conchudo
Veterano
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Victor I rebuznó:Pero es que Cataluña no es Bután ni Rodhesia ni siquiera la República Democrática Federal de Transcaucasia. Cataluña es la tierra donde viven muchos españoles, catalanes que miran la rojigualda con el mismo arrobo que cualquier ciudadano de bien cada vez que atraviesa La Castellana a la altura de Colón. Catalanes son ahora familiares míos, hijos de castellanos emigrados en los 60. Catalanes los hijos y nietos de millones de andaluces que llegaron a Hospitalet y a Cornellá décadas atrás. No son extraños ni enemigos. Pueden pesados, aburridos, ventajistas, algo fenicios, pero no son como cualquier otro país del mundo. En Buenos Aires unos cuantos catalanes han ido a defender (conspirar en nuestra contra, tal vez..) la candidatura madrileña. Catalanes son también Pedrosa y Márquez apoyando la injustamente defenestrada candidatura de nuestro Madrid. Catalanes avanzan en manada sobre el parquet esloveno defendiendo nuestra gloriosa selección de baloncesto, confrontando sus cuerpos sudorosos y su torva y barbuda faz contra las falanges enemigas.
Puedo abrirles la puerta para que se vayan con la tabarra, justificada o no, a otra parte. Pero no puedo mirarles como extraños. Porque hemos compartidos siglos, guerras y mundiales de fútbol. Porque un catalán llamado Miró y otro de la misma tierra llamado Dalí, ambos, sin embargo, inequívocamente españoles, fueron a París a pedir consejo y protección a un malagueño llamado Pablo, precisamente por la casualidad y el honor de compartir la misma patria. Podemos separarnos, podemos devolvernos los libros y los regalos y litigar por la custodia del caniche, pero siendo otro país distinto no serán nunca otro país igual al resto de países que no son, para su desgracia y su deshonra, un país llamado España. El padre perdonó al hijo pródigo...¿no es la nobleza la virtud más señalada de este bendito pueblo? ¿Acaso puede un español comportarse en contra de su natural dadivosidad y grandeza? Oh, no, no me veo con fuerzas para rechazar a la oveja descarriada que con amoroso balido reclama refugio de nuevo en la manada. Somos españoles querido, nobleza obliga.
Es que no se puede tener todas las ventajas de ser independiente y ningún inconveniente
