Emogado
Pido pollas por mp
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Hola. Siento una grandísima envidia cuando veo vídeos de cyborgs que oyen por web
No sólo porque todos ellos parecen contar con el apoyo y hasta el cariño de otras personas, sino que además tienen la posibilidad de desconectarse del mundo exterior con un click. Alguien dijo una vez que se puede vivir sin pensar, yo añadiría que se puede vivir sin ver, lo que se hace muy difícil es vivir sin oír. El ruido ambiente, el tráfico y sus bocinazos de gilipollas, el puto silbidito de Samsung que, indefectiblemente, todas las amebas mentales ponen de alerta en el whatsapp para así compartir con el resto de mortales, la alegría de recibir un nuevo mensaje... Y en especial y sobre todas las cosas, ese desagradable ruido que os empeñáis en hacer, a todas horas, con el otro extremo del agujero del culo. Si vivís en una gran ciudad y tenéis que sufrir a diario esa tortura que supone usar transporte público, sabréis que siempre habrá, como mínimo, una puta hablando a gritos por el móvil, haciéndonos a todos los presentes, partícipes forzosos de sus conversaciones de mierda.
Y si dejar de escucharos debe ser Gloria, no tener que hablaros es la Gloria con topping de crema, la auténtica salud y demás. Les haré una pequeña confidencia, cuando tenía unos 11 o 12 años, siempre metía presión a mis padres para que, durante el verano, se fueran a tomar por culo y me dejasen sólo en casa durante al menos una semana. Se iban convencidos de que lo hacía para invitar a hamijos imaginarios a jugar al MSX y hacernos pajas grupales cuando, en realidad, el motivo era poder estar tranquilo sin tener que despegar los labios más que para alimentarme. Hay mucha gente que dejará este mundo sin conocer la inmensa paz que proporciona el pasarse, como mínimo, 3 o 4 días sin pronunciar palabra alguna. El rico de verdad no es que puede permitirse vivir alejado de la chusma sino el que no tiene la necesidad de hablarle a nadie. Los mudos son la verdadera aristocracia, no hay nadie por encima de ellos.
Y qué decir de esos vagos de mierda que sólo se levantan de la silla de ruedas para dormir, cagar o que les bañen, que ni para eso quieren valerse por sí mismos. Que alguien me diga dónde hay que firmar para pasarse la vida sentado y que encima el Estado te regale una paguita no contributiva. Eso es tener morro y no el Bárcenas, a él, por lo menos, no hace falta bañarlo ni llevarle a que haga caca.
Resumiendo, que ser discapacitado tiene muchas más ventajas que inconvenientes porque follar, lo que se dice follar, íbamos a follar lo mismo y encima, te mantiene el Estado como si fuéramos andaluces o funcivagos y la gente se siente obligada a fingir que les preocupan nuestras necesidades, aunque sólo sea un poquito.
Discapacidad = win.
No sólo porque todos ellos parecen contar con el apoyo y hasta el cariño de otras personas, sino que además tienen la posibilidad de desconectarse del mundo exterior con un click. Alguien dijo una vez que se puede vivir sin pensar, yo añadiría que se puede vivir sin ver, lo que se hace muy difícil es vivir sin oír. El ruido ambiente, el tráfico y sus bocinazos de gilipollas, el puto silbidito de Samsung que, indefectiblemente, todas las amebas mentales ponen de alerta en el whatsapp para así compartir con el resto de mortales, la alegría de recibir un nuevo mensaje... Y en especial y sobre todas las cosas, ese desagradable ruido que os empeñáis en hacer, a todas horas, con el otro extremo del agujero del culo. Si vivís en una gran ciudad y tenéis que sufrir a diario esa tortura que supone usar transporte público, sabréis que siempre habrá, como mínimo, una puta hablando a gritos por el móvil, haciéndonos a todos los presentes, partícipes forzosos de sus conversaciones de mierda.
Y si dejar de escucharos debe ser Gloria, no tener que hablaros es la Gloria con topping de crema, la auténtica salud y demás. Les haré una pequeña confidencia, cuando tenía unos 11 o 12 años, siempre metía presión a mis padres para que, durante el verano, se fueran a tomar por culo y me dejasen sólo en casa durante al menos una semana. Se iban convencidos de que lo hacía para invitar a hamijos imaginarios a jugar al MSX y hacernos pajas grupales cuando, en realidad, el motivo era poder estar tranquilo sin tener que despegar los labios más que para alimentarme. Hay mucha gente que dejará este mundo sin conocer la inmensa paz que proporciona el pasarse, como mínimo, 3 o 4 días sin pronunciar palabra alguna. El rico de verdad no es que puede permitirse vivir alejado de la chusma sino el que no tiene la necesidad de hablarle a nadie. Los mudos son la verdadera aristocracia, no hay nadie por encima de ellos.
Y qué decir de esos vagos de mierda que sólo se levantan de la silla de ruedas para dormir, cagar o que les bañen, que ni para eso quieren valerse por sí mismos. Que alguien me diga dónde hay que firmar para pasarse la vida sentado y que encima el Estado te regale una paguita no contributiva. Eso es tener morro y no el Bárcenas, a él, por lo menos, no hace falta bañarlo ni llevarle a que haga caca.
Resumiendo, que ser discapacitado tiene muchas más ventajas que inconvenientes porque follar, lo que se dice follar, íbamos a follar lo mismo y encima, te mantiene el Estado como si fuéramos andaluces o funcivagos y la gente se siente obligada a fingir que les preocupan nuestras necesidades, aunque sólo sea un poquito.
Discapacidad = win.