A ver, el padre ese que va con la camiseta de la selección en la manifa catalana es gilipollas. Lo mismo que la tía que se pone en tetas en mitad de los san fermines e igualito que el gran mongol que va peluco en mano por un barrio de gitanos. ¿Sentido común? No, no, que respeten mis derechos y blao bloa... NO, eso es ser gilipollas.
No está bien y no hay justificación para que le den de hostias, para que te roben el peluco o para que te soben de arriba abajo pero tienes que saber dónde te metes porque el mundo, oh noticias nuevas, NO ES JUSTO, no es imparcial y la vida no es de color de rosas.
Yo también fui a celebrarlo a Moyua. Y aquello era una fiesta, aunque había mucho puto extranjero, y cuando digo extranjero me refiero a guiri no a español. Ah, y los cubatas en vaso de plástico a 7 euros. Me tomé uno... porque me invitaron.
Ahora también te digo, siendo sincero, contesta, ¿cuántas veces has visto tú, estando de fiesta una camiseta del Real Madrid o de la selección española un sabádo por la noche?
Ya te respondo yo, soy de Bilbao, y la cantidad es 0. ¿Por qué? Por algo obvio, no quieres meterte en líos.
No sé qué hostias estamos discutiendo, es como si me negaseis que el agua moja, que las mujeres tienen secretos o que el cielo es azul (subforo cine guiño).
Yo no digo que todos los vascos les tengamos asco a los madrileños porque, para empezar, yo soy VASCO. Yo se lo tengo a ILG pero también a Mundele, así que 1-1= 0.
Lo que digo es que, el sentimiento nacionalista vasco es perfectamente cacareado a los cuatro vientos mientras que el patrio español no es cool, no está a la moda, es algo anacrónico y viejo que está mal visto. Quizás se debe a la cobardía de los últimos o al ímpetu de los primeros, no lo sé, pero lo que sí sabemos tanto tú como yo o como cualquiera que haya vivido aquí, es que la libertad de expresión en ciertos entornos que deberían ser normalizados no lo son.
¿Que en Madrid pasa igual? No lo sé, puede que sí, puede que no, yo he estado con una mochila con la Ikurriña y no he tenido problemas, pero no tengo ni idea y me importa tres cojones lo que pasa en Madrid.
Es más, otra anécdota, esta ya la he contado alguna vez creo. Venía de un partido de padel en Sani, barrio de Bilbao, y tenía una camiseta amarilla de ciclismo y una sudadera roja que me puse al final del partido (no me duché como buen forer) para ir al bar a tomar unas cañas. Cuando estábamos en la calle un viejo paró y me señaló la camiseta, yo pensaba que quería decirme algo sobre el equipo ciclista pero no, me dijo que si no iba provocando. Ni yo ni mi colega nos percatamos hasta que me dijo "la bandera". LOL. Ahí, con dos cojones, conexiones neuronales a tope en el cerebro del viejo para unir que una sudadera abierta roja y una camiseta amarilla era señal inequívoca de que un sucio español había invadido su territorio.
¿Con esto estoy diciendo que todos los vascos somos así de mongos? No, claro que no, como ese viejo pasaron otros 100 y nadie dijo nada, nadie miro mal y nadie (supongo ya que en sus cabezas no estoy) relaciono las dos prendas de colores con la bandera. Pero un gilipollas sí. Un gilipollas, en un barrio de la periferia donde posiblemente el único euskera que sepa es "kaixo eta agur", pero ya tenía que venir a decirme algo que me importaba tres cojones y que nadie le había preguntado. A eso es a lo que me refiero con la libertad de expresión, que siempre habrá algún gilipollas, y más si van juntos, que te tocará los cojones.
A mí no me gusta pero está asumido y sólo señalo una realidad.
Otra anécdota: En la fiesta del barrio si ibas con tu propio vaso te servían de gratis en algunas choznas una especie de zurracapote, se puede decir que nos conocemos todos, pues bien, se me ocurrió la brillante idea de salir con una taza del Real Madrid
, ni qué decir tiene que en algunas no me sirvieron, en todas me dijeron que a dónde iba, que si me escupían y tal. Por supuesto esa noche mi taza acabó destrozada.
Lo de escupir y otras bromas son entre gente colega y conocida, obvio que no me escupían; luego lo de no servirme me sorprendió en una de ellas, pero no le voy a obligar y tampoco voy a ponerme como un energúmeno porque no lo hagan, al menos me sirvió para catalogar al imbécil que lo hizo. Ah, y por descontado que YA SABÍA que la taza no llegaba sana y salva de vuelta a casa porque entre mi propia cuadrilla hay de todo y un par no pararon hasta que pudieron robarme la taza en uno de mis múltiples descuidos.
De la misma manera que asumía que mi taza no iba a volver a juntarse con sus hermanas en la segunda balda de la cocina también asumo la sociedad en la que vivo y lo que he querido hacer en este hilo es señalarlo.