Cuando viví en Paris tenía un colega gabacho que afirmaba que ella y Vincent Cassel se montaban juegos de lo mas morbosos y a veces escabrosos. Me contaba que les iba el dogging y los glory holes, o sea, en mi puta mierda de opinión que no vale ni para tomar por culo, se camuflaban con gafas, gorras o sombreros, abrigos largos etc y se iban a diferentes glory holes de la zona de Pigalle o bien al bois de Boulogne, conocido lugar de encuentro de doggers parisinos. De modo que la señorita Belucci se dedicaba en ratos perdidos a mamar pollas de moros, gordos y freaks de la capital francesa a los ojos de su marido.
Ni que decir tiene que me dí 700.000 vueltas por los garitos mas casposos de Pigalle y por el dichoso bois, pero nunca la vi. Se ve que el puto gabacho me vaciló, pero cada vez que iba me sentía como Maiki persiguiendo a Willy el tuerto y aún hoy me gusta pensar que esa leyenda urbana es cierta, solo imaginarlo ya da para mas pajas que todos los videos de Turbo juntos, salvo el bukkake de Ali Cat por supuesto.