Vacaciones desastrosas en familia LoL.

Tranquilo. Mañana rebuscaré y a ver si me hago con material para batallitas del infame levante español, que supongo serán similares en parte con las de muchos de los aquí leyentes.
 
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Viajes a La Rioja en un Simca 1000 del año la polca, con la misma cinta metida en el radio casette una y otra vez, tebeos y juegos para pasar el viaje que sólo servía para que nos mareáramos y parar a potar. Nos subía mi madre y nos soltaba donde su hermana, quince días entre vacas, corderos, gallinas, paseando por el monte, una piara de críos sueltos por el pueblo a cualquier hora, bajar a las piscinas y comer emparedados. A las dos semanas se acercaba mi padre a recogernos y chau, a pasar los días de verano haciendo lo mismo pero sin corderos pasando por medio el pueblo.
También me mandaban a la playa, donde la hermana mayor de mi padre, me recogía un tío suyo que hacía ruta y pasaba por Tossa de Mar, o a la montaña, con el grupo excursionista, que nos devolvía a la semana rebentaos pero satisfechos.
El peor verano que pasé fue uno en que se emperró que me apuntara a un casal. Eso era horrible, era ir al cole, tener horario de cole, pero obligándote a jugar a lo que ellos decían y con quien decían. En la primera semana me escapé tres veces, le acabé suplicando a mi madre que me dejara estar en casa, que desdee el cole se escuchaba el chapoteo de otros niños más suertudos en la piscina, que qué había hecho yo para merecer tal castigo, que no podía ni comerme mi frigurón tranquilamente mientras veía El gran héroe americano, pillar la bici o leer tranquilamente joder.
 
En el R12, luego un R21.
A Alcocéber, a Puentedeume.
Con Boney M y Bananarama en el radiocasete.
Sacando navajas de la playa. Desayuno con tostada bien hecha y haciendo el 7 (o eran 8?) diferencias de La Voz de Galicia.
Tormentaza en pleno retorno desde la playa al apartamento.
Juegos, risas y despreocupación.

Recuerdos de cuando era feliz.
 
No sabéis lo que es tener como 10 o 12 años,que tu tía (la madre de tu prima/amor platónico de 20) te invite una semana a unos apartamentos que han alquilado y que en el coche te enteres que va su novio,que "te toque" en su apartamento y te pases la semana escuchándolos fuckar a través de la pared... :sufromucho:
No. No lo sabemos. Cuéntanoslo.
 
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Mi loca tía, cuando vino mi padre a pasar un fin de semana, era reacia a que la viera en bañador, y se fue a otra parte de la playa, separada de nosotros. Se durmió y se quemó tanto que le dio fiebre y le salieron ampollas. Es que fue divertidisimo.

Hostia, qué lol de tía, pon fotos, que ya e stará muerta. ¿Era la hermana o la cuñada de tu padre?

Un suplicio necesario y luego si sale bien la leche.

Y si sale mal...un dolor de huevos.


Qué cuadro, no me lo espera, me he quedado turulato.

Tu ya venías turulato de serie, no nos mientas.



Yo creo que nunca hice unas vacas de esas en familia propiamente dichas. A los doce años conocí el mar de casualidad, porque vinieron mis tíos de vacaciones y los llevaron a Acapulco 3-4 días. Hoteles humildes, pero sin reserva, luego no tenían todos los días disponibles y hubieron de ser dos. Un año antes , el día de la final del mundial España ochenta y dos, fuimos una semana a oaxtepec. Que vendría siendo como las pircinas de los pobres. Algo así como vivir en Madrid e ir de vacaciones a la piscina municipal de móstoles. Me picó un abejorro en un dedo por querer sacarlo del agua, que estaba medio ahogado, y se me puso como un a pelota, estuve la semana entera adolorido que no podía tocar nada con el dedo que veía las estrellas. Por lo demás bien, me convertí en el capricho de las nenas a los once años.

Luego fui un par de veces con mis tíos a benidor en Semana Santa, dos semanitas, y otra vez a visitar a unos primos a Barcelona una semana con 16-17 años, y esas fueron todas mis vacaciones fuera del pueblo.
 
