ilovegintonic rebuznó:
No, si que lo habías sido ya me estaba oliendo yo, a ver con quién te crees que estás hablando, chaval; Sherlock Holmes a mi lao un aficionado..
Cuéntanos cosas. ¿Qué edad tenías? ¿Qué te decían tus padres? ¿Qué te dijeron tus amigos el día que apareciste con el pelo al uno? ¿Qué se siente al tener que ir siempre con la puta bomber aunque haga veinte bajo cero? ¿Se ligaba? ¿Algún incidente con la pulisía? ¿Ibais adrede a pegaros? ¿Se ligaba? ¿Por qué esa idea de que para demostrar personalidad te tienes que poner un uniforme como otros doscientos mil? ¿Se ligaba? ¿Cuándo se te pasó la tontería? ¿Qué queda de aquello a día de hoy? ¿Se ligaba?
Como dije en otro hilo, actualmente estoy desvinculado de toda movida callejera y ya hace bastante tiempo que dejé de ser skin. Pero sobre lo que planteas... Pues en principio estás bastante equivocado con la indumentaria. Digamos que hay una división radical en lo que a estética se refiere en dos versiones: una que apuesta por la estética que se llevaba en los inicios del movimiento y que está menos contaminada por la influencia de la estética punk; y otra que surge con el "revival" y que está más infectada por el punk y es cuando se empieza a utilizar bomber, pantalones "lejiaos", pantalones militares...
Así que eso de llevar la bomber siempre pues como que no. Para eso estaba el "Combrie", el "Donkey" o el "Sheepskin" con su cuello de borreguillo. Aunque como a servidor no le llegaba la pasta para el Donkey original pues se tuvo que conformar con un excelente abrigo de paño que hacía las veces de Donkey, e iba uno bastante elegante y bien abrigadito cuando el frío apretaba.
Donkey
Crombie
Sheepskin
Cuando aparecí rapado en casa fue un auténtico shock, porque ya vieron que las tonterías del niño iban demasiado lejos y la verdad que no se lo tomaron muy bien. Ni se lo fueron tomando mejor conforme pasaban los meses, los años... Y seguía la tontería.
Incidentes con la policía y con lo que no es la policía ha habido para dar y tomar. De hecho, ese fue el punto y aparte para dejar la estética tras una movida bastante gorda, con los consecuentes jaleos de juicio, condena y demás. Si a eso le sumas el encontrar un buen empleo de cara al público pues hace que te tengas que replantear ciertas cosas.
Yo no sé los demás, pero yo entré porque era un crío y en los primeros noventa el ser skin era, digamos, la vanguardia del nacionalsocialismo, los guerreros del asfalto. La estética y la música pues gustaba, pero el enganche fue la política. Para qué voy a ser un hipócrita y pintar la cosa como otra cosa. Lo que ocurre es que cuando empiezas a profundizar en la cultura pues te engancha. Y empiezas a darte cuenta de que la política está jodiendo la base estética y musical de una cultura juvenil, que a tu lado sólo tienes a gente vestida como fantoches (salvo contadas excepciones) y que una cosa es una cultura juvenil y otra bien distinta es las ideas políticas que uno pueda tener. Pero desde luego que no fue para ser el más malote ni nada por el estilo, entre otras cosas porque skins en mi ciudad muy poquitos. Pero muy poquitos. Así que hacerse skin tenía más inconvenientes que ventajas.
Los palos te venían solos, aunque mentiría si dijera que tal o cual noche directamente se iba a poner fino a determinada peña. Pero todo en la vida tiene ida y vuelta. Y lo mismo que tú pegabas otros te pegaban o te iban a pegar. Eso no difiere en demasía con la inmensa mayoría de jóvenes españoles que han salido, se han pegado o les han pegado. Y como en todos lados, había gente que se hacía respetar sola, que no necesitaba llevar a nadie al lado para darse de hostias o que tenía sentido del honor y decencia. Y gente, por descontado, que era una puta basura.
Ligar se ligaba, te lo creas o no. Era curioso porque en la facultad niñas que empezaban casi con la voz temblando cuando hablaban conmigo luego terminábamos liándonos. Cosa que ni yo lo entendía y que hacía cierto el axioma de "todas putas". En el lado contrario estaba el hecho de que siempre tenías que estar a la defensiva, que tenías siempre la sospecha o certeza de que la gente no era sincera contigo y que en las relaciones siempre había una mezcla de temor/odio (pasar por un parque y que la gente se quede callada de sopetón al verte, o al entrar a un bar... pues son cosas que no gustan).
La verdad que fue la mejor etapa de mi vida en muchísimos aspectos, con todo lo que había que soportar y no me arrepiento de nada de aquellos años.