
https://www.elconfidencial.com/economia/noticia.asp?id=3921&edicion=30/05/2006&pass=
La presión fiscal se dispara: en un año sube un 1% del PIB ó 204 euros por español
La presión fiscal se dispara. Los últimos datos que acaba de publicar la Secretaría de Estados de Presupuestos indican que en 2005 la carga fiscal total representa ya el 35,57% del Producto Interior Bruto (PIB). Lo relevante, sin embargo, no es el porcentaje -que todavía se sitúa algo por debajo de la media existente en la Unión Europea (unos tres puntos)-, sino la velocidad de crecimiento, toda vez que en tan sólo un año la presión fiscal ha subido nada menos que un 1% del PIB, es decir, algo más de 9.000 millones de euros. Dicho en otros términos: la carga fiscal media por ciudadano ha subido en 204 euros.
Se trata del incremento más elevado de los últimos 20 años, y triplica a la media de los últimos cinco ejercicios. Como recuerda el informe de Hacienda sobre la actuación de las Administraciones Públicas, “la presión fiscal en el periodo 2000-2005 registra un avance de 1,66 puntos porcentuales, cifra que representa un crecimiento medio anual de 0,33 puntos”, es decir, prácticamente la tercera parte de lo que ha crecido en el último año.
Mientras que el PIB ha aumentado un 8% en términos nominales (incorporando la inflación), los recursos fiscales de los que han podido disponer las distintas administraciones públicas han aumentado un 11,1%, lo que explica el aumento de la presión fiscal global, ya que la individual se ha mantenido estable.
Ese fuerte incremento hay que achacarlo a un aumento de la actividad productiva, más que a una revisión general de los tipos impositivos, que en 2005 quedaron nominalmente congelados.
IVA y Sociedades, los impuestos más dinámicos
Según los datos de Hacienda, prácticamente la mitad de la subida de la presión fiscal (4,3 décimas) es consecuencia de la mayor recaudación por el Impuesto de Sociedades, que se ha convertido en el tributo más dinámico de la mano de la buena evolución de los beneficios empresariales. El Impuesto de Sociedades representa ya el 3,9% de la recaudación total, lo que supone más de la mitad de lo que ingresa Hacienda por IRPF. Y es que las sucesivas reformas del Impuesto sobre la Renta han acabado por mermar su capacidad de recaudación, que en relación al PIB es hoy inferior a la que se registraba en 2002.
A destacar también la evolución positiva de los impuestos ligados a la producción (IVA), que han pasado del 11,9% del año 2000 al actual 12,5%. El Impuesto sobre el Valor Añadido y el de Sociedades, de hecho, explican que la presión fiscal haya pasado de representar el 33,91% hace cinco años al actual 35,57%, lo que pone de manifiesto cómo España se va acercando a la media de la UE en presión fiscal, pero con un ritmo cada vez más acelerado.
Entre la primera reforma fiscal de la democracia -derivada de los Pactos de la Moncloa de 1977- y los años 1987 y 1988 se produjo un rápido avance que se interrumpió después, a partir de que la presión fiscal rompiera la barrera del 30% del PIB. Esa desaceleración es la que ha desaparecido en 2005, año en el que la carga tributaria ha vuelto a incrementarse de forma brusca, calculando un PIB equivalente a 904.323 millones de euros en 2005.
La Administración Central, principal responsable
El aumento de la presión fiscal tiene un culpable principal, la Administración Central, que es responsable del 60% del incremento, mientras que el 40% restante procede de las comunidades autónomas, ya que los ayuntamientos han mantenido en líneas generales su presión fiscal en relación al PIB. El que haya mantenido su porcentaje no significa que no hayan aumentado sus ingresos, sino que éstos han crecido igual que el Producto Interior Bruto nominal (un 8%). En cualquier caso, muy por encima de la inflación.
Y es que buena parte de los aumentos de recaudación se producen, precisamente, por la existencia de unos precios que crecen muy deprisa, lo que permite a las administraciones públicas recaudar más, ya que los tipos impositivos se aplican sobre bases más altas. Es decir, la inflación -un 4%- se ha convertido en el mejor aliado de los distintos gobiernos a la hora de aumentar la recaudación. Cuanto más inflación, mayores ingresos.