Vivo a 10 minutos a pie del barrio del Carmen, a la otra parte del cauce del río.
Qué manía con los gatos... pues mi Dante no sale de casa, ea.
Añado a lo que ha dicho Ruben:
- Las fallas se viven desde el respeto a las tradiciones, aunque puedan parecernos demasiado puristas, como la Ofrenda de Flores.
- La ciudad se abre a todos los visitantes, incluso a veces demasiado. Por eso, el que viene de otro lugar, debe tener paciencia. Las calles están tomadas por la gente. Hay veces que un trayecto de 10 minutos cuesta media hora. Prohibido coger el coche, Valencia es grande, pero vale la pena pasearla.
- Los castillos de fuegos artificiales no son la mascletà. En ellos, la gente los disfruta de otra manera... con sorpresa, con ilusión y con mucho respeto hacia los que también lo ven. La mascleta no se entiende como tal si no hay bullicio, calor y una cervecita antes o después.
- A las falleras se les dice muchas cosas, pero no "Puta", por ejemplo. Como canta Manolo García, si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio, no lo vayas a decir.
- Los niños y niñas son sagrados siempre, pero en fallas tienen ciertos privilegios. Si un mocoso te tira un petardo a los pies, te cagas en su progenie en voz baja y luego le regalas una mecha.