El amor y la muerte

Buick McCane

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19 Mar 2013
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Hace unos días me enteré que un viejo compañero de borracheras murió en un accidente de trabajo. Desde aquella época no manteníamos contacto aunque hace tiempo nos encontramos en ese invento del diablo llamado Facebook y me consta que seguía con la misma chica con lo cual, llevaban como mínimo mas de diez años juntos. Todos estos días llevo dándole vueltas al tema y haciéndome preguntas.

¿Que cojones puede sentir una persona que pierde a su pareja de tantos años? ¿Cuanto tiempo puede tardar una persona en superar eso y estar dispuesto a seguir adelante? Y en caso de que alguien llegue a superar eso y este preparado para iniciar una nueva relación ¿Que puede sentir una persona que se ennovia con alguien en esa situación?

Porque yo personalmente, imaginando la situación, me sentiría un segundón. Un repuesto. Un "Me gustas porque mi amor de verdad murió".

Nada, divagaciones que vengo haciendo últimamente y me ha parecido un buen tema para exponer aquí.


Edito: Soy nuevo. ¿Donde esta el hilo de presentaciones? :lol:
 
Es algo interesante lo que expones, porque es un tema sobre el que he pensado a menudo, aunque desde diferentes perspectivas.

Como yo lo veo no es sólo la posibilidad de que puedas ser el segundón para alguien porque considere, cual autor del Dolce Stil Novo, que su amada, por muerta e inalcanzable, es la más perfecta. Cómo yo lo veo es que, si me sucediera a mí, quizás no me plantearía nada jamás y, si me lo planteara, sería con hastío y desgana.

Leí ayer una frase bastante descorazonadora de un forero que, más por experiencias de desengaño que otra cosa, afirmaba que si viera por la ventana al amor de su vida esperándole en la acera de enfrente, no bajaría. Imagínate ahora qué ganas de bajar podría tener una persona que piensa que el amor de su vida o está metro y medio bajo tierra, o hundida en un muro de hormigón, o hecha un montón de cenizas. No es sólo que no se plantearía bajar, es que abriría la ventana y le diría que se marchara de allí.

Al respecto de esto siempre pienso en mis abuelos y supongo que es algo que todos los que hemos conocido a nuestros abuelos hemos pensado alguna vez. Llevan toda su vida juntos y cuando inevitablemente surge el tema de la muerte siempre ves a ambos diciendo ''que me muera yo antes''. Ahora mismo imagino cómo se quedaría cualquiera de los dos si el otro faltara y sinceramente, creo que el que sobreviviera no tardaría mucho en seguir la marcha del otro.

Y para concluír, el caso más desgarrador que he conocido jamás: en el restaurante de mi familia trabaja un cocinero desde hace unos 30 años, un hombre que es de las mejores personas que haya conocido jamás, de las más divertidas y sin embargo, de las más desgraciadas, por múltiples aspectos, aunque sólo nos concierne uno: su mujer, con la que llevaba casado 17 años, murió de cáncer en 1993 (recuerdo la fecha porque siempre que habla del tema te dice día, fecha mes y año de una forma absolutamente desgarradora). Unos años después, su siguiente pareja estable, a la que conoció en el restaurante también, murió de un infarto.

En su caso, podemos decir que la desazón no hizo mella, pero la desgracia siguió haciendo su trabajo. Pocos años después se juntó con otra, con la que sigue viviendo ahora sólo para mantener a la hija de ella, que dice que la siente como suya porque la crió él. Pero con la tía ni se habla y, entre otras putadas, vendió el coche que tenía a nombre de ambos sin consultarle nada a él. Como anécdota diré que ahora anda cojeando porque hace 4 años cogió gangrena en los pies y tuvieron que cortarle varios dedos. Trabaja cada día 10 horas renqueando, y gruñendo de todos. Pero siempre es el primero en sonreír y decirte algo para que te ríes tú también.

Él mismo dice que no sabe por qué, literalmente, aún no se ha ''ahorcado y después pegado un tiro'', pero que seguir hacia delante es lo que toca. Y después se queda mirando desde la puerta de atrás del restaurante a todas las que pasan, pero aclarando ''a mi ya no me gusta tocarlas. Lo mejor es sólo mirarlas''.
 
