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No estuvo malamente la cosa y por voluntad propia me puso una goma nueva en la olla expre mucha implicacionA una amiga de mi madre por los 60 le regalaron una noche con un gigoló y dijo que fue el mejor regalo de su vida.
Lamentablemente, no tengo más datos.
A una amiga de mi madre por los 60 le regalaron una noche con un gigoló y dijo que fue el mejor regalo de su vida.
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No sería de la agencia VRC? es muy famosa por ese tipo de serVICIOS.
@dakilla llegó a mantener un novio.Yo siempre he dicho que, para cuando ya no me pueda ligar hombres atractivos y jóvenes, tampoco me apetecerá tener sexo, así que todos contentos, pero nada de pagar. Pero no soy quién para hablar por otras; ¿qué sé yo de la libido de algunas señoras de 60 o más años? Por ejemplo, d la argelina esa Lmane..
@dakilla, ¿tú has pagado alguna vez por...?
Menuda fula.A una amiga de mi madre por los 60 le regalaron una noche con un gigoló y dijo que fue el mejor regalo de su vida.
Lamentablemente, no tengo más datos.
Pero a las niponas sólo. A las húngaras, por ejemplo, les pone que no llegues a fin de mes.
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Ver el archivos adjunto 169735
Cómo hiciste para trabajar como gigoló? me hace falta el dinero y me considero una persona bastante atractiva y dotada para poder hacerlo, pero no encuentro la manera de encontrar mujeres.En efecto, fui gigoló hace ya unos cuantos años en mi lejana juventud el oeste que nadie recuerda. Había terminado la universidad y aún no tenía un trabajo fijo. Me entregué a esa ocupación sólo en parte por necesidad, y en una parte mayoritaria por placer. Fueron tres años inolvidables, llenos de experiencias maravillosas. No sólo acumulé un tesoro de vivencias sexuales, sino también emotivas. Con varias de aquellas mujeres mantuve una amistad a lo largo del tiempo, y, cuando ya no me dedicaba a esa labor, aún me llamaban por teléfono y yo me acostaba con ellas sin cobrarles ni un céntimo; y lo hacía con entusiasmo, cariño y gratitud.
Estoy convencido de que quien no ama a la mujer en todas las etapas de su vida, no la ama de veras. Aún recuerdo cuando, con 13 años, besé por primera vez a una chica de mi edad, en un portal cuya luz se apagaba cada tres minutos, momento que aprovechábamos para aprender a besar. Recuerdo esa inmersión en algo húmedo, blando y con sabor a chicle de fresa. Pero no olvidaré tampoco la noche que pasé, con 22 años, en la cama de una encantadora mujer de 63.
En mi etapa de acompañante, aquellas diferencias de cuerpos y de aspecto no me echaban para atrás de ninguna manera. Eran el hallazgo de territorios inexplorados. Porque no eran fotografías, no eran imágenes fijas de mujeres de mucha más edad que yo: eran seres humanos deseantes y deseables, que entablaban conmigo el diálogo de la carne con una admirable intensidad. No había tabúes, todo se probaba y se intentaba.
En mi época de estudiante, las chicas con las que me acostaba eran muy pasivas en la cama. Tal vez fuera cosa de cómo era mi país, España, en esos años. Salir de la universidad y adentrarme entre las sábanas de mujeres de más de 40 años, de más de 50, y hasta alguna de 70, fue un descubrimiento. Me sorprendió el deseo que no se apaga, me conmovió su gentileza en la intimidad, me entusiasmó su experiencia: sus mil trucos para hacer brotar el placer, las adorables picardías, su total desinhibición. Aprendí más del SEXO con mayúsculas gracias a ellas.
Lo aprendido lo vertí después en las mujeres de mi edad y en chicas más jóvenes que yo. Tal vez no sabían que estaban recibiendo algo dado por sus inesperadas hermanas mayores. Quizá esté fantaseando demasiado, pero soy un romántico y me gusta pensar las cosas así, como dotadas de un significado: pensar que estaba teniendo lugar un trasvase de inteligencia sexual, un aprendizaje de mujeres a mujeres de las que ellas mismas no eran conscientes, y que me tenían a mí como transmisor. Aquí, por tanto, no había un hombre seductor, sino un humilde aprendiz, un correo de las bellas zarinas. Yo era el recipiente que se llenaba y que se escanciaba en otras copas. Un mensajero que trasladaba mensajes de un idioma eterno.
Cómo hiciste para trabajar como gigoló? me hace falta el dinero y me considero una persona bastante atractiva y dotada para poder hacerlo, pero no encuentro la manera de encontrar mujeres.
@THORNDIKE ¿ tú cuanto llevas en el sector ancianil? seguro que le conocesFue hace unos diez años, por entonces nuestro conquistador geriátrico creo yo que aún no estaba en activo.
Una foto y a una página de contactos.Cómo hiciste para trabajar como gigoló?
Cómo hiciste para trabajar como gigoló? me hace falta el dinero y me considero una persona bastante atractiva y dotada para poder hacerlo, pero no encuentro la manera de encontrar mujeres.
A través de una compañera de un trabajo de fin de semana que tenía que tenía una prima que era madama de una casa de putos en ciudad lineal.Cómo hiciste para trabajar como gigoló? me hace falta el dinero y me considero una persona bastante atractiva y dotada para poder hacerlo, pero no encuentro la manera de encontrar mujeres.
@THORNDIKE ¿ tú cuanto llevas en el sector ancianil? seguro que le conoces
Lo más viego que me he follado tenía 48 castañas. Creo que debo empezar a adentrarme en el mundo de las cincuentonas.
Yo una de 52 teniendo 25, @THORNDIKE haz caso a @PepinilloYo una de 54, teniendo yo menos de 30.
Jejejeje
No te recomiendo que entres ahí, ya vas tarde. Ahora estás en el momento de mantenerte o bajar la edad.
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