Pues mira, sí. La mayoría de skins que hubo en España en la década de los noventa eran de ideología nazi, y no se vestían así porque hubiera una música, una estética o una serie de actividades lúdico festivas que les atrajeran. Lo que les atraía de ahí era el rollito nazi, como los de tu avatar (que supongo que será casualidad), como los de la foto que ha puesto Cáncer de Colon, que no creo que estén haciendo todos brazo en alto pidiendo un taxi). Y conocí no pocos, la verdad. No pocos. Entre ellos, a uno de los que fueron condenados por el asesinato de Lucrecia Pérez, ya que veraneaba en el mismo pueblo de la sierra que mi mejor amigo (imaginario porsupu) de por aquel entonces, si bien a este de pasada. En mi instituto los skins fueron una puta plaga, donde había no menos de tres o cuatro por clase, y en un instituto donde las letras de los cursos llegaba hasta la M eso supone una buena pandilla dando por el culo. y, supongo que será casualidad, todos eran nazis. De hecho aparecieron todos ellos un día 11 de octubre, previo al día de la Hispanidad, con brazaletes con la bandera de España y en lugar del escudo una esvástica. Luego de política o de historia no tenían ni puta idea, y no sabían quién coño era Goering o Rudl, por ejemplo, pero se decían nazis y te venían a dar la puta brasa con unas (iba a decir lecturas, pero va a ser que no eran los más leídos de la clase tampoco) con unos discursos mal argumentados y peor digeridos sin ningún fuste.
Los skins que eran skins por cuestiones estéticas y sin ningún tipo de filiación política eran una ínfima minoría. La grandísima mayoría eran esa clase de nazis de pastel, como podían haber sido otra cosa si hubiera sido la que hubiera estado de moda en aquel entonces, y a lo que se dedicaban era a ir de justicieros callejeros atacando a quienes pertenecieran a 'tribus' diferentes, ya fuera heavys o hippies, o a los cuatro negros que en ese momento había en España. Y no iban de uno en uno, no, iban en plan veinte contra uno, o si se sentían especialmente valientes, veinte contra dos, justamente como Empty Words acaba de contar que le pasó a él. Sólo había un poco de paridad cuando casualmente daban con la horma de su zapato y se encontraban con otros veinte pero de otro bando.
Por otro lado, y para que te enteres, esta búsqueda de la identidad de grupo, el uniformarse todos iguales, el ir en manada (y aquí no hablo ya sólo de skins, que también, sino que para esto me vale lo mismo los perroflautas o los pijos peperos del flequillito) es típica de quienes buscan el amparo de la masa para cubrir carencias, para encontrar su lugar dentro de un grupo que los acepta, y esto es algo que la sociología y la psicología han dejado más que claro en infinidad de ocasiones, porque el que tiene personalidad y le vale consigo mismo no necesita copiar hasta la indumentaria, que es que en todas las fotos todos van clavados con el mismo modelo hasta de calcetines. Un puto uniforme para así ser aceptados, y los uniformes no sólo te uniforman por fuera, sino también por dentro. Qué casualidad, que de repente a todos les gustan las mismas marcas combinadas de la misma manera, ¿no?
Y decid lo que os salga de la polla de Inglaterra en los 80, el caso es que ninguno de vosotros estabais en Inglaterra en los 80, sino en España en los 90, cuando skin=neonazi. Que parecéis estos drogatas que te vienen y te dice que si tal droga en la cultura nosequé es para contactar con los dioses o no sé qué pollas. Muy bien, tío, pero tú ni estás en esa cultura ni tienes dioses, tú la tomas para colocarte, así que no me vendas motos.