Cannabis
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Bueno, ya sé que va a levantar ampollas, pero me solidarizo completamente con tito Torbe -no porque sea él, sino porque creo que tiene razón-. La moda del blanquito con manzana azul ya cansa. Si tienes un pc, eres subnormal. Los diseñadores usan Mac, porfa! Cuestan el doble, pero no valen el doble. La mayoría de sus usuarios ni saben lo que tienen entre manos ni como sacarle partido (como tampoco saben sacárselo a un Windos XP y sus suite de aplicaciones), pero son tan "in". ¿Estabilidad? Bueno, aparte de que si un windows no lo marraneas con cien mil programas y juegos -que simplemente no están disponibles para Mac- es perfectamente estable, ¿Por qué no usan los bancos y cajas o la bolsa Mac? No, señores, usan máquinas IBM con el antiguo pero totalmente estable OS/2. Ampliación en un Mac: No posible, señol! ¿Fiables? Cualquiera que conozca un SAT de Mac sabe que no dan por el culo a mi madre todo lo que a ella le gustaría, pero simplemente el propietario de un iPod y un iBook jamás te comentará: Sabes qué? Se me ha roto el Mac, oshe! Recientemente han explotado algunos MacBook, pero claro, la culpa es de las baterías, que son de Sony. Es cierto, pero, entonces ¿Por qué se reían y decían que era la típica baja fiablidad de los PC cuando les pasaba a los Dell o Compaq? También eran baterías de Sony. Estaría toda la tarde escribiendo, hay cien mil argumentos para no necesariamente estar en contra de Mac, es un buen producto, pero también es mejor un Fujitsu o Sony Vaio que un clon pestoso, es cuestión de pagar, y en el caso de Apple, mucho, demasiado a veces. A algunos de los portátiles de bastante más de mil euros, les faltan ranuras de expansión y lector de tarjetas. De juzgado de guardia. ¿Sabéis que la rueda de control de iPod es una de las piezas más cambiadas en la historia de la electrónica? Es muy bonita y práctica, pero si se rompe con sólo mirarla...¿? De todo esto se deduce lo que ocurre en casi cualquier aspecto del consumo: Que hay gente -en este caso moñas calvitos- que más que adquirir algo por las prestaciones o calidad reales, se vuelca en un objeto de diferenciación, sea Apple, Bang & Olufsen (más de lo mismo, pero al menos hace unos años se oían y se veían bien, ahora ni eso), o ir a comer al Bulli sin tener el más mínimo paladar. Pena de país.