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Hostia, qué lol de tía, pon fotos, que ya e stará muerta. ¿Era la hermana o la cuñada de tu padre?
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Tenía las tetas gordas, pero no tenía ningún atractivo, era mi tía la loca. Cuñada de mi padre. Vive y tiene 65 primaveras, pero veranos le faltan.
 
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No tengo quejas, mis vacaciones en familia fueron muy dignas, me tocaron unos padres viajeros.
 
Recuerdo también unas vacaciones de cuando tenía 6 años.
Con un Barreiros subiendo Pajares (verídico)
Fuimos con el tacsi de mi padre, un 1500 con motor Barreiros. Mi padre conduciendo, mi madre en el otro lado, en medio mi hermano (4) y yo.
Atrás un matrimonio con dos niñas de similar edad a nosotros.
En total 8 de Madrid a Santander por esas carreteras de un sólo carril que atravesaban todos los pueblos.
Sin cinturón, ni radio , sólo el repique del Barreiros,. Lógicamente, eso del aire acondicionado ni existía ni en la imaginación.
. No me acuerdo muy bien, pero el viaje se nos hizo larrrrrrrgo de narices.
Mi padre aguantaba los km a base de fumar Ideales. ¡ Qué tiempos!
 
Hace unos años, durante las vacaciones de verano que suelo pasar en la casa familiar del pueblo de mis ancestros en Teruel, a una prima ligera de cascos se le ocurrió la brillante idea de enviar a su larva de 12 años a pasar una semana al pueblo. Por lo visto a la citada prima, que se estaba separando en esos momentos, lo estaba pasando mal porque apenas podía verse con el maromo con el que estaba liada y necesitaba desprenderse por unos días del hijo y no tuvo mejor idea que encasquetánoslo a nosotros, familiares lejanos que le importaban una mierda y de los que solamente hacía uso en circunstancia de este tipo. En otro matrimonio anterior, cuando estando con oro maromo éste le dio de tollinas por ser demasiado "alegre" también recurrió a la familia lejana y no a sus hermanos, con los cuales no se habla desde hace muchos años.

La cuestión es que al niño lo empaquetaron y lo enviaron al pueblo y un servidor junto a mi hermano pequeño fuimos a buscarlo a la estación de autobuses, donde tuvimos que ir a buscarlo en un caluroso día de verano. Al muy subnormal nos costó localizarlo porque nos hizo la "gracia" de apagar el teléfono cuando intentamos localizarlo y tras informarnos de la llegada de su autobús en el que viajaba solo desde Barsalona. Estuvimos buscándolo por toda la estación hasta que al muy subnormal le dio por llamarnos a nosotros tras media hora o más de búsqueda infructuosa. Obviamente, cuando apareció ante nosotros con su cara de gilipollas, su pelo al estilo "gato acostado" y su vestimenta posmoderna-millenial de mierda me dieron ganas de atizarle, pero me reprimí por aquello de que era un chiquillo y bastante normal era teniendo una madre tan puta y retrasada.

La cuestión es que nos lo llevamos para el pueblo y entre sus malos modales para pedir las cosas, sus exigencias en cuanto a comidas y a que lo llevásemos a la piscina y a otras poblaciones cercanas más grandes porque "se aburría", nos tocó bastante los cojones. Además no consiguió empatizar con ninguno de los mochachos de su edad en el pueblo, con los que se peleaba todo el rato y, para colmo, decía que éramos unos paletos y que en Barsalona era todo mejor. Al final la semana inicial que ese hijo de la gran puta iba a pasar conmigo, mi madre y hermanos se convirtió en dos semanas, porque la progenitora de la alimaña tuvo que "salir de viaje" por motivos no aclarados. Luego nos enteramos de que se había largado con el nuevo maromo a Peñíscola de vacaciones.

