Hoy se volvió a ver la gran carencia del Barcelona: profundidad de banquillo. Podríamos hablar de la mala eliminatoria de Messi (desde luego) o lo poco que ha rendido en la última mitad de temporada Cesc, por ejemplo, o como apuntaba Spawner, lo vieja que se está quedando la columna vertebral, formada por Puyol y Xavi, que no parecen tener recambio a la vista, pero no sería ser del todo justo.
Aún siendo cierto todo esto, la eliminatoria estuvo al alcance de la mano, porque el Chelsea haciendo nada y menos consiguió el premio gordo, pero lo preocupante es ver que si se atasca el partido, el único que lo puede desatascar es Messi y si a Messi le rodea hasta el utillero, no hay nada que hacer.
El problema para el Barça, el por qué ahora mismo no estamos hablando de una temporada casi perfecta, de estar a un punto del Madrid y en la final, es que resulta del todo imposible que el Barça pueda adaptar su juego a otro guión que no sea el suyo. Y el Chelsea y el Madrid lo han hecho a la perfección, se ha jugado el partido que han querido y el Barcelona, con aproximadamente doce ocasiones claras en dos partidos (hablo por la eliminatoria ahora) no ha sabido aprovechar las mínimas posibilidades que ha tenido ante dos equipos que, como digo, han hecho jugar al Barcelona su partido y no el de Guardiola.
No voy a colgar a Guardiola, pero se ha equivocado en partidos importantes este año y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal), lo más grave, en la planificación de la plantilla, porque está claro que es un lujo poder contar con un enano que puede llegar a los sesenta goles este año, pero es completamente necesario tener un jugador distinto. Keita no puede ser ese jugador y tal vez Soriano (ojo, tal vez, es solo un ejemplo) sí podía serlo.