Texas Hold´em rebuznó:

Claro. Es que es eso. Me asaltan miles de preguntas tanto de una parte como de otra así que (E imaginando que me encontrara en la situación de "ella") también pensaría lo mismo: Que lo mandaría todo a la mierda y pasaría de relaciones.

Pero claro, por otra parte la razón y el sentido común (o lo poco que me queda de ello) me hace pensar que todo pasa y que un día (aunque sea por cojones) rehaces tu vida.

Impagable el anecdotón, yo también conozco alguno así... y hasta yo mismo, que sin haber perdido a nadie soy un melancólico de la hostia. Y supongo que en el fondo (Como todo en esta vida) será eso, cuestión de personalidades.
 
Hace diez años o así conocí a una chica en un trabajo. Era alta, morena, guapa, una andaluza de estas que las ves por la calle y dices "eso es pisar y lo demás joder el suelo". Se llamaba Macarena. Y olé. Era, además, amable, dulce, de buenas maneras. Un encanto de chica, siempre hablaba bajito, como tímida, como queriendo no molestar, siempre te respondía bien, siempre presta a hacerte un favor, siempre atenta, siempre estaba ahí. Macarena, Maca, nunca sonreía. No abiertamente. Elevaba las comisuras de los labios cuando le decías algo, pero su sonrisa era forzada. No falsa, porque se adivinaba que quería sonreír, pero es que no le salía natural. Cuando quería sonreír tenía que hacerlo adrede. Tenía veinticuatro o veinticinco años.

Un día le pregunté, en un descanso, si tenía pareja, por curiosidad. No, no tenía. ¿Y eso, Maca? ¿Cómo es posible? Tenía hasta hace un año. ¿Y qué pasó? No se prodigó en detalles: Bueno, tuvo un cáncer, estuve apoyándole hasta el final.

Se puso triste. Las últimas dos palabras apenas salieron de su boca, un hilo de voz. Se le humedecieron los ojos. Le puse la mano en el hombro. Lo siento, Maca. No, está bien, gracias. Inmediatamente empezó a hablar de lo que había que hacer en el trabajo.

No supe muy bien qué decirle en lo sucesivo. Comprendí el porqué de su timidez, me di cuenta de que siempre había tenido una permanente tristeza, entendí por qué cuando los viernes bajábamos a mediodía todos en grupo al bar siempre parecía ensimismada, medio ausente, por qué siempre se marchaba la primera. Comprendí por qué sonreír le costaba, por qué tenía que forzarlo. O quizá es que fuera así de antes, o quizá ese velo de tristeza siempre hubiera estado ahí, o quizá es que era tímida de siempre, solícita de siempre. O quizá no. O quizá sí, y siempre estar ahí presta a todo, incluso a forzar una sonrisa por complacerte, fuera porque estuvo ahí con él, hasta el final.

Ojalá, ojalá Maca siga siendo hoy guapa, siga volviendo las miradas de la gente por la calle, siga siendo dulce y haya aprendido a sonreír.
 
ilovegintonic rebuznó:
Hace diez años o así conocí a una chica en un trabajo. Era alta, morena, guapa, una andaluza de estas que las ves por la calle y dices "eso es pisar y lo demás joder el suelo". Se llamaba Macarena. Y olé. Era, además, amable, dulce, de buenas maneras. Un encanto de chica, siempre hablaba bajito, como tímida, como queriendo no molestar, siempre te respondía bien, siempre presta a hacerte un favor, siempre atenta, siempre estaba ahí. Macarena, Maca, nunca sonreía. No abiertamente. Elevaba las comisuras de los labios cuando le decías algo, pero su sonrisa era forzada. No falsa, porque se adivinaba que quería sonreír, pero es que no le salía natural. Cuando quería sonreír tenía que hacerlo adrede. Tenía veinticuatro o veinticinco años.

Un día le pregunté, en un descanso, si tenía pareja, por curiosidad. No, no tenía. ¿Y eso, Maca? ¿Cómo es posible? Tenía hasta hace un año. ¿Y qué pasó? No se prodigó en detalles: Bueno, tuvo un cáncer, estuve apoyándole hasta el final.

Se puso triste. Las últimas dos palabras apenas salieron de su boca, un hilo de voz. Se le humedecieron los ojos. Le puse la mano en el hombro. Lo siento, Maca. No, está bien, gracias. Inmediatamente empezó a hablar de lo que había que hacer en el trabajo.