Al final de las dos semanas pretendieron convertirse en más días, pero el niñato terminó por cagarla cuando insultó y escupió en la cara a una mujer mayor del pueblo con la cara llena de verrugas y una papada descomunal. Ya sé que suena a chiste, pero fue así. Todo ocurrió una tarde ociosa en la que lo dejábamos suelto por el pueblo para que se entretuviera y no diese por culo, y al parecer le dio por reírse de la citada mostrenca y tras un breve enfrentamiento verbal y amenazarle con pegarle terminó por escupirle en la cara. La mujer quiso atizarle con una bolsa tras las burlas e improperios pero terminó cayendo aparatosamente al suelo. Esto ocurrió en los aledaños de la plaza del pueblo y unas vecinas presenciaron los momentos finales y algunas salieron a la calle, pero ya era demasiado tarde. Al final la policía nos vino a casa mientras el puto niñato anduvo escondido por no sabemos donde hasta que se hizo de noche y se dignó a aparecer. Nos cagamos en su putísima madre y llamamos a la susodicha, a la que tras contarle lo que su larva inmunda había hecho empezó a lloriquear contándonos unos dramas ridículos e imaginarios mientras andaba de verbena por las playas y tal. Quiso que se lo enviásemos de la misma manera que vino, metiéndolo en un autobús rumbo a Barsalona, pero para eso teníamos que esperar unos días, a lo que, lógicamente, nos negamos ante los problemas crecientes generados por el puto anormal del hijo. Finalmente tuvo que venir a buscarlo en persona y poco menos que la mandé a tomar por culo por la puta mierda de hijo que estaba maleducando y el ambiente desestructurado que le daba y tal. Le importó una puta mierda lo que le dije pero se lo llevó y el resto del verano fue tranquilo y sin incidencias.
 
Yo también he sido inmensamente feliz en mi infancia vacacional.
De pequeño, vacaciones con mis abuelos en Marbella: comidas fuera, cenas fuera, montones de helado, Humor Amarillo, Pressing Catch, Las noches de Tal y Tal, Benny Hill, recreativas...Algún verano también tocó Sevilla, que con piscina ni tan mal.
Cuando me hice más mayorcete ya tocaba Albolote, y tampoco puedo quejarme: excursiones en bicicleta al Pantano del Cubillas, primeras salidas por Pedro Antonio, tour de fiestas pueblerinas Atarfe - Albolote - Maracena para meterle cuello a las catetas y salidas por discotecas lol de pueblo.
Era mítica la Golden Eye en Atarfe, con una jaula que tenía a dos tristes tigres, además de famélicos. También recuerdo la Meri Leidis (tal cual) en, al loro, Cogollos-Vega. Y las visitas a no sé qué discoteca en Ogijares con un colega que tenía, catalán, que estaba zumbao, jugaba al hockey profesional y con un Alfa 33 que tenía que arrancar en tercera porque si no, no se movía.
Qué tiempos...
 
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Respecto a las vacaciones de infancia nunca existieron para mi, solo cuando mis progenitores terminaron por separarse fuimos de vacaciones. Ni tan siquiera las vacaciones clásicas que en los años 80-90 todos los niños teníamos, en el pueblo de origen. Mi padre decía que las vacaciones eran para la gente floja que no quería trabajar, y que sus hijos tenían que aprovechar el verano y ponerse a trabajar para aprender lo que supone ganarse los garbanzos, ésto último literalmente. Al menos él era consecuente, y jamás cogió vacaciones pese a que, como a todo trabajador, se las pagaban.

Por otro lado, ni mi progenitora ni hermanos podríamos habernos ido de vacaciones por nuestra cuenta, porque el estallido de violencia y retraso hubiera terminado en alguna discusión escandalosa. Del mismo modo, ir a comer o cenar a un restaurante en familia fue otro hecho ajeno y extraño a mi experiencia familiar durante mis primeros años de existencia. Veía mal que la gente saliese en familia a comer o cenar fuera, porque él prefería acudir solo al bar y ponerse ciego a vino, cerveza o lo que se terciase, pero sin el lastre familiar, e invitando a medio bar mientras fanfarroneaba sobre su alfismo.

