Uno de mis hijos tenía un amigo que le gustaba mucho el rap. Le machacaba mucho con que el rap molaba e historias así por el estilo. Yo qué sé. El caso es que un día estaba en casa, y estaba él, y de repente puso rap, y se puso a mover las manos, ya sabéis, como los raperos. No sé qué pasó, que me hizo una gracia horrorosa verlo mover así las manos, y rompí a reír a carcajadas fuertemente, fue un ataque de risa increíble. Me daba vergüenza reír tanto y de tal manera, veía cómo el chaval se me quedaba mirando fijamente serio como un muerto, pero cuanto más me miraba más me partía la caja.
Nunca más volvió a nuestra casa. Tampoco pasó nada por ello. Eso sí, desde entonces siempre evito codearme con raperos, sé que se gastan muy mala leche y no quiero que alguno me ahostie por no poder evitar lolearme como un mongolo viendo cómo mueven las manos.