamusquina…; intento acariciarle el conejito con esperanza activar su instinto sexual pero intercepta mi mano y me recuerda que eso tampoco le gusta. Me coloco encima y procedo a la faena propiamente dicha. Muestra su descontento en esa posición. Asumo que el polvo va a ser una puta mierda y que lo mejor que puedo hacer es alargar el ejercicio en una posición ventajosa para mí hasta agotar el último segundo de mi valioso tiempo y así se lo hago saber. Intento otras variantes en las que yo asumo el control, pero tampoco le gusta, insiste en ponerse ella encima, yo sugiero que a cuatro patas, pero no acepta esa postura. Le recuerdo que en conversación previa había accedido a que le follase su delicioso esfínter pero me pone de excusa que mi polla es grande y su culo pequeño. Mosqueando, le digo de buen rollito que para estar así, mejor se baja para abajo, se toma una tila en la barra y me envía a otra tía para arriba. Me corto un poco y procuro no llegar a un confrotamiento suficientemente serio como para echar a perder la inversión.
Me da a entender que la única opción que me queda es dejarla a ella encima y olvidarme de todo lo demás. Aún conociendo sus intenciones le dejo que se ponga encima desde donde entrega todo su celo para intentar que me corra lo antes posible, ayudándose para ello de rápidos movimientos de cadera y reduciendo el recorrido al primer tercio superior de mi miembro viril, procedimiento que interrumpe para terminar con la mano y así acelerar el resultado final.
Enfadado y con sentimiento de haber sido engañado valoro la situación y descarto una reacción violenta por miedo a que los vigilantes rencorosos por no haberles dejado propina decidan vengarse de mí. Opto pues por la vía diplomática, le digo a la tía que si le mola vacilar a la peña, mejor se vaya y pruebe en el club de la comedia, pero que por lo menos no engañe a la gente, me dice que le da igual lo que piense la gente, que siempre tendrá clientes nuevos y que si sigue trabajando así pronto se retirará. Me doy la vuelta y abandono la habitación.
De camino a la salida hago escala en la recepción y solicito hablar con el encargado. La mami descuelga el teléfono y le dice que un cliente quiere hablar con el. Rápidamente se presenta un caballero de talla XXL corbateado. Le presento mis excusas por molestarle y le expongo que el servicio prestado ha sido muy deficitario. Sin entrar en detalles le hago una breve descripción de los hechos y le indico que no espero ninguna respuesta en consecuencia, sino que simplemente deseaba dejar constancia del incidente con el propósito de que pudiese ser útil en el caso de que otros clientes hubiesen dado conocimiento de similares quejas o lo hiciesen en un futuro. El hombre muy amable, desde un principio muestra interés por saber de que chica se trata y tras identificarla, delante de mí, le pide a la mami que en cuanto la vea le diga que pase a verle a su despacho. Me agradece mis comentarios en repetidas ocasiones, nos despedimos y abandono el local.
Un saludo.
Veterano
Forero del todo a cien
Novato de mierda
