Mira, no empieces, tengamos la fiesta en paz. Pues me ha gustado mucho. Muy buen arranque, directo a lo que interesa, sin perder el tiempo en construir afinidades entre las víctimas y el espectador, algo que consiguen más a lo largo de la película a través de los padres. Se hace un pelín larga por querer mostrar todas las dificultades que pasaron, demasiado viaje de ida y vuelta de unos y otros, pero es un fallo menor. Me quedo con que es una película que refleja la realidad de la especie humana, en donde una vez más hombres blancos heterosexuales occidentales tienen que usar su tecnología, su ciencia, su cultura y su capacidad física superior para salvar el día. Me ha hecho gracia la escena en la que los salvajes rezan a sus ridículos dioses pidiendo, ¿qué? ¿Que el opresor hombre blanco heterosexual occidental venga una vez más a solucionar la situación?