En ese sentido mi infancia fue ruinosa, y las vacaciones familiares, como digo, no existieron. Cuando volvíamos al colegio y los otros niños explicaban sus vacaciones en clase, o bien formaba parte de algún ejercicio en las tareas escolares, me obligaba a contar una buena historia imaginaria para que los demás niños o profesores no se percatasen de la mierda de infancia que tenía.

En el momento que mi padre terminó tomando su propio camino, viviendo entre mierda en un piso-trastero y bajo la tutela de un matrimonio de dos tarados que lo sacan de paseo en una tartana por el pueblo de vez en cuando, empecé a vivir y a disfrutar de unas vacaciones decentes y a viajar por muchas zonas de España y Europa.
 
En mi casa nunca se ha pagado alojamiento por ir de vacaciones, siempre a casa de algún familiar, cuándo íbamos de vacaciones que fueron veces contadas. O a Barcelona o al pueblo de mi padre íbamos siempre, a Barcelona cuándo había bodas y al pueblo los otros años. Antes de venir a vivir al pueblo si veníamos de vacaciones desde Barcelona y eran viajes eternos con el 600 o el 127, 3 adultos y 3 niños tos rebujaos. Y eso que no tardábamos mucho, mi padre tiene el récord familiar de hacer el trayecto (casi 1000 kilómetros) en 8 horas en el 600 por las carreteras de finales de los 70 teniendo que atravesar Madrid y demás pueblos y ciudades que había en el camino. Lo de no parar para mear era lo típico y la frase de mi padre antes de salir a cualquier viaje "Estáis cagaos y meaos ya?" también.
 
Un poco exagerado:
1000km en 8h nos sale la media a más de 120 km/h ( 8 x 120 = 960 ).
Teniendo en cuenta que la velocidad máxima de un 600 eran 100km/h , radiador ardiente, pues que no cuadra nitampoconá.

Ka®ma aritmétika
 
Un poco exagerado:
1000km en 8h nos sale la media a más de 120 km/h ( 8 x 120 = 960 ).
Teniendo en cuenta que la velocidad máxima de un 600 eran 100km/h , radiador ardiente, pues que no cuadra nitampoconá.

Ka®ma aritmétika

Se habría puesto unos tiritos antes, hombre. Haga honor a su avatar y tenga fe.
 
Se habría puesto unos tiritos antes, hombre. Haga honor a su avatar y tenga fe.
Ni con el pápa a tope de tiritos de Pitarra, ni con el 600 (25cv) a tope de tiritos de NO , nos aproximamos a las 8 h
Ya sería un día entero. Se lo digo porque, aunque poco, también de nene viajé en 600.

¶ioputas¶ los que sois jóvenes.
Que no apreciáis lo que tenéis ahora: cualquier Dacia coge lis 120, con Radio y a.a.
 
Ni con el pápa a tope de tiritos de Pitarra, ni con el 600 (25cv) a tope de tiritos de NO , nos aproximamos a las 8 h
Ya sería un día entero. Se lo digo porque, aunque poco, también de nene viajé en 600.

¶ioputas¶ los que sois jóvenes.
Que no apreciáis lo que tenéis ahora: cualquier Dacia coge lis 120, con Radio y a.a.

Soy propietario de un Seat 600 de esos en los que se abre la puerta al revés (llamados "bragueros"). No le predique a un converso.
 
No. No lo sabemos. Cuéntanoslo.
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Bilbao. Late eighties - Early nineties.
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Como ya dije en otro masuno de este hilo, cuando mi señor padre no podía cogerse unas vacaciones, mi destino quedaba en manos de su suegra y su mujer.

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Real Madrid. Whisky Dyc. Documentales de La dos. La Santísima Trinidad del ocio de mi viejo.

A finales de mayo, el dúo fríecroquetas ya iba calentando motores, haciendo acopio de folletos en las agencias de viajes: "Especial playas 1992." y cosas por el estilo.

Después de semanas de intensa deliberación y calentamiento de orejas a los de las agencias de viajes, y analizando pormenorizadamente microfotos de hoteles y sus tarifas en pesetas, mi madre y mi abuela, elegían destino y hotel con transporte en autobús incluido.
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La Bestia.