No supe muy bien qué decirle en lo sucesivo. Comprendí el porqué de su timidez, me di cuenta de que siempre había tenido una permanente tristeza, entendí por qué cuando los viernes bajábamos a mediodía todos en grupo al bar siempre parecía ensimismada, medio ausente, por qué siempre se marchaba la primera. Comprendí por qué sonreír le costaba, por qué tenía que forzarlo. O quizá es que fuera así de antes, o quizá ese velo de tristeza siempre hubiera estado ahí, o quizá es que era tímida de siempre, solícita de siempre. O quizá no. O quizá sí, y siempre estar ahí presta a todo, incluso a forzar una sonrisa por complacerte, fuera porque estuvo ahí con él, hasta el final.

Ojalá, ojalá Maca siga siendo hoy guapa, siga volviendo las miradas de la gente por la calle, siga siendo dulce y haya aprendido a sonreír.

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Buick McCane rebuznó:
Hace unos días me enteré que un viejo compañero de borracheras murió en un accidente de trabajo. Desde aquella época no manteníamos contacto aunque hace tiempo nos encontramos en ese invento del diablo llamado Facebook y me consta que seguía con la misma chica con lo cual, llevaban como mínimo mas de diez años juntos. Todos estos días llevo dándole vueltas al tema y haciéndome preguntas.

¿Que cojones puede sentir una persona que pierde a su pareja de tantos años? ¿Cuanto tiempo puede tardar una persona en superar eso y estar dispuesto a seguir adelante? Y en caso de que alguien llegue a superar eso y este preparado para iniciar una nueva relación ¿Que puede sentir una persona que se ennovia con alguien en esa situación?

Mi respuesta a la pregunta que de verdad te haces es: Espera por lo menos un par de meses, cabrón.


Buick McCane rebuznó:
Porque yo personalmente, imaginando la situación, me sentiría un segundón. Un repuesto. Un "Me gustas porque mi amor de verdad murió".

No necesariamente. Si el viudo o viuda no ha pasado mínimamente página, no se reempareja. Y si ha pasado página, no hay muchas más vueltas que darle al asunto que cuando la anterior relación se ha cortado por causas distintas.
 
ilovegintonic rebuznó:
Hace diez años o así...

Escalofriante historia. Es que es eso. Un día te puedes encontrar en esa situación y te puede cambiar la vida. Por años o hasta para siempre.

Estoy con usted. Ojalá Maca, ojalá...

Texas Hold´em rebuznó:

Otra escalofriante historia. No hace mucho vi toda la retahíla de fotos que hizo el sujeto de la historia y tiene que ser duro de cojones.

pastanaga rebuznó:
Mi respuesta a la pregunta que de verdad te haces es: Espera por lo menos un par de meses, cabrón.

:lol:

pastanaga rebuznó:
No necesariamente. Si el viudo o viuda no ha pasado mínimamente página, no se reempareja. Y si ha pasado página, no hay muchas más vueltas que darle al asunto que cuando la anterior relación se ha cortado por causas distintas.

Discrepo.

Creo que es diferente porque no es lo mismo pasar página porque has dejado a alguien o porque te han dejado, que pasar página porque la vida te ha dado un palo así.

En un caso así, no ha sido ni por ti ni por otra persona. Es la vida en si misma la que te ha dado una opción de mierda.
 
Buick McCane rebuznó:
Discrepo.

Creo que es diferente porque no es lo mismo pasar página porque has dejado a alguien o porque te han dejado, que pasar página porque la vida te ha dado un palo así.

En un caso así, no ha sido ni por ti ni por otra persona. Es la vida en si misma la que te ha dado una opción de mierda.

No digo que sea lo mismo, sino que no hay razón para que eso supongo mayor problema. Si por ejemplo la relación anterior se hubiese cortado porque después de años de supuesta fidelidad se descubriese que había habido cuernos continuados, ¿tiene que estar uno comiéndose la cabeza porque entonces la pareja seguro que se habrá resabiado y será incapaz de confiar? ¿Es eso mejor?

