Eso era antes de que la ONU, la FAO, el SAMUR y la OMS metiesen sus asquerosas garras protectoras y salvalarvas en el negocio milenario de tráfico de cuerpos y órganos de las Ferias Ambulantes Gypsies.
Recuerdo en mi pobliño de Pontevedra con unos siete añitos y en As Festas de Agosto, que me subí inocentemente en los coches de choque (los de antes de hierro fundido y oxidado, sin ABS, ni GPS, ni motor híbrido ni siquiera cinturón). Iba tan contento y el Gypsy Danger que controlaba La Arena vino saltando de bólido en bólido, con mirada chunga del jaco y del madrugue, chupa de polipiel y pantalón pitiller con un sigar pegao al labio leporino. Yo iba tan feliz esquivando a la chavalada y no me coscaba (pensaba en las niñas que olían a fruta y en mi futuro como Astronauta en Marte)...
El impacto frontal que me metió el Gypsy Danger (seguro que le soplaron que era un feixista mandricleño) me dejó en chock anafiláctico y cuando volví en mí y tras recolocarme las tiernas vertebras cervicales note arena y sabor metálico en la boca. Me había partido dos muelecillas de chele y soltaba sangre por la boca, el cuello y la camiseta... creo que ni lloré de la emoción.
Lo que no sabían los Jaegers era que iba con mis coleguitas mariñeiros a cargo de un Kaiju Clase 5XXL (un pescador de 1.80, unos 120 kilos de músculo de tirar de palangre años y manos como guantes de boxeo incorporados)...
Santos, que así se llamaba este home de mar y que Dios Tenga en Su Gloria, vino al galope sobre las planchas de metal de La Arena cuan bufalo en estámpida en Yellowstone... incluso con el ruidazo de las planchas se oía en toda la Feria un vozarrón: FILLO DA GRAN PUTA, CAJON DIOLA, VAI A TOMAR POR O CU.... llegó y le soltó al Gypsy Danger un bofetón de plasma en toda la jeta. De una sola golpisa el Jaeger besó hierro y tras parar "la atracción" vinieron más Jaegers para una confrontación final por el dominio de La Alameda, el último bastión de la Humanidad (y donde estaban los cacharros)...
Como en aquella época las piñas de hamijos no eran de esas de ahora de violar en masa y en serie a personas humanas con orificios y medirse antes/después las pollas con el selular, pronto Santos estaba con cerca de otros 15 Kaijus de clase 2 a clase 7 y con ganas de hacer un poco de demolición...
La cosa se estaba poniendo fea y la Batalla Final estaba cerca, niños llorando, familias preocupadas, padracos a punto de caramelo, música apagada, Tómbola La Imperial en silencio y ruido de huesos claqueando y mariposas brillando bajo luces de colores...
Pues nada. Vino el Almirante Estelar de la Flota Jaeger (el Patriarca) con su traje negro funeralio, sombrero, bastón, cojera impostada y ducados eternal flame... Vio claramente que podían acabar fondeados en el Padre Atlántico con sus cacharros, sus mierdas y sus carromatos, bien fostiados y ablandados para alimentar las nasas; y sobre todo, que podían perder dinero y cobre si se corría la voz por los pueblos circundantes.
Le montó un pollo a Gypsy Danger (creo recordar que le dió un par de bofetones y les cerró la atracción el resto de As Festas), vino a disculparse conmigo y con Santos y nos dio entradas gratis para los caballitos y la tómbola.
Yo salí de allí encantado, con mi camiseta llena de sangre y mi nueva configuración dental, cuan héroe, cuan Salvador de la Civilización.
La cosa se calmó y Santos nos compró helados y mierdas varias azucaradas (de esas que ahora están penadas con la muerte) y asín se acabó el cuento.
Entre un 60 y un 80% del relato es cierto, hermanitos.
Pongo esta canción para desengrasar, porque también hay gitanos buenos... NO.