Llegado el día de salida, mi madre, mi abuela y yo enfilábamos hacia la parada del autobús que realizaba el trayecto Bilbao-La Manga del Mar Menor. El celebérrimo Bilman bus, todo un portento de la técnica que tenía dos pisos. El de abajo tenía cafetería (bueno, mesas incomodísimas y azafata obrando milagros con un minibar mierder ) y cuarto de baño. Daba igual, porque el viaje era una grandísima y reputa mierda de largo y de monótono.

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Horas y horas, y kilómetros y kilómetros con cientos de paradas, sol y más sol, anodinas periferias de ciudades circunvaladas y monótonas autopistas que no terminaban jamás. Estoy hablando de viajes de 12 horas.

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Sé que no estoy hablando de un viaje en coche cargado hasta los topes como han mencionado otros foreros, pero ello no quita para que todavía me duelan los riñones y se me pudra el alma de puro aburrimiento. Tendría diez o doce años.

Leer no era una opción porque me mareaba. No había móvil con internet, ni Gameboy en mi caso. Un Walkman con radio, que al aproximarse uno a Valencia, ya empezaba a sintonizar emisoras de radio con marcada influencia gambitera.

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Se intuía la cercanía del Mal a través de las ondas hertzianas.

Después de mil putas paradas y rotondas, nos jiñaban en los hoteles de turno, de sugerentes y evocadores nombres de marcado carácter marítimo. Cosas en plan Princesa Mar, Nautilus , Poseidón, Mar Bella, Sol Suputamadre. Mamotretos de puro hormigón como los que dejábamos atrás en Bilbado, pero con piscina, más plantas y hambiente, mucho ambiente.

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Lo malo de todo este embolao es que, de aquella, yo no había pedido salir de casa. Tenía piscina comunitaria, hamijos himajinarios y chupipandi con mocetillas con las que, entre aguadilla y aguadilla, poder rozarse, palpar bien palpau, y volver a restregar la anatomía con la excusa del juego, el verano y la pubertac a tope de hormonas comenzando a hervir.

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Pero me tocaban dos semanas por delante de marujocracia hardcore: ver tiendas de bolsos, escuchar habaneras live, charlas-engañifa que harían las delicias del hijoputa de los imanes, y demás actividades más propias para jubilados que para un chaval de 12 años.

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Recuerdo un montón de veranos en ese plan, al que no acababa de encontrarle la gracia, puesto que odiaba la playa, los putos viajes en autobús, y por qué no decirlo, salir de casa.

Continuará...
 
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Viajar a la Manga a bañarse en meados calientes teniendo las playas del norte al lado tiene delito. Yo iba porque el levante me pillaba a hora y media, pero lo de tus ancestras tiene delito .
 
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Tranquilo. Mañana rebuscaré y a ver si me hago con material para batallitas del infame levante español, que supongo serán similares en parte con las de muchos de los aquí leyentes.

El problema del levante español, es que venían de la capital pensando que eran los ciudadanos alpha y los tangaban, se reían de ellos cual paletos que eran y encima, se indignaban.

de madrid al cielo, eso yes.

25 años veraneando en dénia y ni un puto problema.

noobs. :lol:
 
Hola soy Chavy Chase, padre de Ferris, nunca tuve ni puta gracia como él, pero sirvo para presentar este hilo con las vacaciones más desastrosas que se hayan pasado en familia

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Pues si hamijos el otro día en una comida familiar loles como soles remorando unas vacaciones familiares tan anheladas como desastrosas en sus inicios y final.

Primero pongámonos en antecedentes.

Verano del 1988. Por primera vez mi padre podía tomarse un mes de vacaciones en el mes de Julio. Su trabajo le obligaba a pasar todo el verano fuera, de Mayo a finales de Septiembre, amén que en esa época solía ganar unos horocs extra para poder pasar mejor el invierno, comprar unas Yumas a su hijo mayor y más cosas a los pequeños.