El estado ese de Macarena durará un año, cinco o el resto de la vida, en cada caso será distinto, pero hasta que no se sale de él no se vuelve al ruedo, así que cuando se vuelve es porque está superado. Por parte de los pretendientes no creo que haya que temer particularmente, pero por parte del viudo ya no lo tengo tan claro. Es muy probable que esa condición eche a muchos atrás, como te echa a ti. Como también es probable que a muchos de los que aun así tiren adelante una relación con un viudo les quede en un rinconcito la inseguridad, que sientan celos del muerto o que al mínimo problema en la pareja lo achaquen irreflexivamente a ello.
 
pastanaga rebuznó:
No necesariamente. Si el viudo o viuda no ha pasado mínimamente página, no se reempareja. Y si ha pasado página, no hay muchas más vueltas que darle al asunto que cuando la anterior relación se ha cortado por causas distintas.

No se pasa página de la muerte. Uno se escapa de una relación, por buena que fuera, por dolorosa que fuera la ruptura, se termina, la vida sigue. La otra persona hace su vida, mancilla nuestro recuerdo y nos consuela saber que tanto no nos amaba si así ha actuado. O simplemente la olvidamos, porque podemos, porque sabemos que nos es indiferente. Generalmente esto sólo son consuelos, pero son fáciles de creer para nuestro ego.

Pero esa casualidad, que la muerte llegue de forma prematura mientras alguien es amado, hace que se rompa un nexo emocional que no se ha detenido de forma lógica. Hace 30 años que mi tío murió y todavía no hay una cena de Navidad donde no haya alguna cara larga, disimulada, escondida, pero lapidaria, literalmente.

Cuando una relación se acaba, el amor también, se desvanece, pero si alguien se muere ese amor se perpetúa de una forma que no se puede comparar. Porque se puede ser racional, se debe si se quiere sobrevivir, pensar en el futuro e incluso volver a enamorarse. Pero si se amaba cuando llegó la tragedia, lo racional es minúsculo frente a las emociones que vuelven.

Hablo principalmente de relaciones jóvenes, sin hijos o con descendencia todavía en la infancia, de parejas donde había pasión, donde las hormonas nublaban un cerebro, adicto a ellas y que se queda con un mono irremplazable. Los matrimonios ya son otra historia muy diferente, la costumbre, la convivencia y la rutina hacen que a veces la muerte sea un alivio para bastante gente.
 

La Tregua
, Mario Benedetti


Si alguien o la mayoría de vosotros, como imagino, no la ha leído, ya está tardando en hacerlo. Me lo agradeceréis.
 
Hace poco descubrí que el que había sido un buen amigo de la infancia ha muerto. Nos llevábamos bien porque vivíamos en el mismo bloque y siempre íbamos juntos al colegio. Jorge, buena gente. Se mudaron del ghetto un par de años antes que nosotros y perdí el contacto, como con tantos otros. Nos encontramos una vez en un bar, ya en la adolescencia, y estuvimos hablando de los viejos tiempos, de los partidos, de la piscina en verano, esas cosas. Quedamos que nos llamaríamos pero no lo hicimos, y pasaron los años. Por lo visto se mudó a Valencia y allí tuvo un accidente de tráfico . Podía haber vivido toda mi vida sin enterarme, lo supe por casualidad. Me sorprendió que la persona que me lo contó se acordase de él, todavía no sé como pudo enterarse. No sé como debería sentirme, la verdad. Realmente ya no le conocía, la persona que murió era otra diferente. ¿Se quedaría alguna novia atrás? ¿Idealizándolo? Al fin y al cabo todo el mundo prefiere una fantasía perfecta a una realidad decepcionante, quién quiera que le sobreviviese habrá borrado todos sus defectos y se habrá quedado con una versión de él que nunca fue. En cierto sentido soy yo y la gente como yo los que vamos a ser más justos con él, precisamente porque no le conocíamos, tenemos menos que borrar de nuestra memoria. ¿Qué decir? Que la gente que apenas le recordamos seguimos pensando que era buena gente, qué más se puede decir.
 
AhoraEsEM rebuznó:

La Tregua
, Mario Benedetti


Si alguien o la mayoría de vosotros, como imagino, no la ha leído, ya está tardando en hacerlo. Me lo agradeceréis.

Alabo su buen gusto, caballero. Ahora le respeto un poco mas.

Siempre sentí que al crecer seria un poco como Martín, taciturno y solitario. Espero cumplirlo algun dia
 
iskariote rebuznó:
No se pasa página de la muerte.

Justamente es eso. Una ruptura entra dentro de nuestros esquemas y las superamos. ¿Pero como pasas pagina de algo así?

Nunca pensamos en la muerte. No entra dentro de esos esquemas que he mencionado pese a ser algo inevitable, natural y que siempre esta presente en nuestras vidas.

En una situación así, ese amor tiene que perpetuarse, como bien ha dicho iskariote. Uno se tiene que quedar a cuadros, en jaque, en stand by y puedes dar gracias a dios si la superas.

Por cierto, me ha llamado la atención que nos veamos en esa situación imaginaria de perder un amor pero no nos veamos en la tesitura de emparejarse con una persona que haya podido vivir eso.

mister4 rebuznó:
Hace poco descubrí...

Señor mister4 me alegra verle por aqui y leerle.
 
Texas Hold´em rebuznó:
Leí ayer una frase bastante descorazonadora de un forero que, más por experiencias de desengaño que otra cosa, afirmaba que si viera por la ventana al amor de su vida esperándole en la acera de enfrente, no bajaría. Imagínate ahora qué ganas de bajar podría tener una persona que piensa que el amor de su vida o está metro y medio bajo tierra, o hundida en un muro de hormigón, o hecha un montón de cenizas. No es sólo que no se plantearía bajar, es que abriría la ventana y le diría que se marchara de allí.

Supongo que uno se acomoda de tal manera a sus decepciones y estados habituales de ánimo que no espera que sorprendan a otras personas cuando los expone. A una persona con una vida afectiva satisfactoria supongo que le recordaré a un viejo león del Serenguetti, viejo, ciego y cojo, incapaz de reaccionar cuando una cebra apetitosa se le pone a tiro. No esperaba que esa simple frase pudiese haberle transmitido esa sensación a varios foreros.

Pero no es lo mismo casi no haber amado, o haberlo hecho esporádicamente, que haber amado y perdido en el cénit de ese sentimiento. Y no puedo imaginarme ese dolor, pues me falta la referencia práctica. Y no es sólo falta de experiencia, sino cinismo reactivo. He llorado, por desgracia, por seres muy queridos que se fueron, pero nunca por una pareja desaparecida. Años de misoginia, refrendada día tras día por la estupidez, la falta de empatía y la vaciedad de la casi totalidad de las féminas que he conocido, me han blindado contra la compasión: cuando la mujer pierde su pareja masculina pienso que no es más que una zorrupia que no hubiese movido jamás un dedo por mí, cuando es el varón quien enviuda, pues se me ocurre que no ha perdido más que un saco de mierda con coño, perfectamente fungible y sustituible. Me recuerdo a mí mismo con cierto remordimiento soportando un torrente de lágrimas de personas que acababan de sufrir una desgracia así, con una frialdad interior comparable la del bloque de hielo del que sacaron a La Cosa de Carpenter. No soy bueno y soy capaz de vivir con ello. Tal vez algún día Dios, o el Destino, o el Karma, me lo hagan pagar.

Y tras apuntarme la recomendación de Ahora EsEm y congratularme de la vuelta de Neumal y Míster 4, me retiro a mi frío lecho de solterón con gato.
 
Devorador ansioso rebuznó:
Y tras apuntarme la recomendación de Ahora EsEm y congratularme de la vuelta de Neumal y Míster 4, me retiro a mi frío lecho de solterón con gato.

Léala, algún día me lo agradecerá. Verá usted que no es aún ese viejo león postrado de la sabana africana que no tiene siquiera energías para tratar de no morir de inanición.
;)
 
Me encantan estos hilos donde ponerse poético como si uno supiera de algo sin tener ni puta idea. En serio.
Buick McCane rebuznó:
Por cierto, me ha llamado la atención que nos veamos en esa situación imaginaria de perder un amor pero no nos veamos en la tesitura de emparejarse con una persona que haya podido vivir eso.
Emparejarse con alguien que todavía no ha pasado página con su ex es muy mala idea. Para ambos, quizá incluso para el ex. Si el anterior está en una caja de pino o una urna en medio del Cantábrico, provocando ataques de tos a las anchoas, hay que ser un necio, un masoquista, un suicida. Porque la única forma de igualar a un muerto es estándolo también. Y en este caso, ni así, porque otro ya murió antes y llegar segundo es una infamia terrible, eso lo sabe hasta cuellopavo.