La emoción embargaba a toda la familia. Por una vez no nos comíamos todo el puto verano en Bronxtoles, sorbiendo flashes, minizumos y jugando al Imperio Cobra en los portales hasta que nos echaban. Mis padres se plantearon alquilar un apartamento (no muy caro) en el Levante. Hasta aquí todo normal, ya que era lo habitual en las demás familias. No sé el porqué pero hicieron caso de una vecina a la que veíamos de pascuas a ramos que había alquilado un apartamento en Gandía. Nos dió un teléfono y se contrató el alquiler.

Ya estaba todo hecho, nos íbamos quince días a la playa. La espera se hizo eterna, pero llegó el día

El día era un 1 de Julio. Nos levantamos a las 3:00 AM, cargamos el coche como si fuerámos la Delta Force en misión de urgencia, mi padre arrancó el Renault 12 cargado hasta las trancas cual magrebí de camino a Algeciras e iniciamos el viaje por unas calles que no estaban ni puestas. Era el ansia de salir de vacaciones y no gastar ni un minuto.

Yo iba de copiloto con mi padre, ya que mi madre se quedó al cuidado de mis hermanos pequeños en el asiento trasero. Bueno al cuidado, lo que se dice al cuidado, a los 10 minutos ya estaba roncando. Mi padre y yo íbamos de cháchara, criticando a los otros conductores que iban con mejores cochacos y nos adelantaban, pero que en las curvas con la pericia al volante de mi progenitor les comíamos terreno. También nos metíamos con los familiares que no nos caían bien, habiendo loles durante el viaje.

Así llegamos a Gandía a las 8:00 AM sin parar ni a mear. Obviamente a esa hora no estaba el dueño para darnos las llaves. Desayunamos en un baretucho de mala muerte, un café y unas magdalenas valencianas más duras que el grafeno.

A las 10:00 apareció un tipo gordo, con pinta de borrachín a darnos las llaves. El edificio parecía bastante vetusto mirado desde el exterior. Subimos unas escaleras (no había ascensor) y abrió la puerta.

Emanó un olor a cerrado y de humedad que ni la celda del Conde de Montecristo. Teniendo en cuenta nuestra experiencia (ninguna) en estos lares, todos nos quedamos como un conejo al que han deslumbrado con las largas. Nos enseño deprisa y corriendo las habitaciones, saliendo de allí como si los Marshall le estuvieran pisando los talones.

Mis padres pese a lo que estaban viendo, le habían pagado religiosamente la parte pactada a la llegada. Nunca debieron hacerlo. Aquello era una pocilga. Había un sofá de las guerras Carlistas que te sentabas en él y te quedabas literalmente pegado, cuando te levantabas parecía el papel de las magdalenas. En la nevera había especies animales todavía no descubiertas, los dormitorios con unas camas que chirriaban más que una gata en celo con unos colchones para verlos. Yo siempre me quedé perplejo con un manchurrón en un cuadro del comedor, que parecía una lefada de un escopetazo al aire. Mi mente calenturienta de la adolescencia daba como hipótesis mas probable esa opción, y así imaginarme situaciones para paja. No tenía ni tele, ni radio, nada para contactar con el exterior

Y el baño, madre mía el baño. Nunca ví cosa igual. Con nada que hicieras se formaba una neblina que te cagas. Era como una sauna, literal. Te ponías a cagar y al minuto te caía una gota de sudor por la nariz como si estuvieras desactivando una bomba. Poco podías hacer allí, ni pajas.

En los minutos siguientes, toda la familia empezó a darse de bruces con la realidad. Mi madre cagándose en la puta vecina, de los ojos de mi hermana brotaban las lágrimas de rabia más duras que he visto, yo intentando que mi hermano no se pusiera a jugar en el suelo con sus coches guisval y mi padre callado. Un drama.

Pero hete aquí que de manera instantánea, cual comando del SAS y bajo las órdenes marciales de mi madre, se empezó la operación limpieza. Mi padre y yo al super que había debajo de casa, donde provocamos una rotura de stock de amoniaco y lejía, comprando también útiles para limpiar. Cuando llegamos mi madre dispuso los trabajos para empezar lo antes posible. El apartamento tenía cuatro habitaciones, como nos podíamos apañar con tres, una la utilizamos de trastero para quitar lo más mierda y la ropa de hogar, que gracias a Dios mi madre la había traído de casa.

Antes del mediodía aquella cochiquera estaba reluciente y con un olor a lejía importante. Yo junto con mi padre, ibamos barriendo y fregando en varias tandas, dando varias manos en todas las estancias. Me quedé una habitación para mi sólo, donde dispuse mis cosas sin meterlas en el armario. Lo bueno de esto es que me podía hacer pajas en la soledad de mi habitación. Rememorando el cuadro y a modo de venganza, lancé unos cuantos escopetazos a una foto con un marco en mi mesilla.

Pese a la mierda de lugar, la fortaleza de mi madre nos hizo sobreponernos y empezar a disfrutar de las vacaciones. Así estábamos, pasando todo el día en la playa, mi padre haciendo paellas, por la tarde dando paseos castañeros, paseos sin rumbo y sin gastar un duro, hasta que tres días antes de salir, nos llama el del bar de abajo. Habíamos recibido una llamada de Extremadura. La familia de mi padre. Nos intentamos poner en contacto, pero no estaban en casa, hasta que al día siguiente ya conseguimos contactar. El abuelo paterno había sufrido una trombosis y estaba a punto de quedarse queco. Deprisa y corriendo a llenar el R12 y tirar para Madrid. Aquí hubo un comentario LoL de mi madre, que no se llevaba nada bien con el suegro, y soltó: Siempre jodiendo la marrana como es habitual en él. Mi padre y mi madre se enzarzaron en una fuerta discusión, pero a mi me provocó LoL porque mi madre tenía toda la razón.

Camino de vuelta a Bronxtoles, con el R12 dando a lo que podía, cuando en Motilla de Paláncar dijo basta. Ahí tirados durante horas, hasta que llegó una grúa. Llegamos como si hubiéramos servido en Afganistán, a las mil en casa. Nos dejó un coche un vecino, y mi padre me eligió para salir con él hacía Cáceres. Así fuimos de madrugada, para que luego el cabrón del abuelo se recuperara a los pocos días.

Me repito, pero a los pieses de su lolerrima familia! :121turbo: :121turbo: :121turbo: :121turbo: :121turbo: :121turbo: de Bronxtoles al cielo, sentado en la mesa de Lol junto a @El Cabezas

No sabéis lo que es tener como 10 o 12 años,que tu tía (la madre de tu prima/amor platónico de 20) te invite una semana a unos apartamentos que han alquilado y que en el coche te enteres que va su novio,que "te toque" en su apartamento y te pases la semana escuchándolos fuckar a través de la pared... :sufromucho:

Al menos te matarías a pajas oyendo como percutían a tu amor platánico :1:

@Cimmerio Grandérrimo posts!! a sus pieses y a los de su señor padre el benmérito! :121turbo: :121turbo: :121turbo: :121turbo:
 
C15 de empresa. Mis progenitores que no se podían ver ni en TV. La familia a la playa, la cual no nos gustaba a ninguno.
 
Unas vacaciones, que teníamos la sister y yo 5 y 8 años respectivamente, nos fuimos a Chiclana. Nosotras hacíamos calvos a los coches con nuestros culos al aire pegados a las ventanad por indicación mía y nuestra madre nos dejaba hacer. Mi padre conducía. Salíamos siempre de madrugada, que no había aire acondicionado, y nada más salir rezábamos un padrenuestro a San Cristóbal. Luego ya, a las horas de viaje, cuando nos peleábamos la sis y yo sí se quitaba el cinturon mi madre, se giraba e intentaba atizarnos, sin éxito, que nos agazapábamos en los bajos del coche y nos protegíamos con los asientos. Una vez el 131 se paró y tuvimos que llamar a una grúa. Era un coche guay y nos dejo justo al lado de un poste de esos de socorro.
Llegó una grúa y un señor sudoriento con olor a sobaco, un Darkiano, nos acomodó en su cabina a los 4, y nos llevó hasta la Barrosa. Llegamos por la noche y mi tía nos despachó con una triste tortilla francesa a todos.
 
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