Una viuda de toda la vida, una que ya sufrió a un marido y que sabe bien lo mucho que se echa en falta la mano de un hombre cuando hay que mantener todavía una familia, puede que interese a un hombre en condiciones similares o a uno solitario, a gente de vida rural y que busca una paz que sólo se dan quienes de verdad quieren arrimar el hombro para no complicarse. A una soltera a la que se le va el amor de su vida para siempre no hay quien la consuele, no hay nada que le valga por bueno que sea. Afortunadamente, raro es encontrarse casos así, porque ya sabéis que más de uno picaría.

Devorador ansioso rebuznó:
Años de misoginia, refrendada día tras día por la estupidez, la falta de empatía y la vaciedad de la casi totalidad de las féminas que he conocido, me han blindado contra la compasión: cuando la mujer pierde su pareja masculina pienso que no es más que una zorrupia que no hubiese movido jamás un dedo por mí, cuando es el varón quien enviuda, pues se me ocurre que no ha perdido más que un saco de mierda con coño, perfectamente fungible y sustituible.

Me recuerda usted a cierto médico gallego al que se nombraba recientemente. Aunque aquel se tiraba muchas más flores y desde luego que no hacía gala de tal orgullo ante la amargura. Sea quien sea, buen fichaje.
 
Hasta que la muerte los separe”
Hay que ver cuanto daño ha hecho esa frase.

Cuando tenía unos 3 ó 4 años fue la primera vez que oí hablar de la muerte. Debajo de mi casa había un jardín donde siempre estaba un vecino mío jubilado que, para echar el rato, se dedicaba a quitar hierbajos y regar la tierra. Cosas de niños que cuando lo veía agachado en medio del jardín acudía corriendo hacía él para darle una buena patada en el culo y salir pitando al instante. Nunca me pilló ni supo quién lo hacía.

Un día en la escalera del bloque donde vivía había reunidos unos cuantos vecinos hablando con rostro serio. Iba yo con mi madre agarrado de la mano, oyendo cosas que no entendía, y mirando hacia arriba con el brazo extendido al suyo le pregunté que qué pasaba. Ella me respondío "Mariano se ha muerto". Mariano era este vecino que se había llevado unas cuantas patadas mías, y con él la primera vez que relacionaba el concepto de muerte. Cuando me lo explicaron, lo que entendí fue que aquel señor del jardín por algún motivo había desaparecido y no lo iba a ver nunca más.

La verdad es que si no fuera por la muerte, por ese nuevo concepto, todo en la vida tal y como la percibía tenía sentido; pero de repente llegó una nueva idea que hacía ilógico cualquier otra cosa que mi imaginación lograra concebir.

Porque con la muerte en medio, ¿qué pinta el amor? El amor cuando tiene identidad se siente como algo eterno, y un sentimiento de vocación eterna en el ser humano, teniendo en cuenta su presencia finita, es algo que no es lógico.

Por eso mismo poca explicación tiene desde un punto de vista biológico y evolutivo que el ser humano enamorado perciba ese sentimiento como eterno.

El amor y la muerte son conceptos que se enfrentan, la muerte le quita sentido al amor, y el amor hace que no concibas la muerte mientras lo percibes. Y de ahí surge evidentemente esa necesidad de creer en el alma, y una vida después de la muerte que justifique lo insustancial que parece la vida.
 
Quedé con una chica y tras tomar algo, mientras nos dirigíamos a otro local me preguntó lo de siempre, si habia tenido muchas novias. No monto ninguna película, para salir del paso suelo decir que ninguna relación seria, unos pocos meses como mucho. Cuando le pregunté a ella me dijo que estuvo con uno 5 años. Pero murió.

Cuando por fin reaccioné le dije que me habia dejado... que qué duro. Ella dijo, con una sonrisa, "hay que seguir!", me abrazó y me dió un beso en la mejilla.

La tia muy simpática y tambien un poco colgada. No sé si ya de antes, si por ese suceso o por qué. Me proponia ir a vivir con ella, que si yo sabia cocinar ella se encargaba de lo demás. Nos enrollamos pero no me la follé.

Vi su facebook, donde sólo tenia una foto, junto a él. En los comentarios se referia a él como su gran amor.

Volvimos a quedar y nos volvimos a enrollar. En un momento dado, cuando ibamos en taxi no recuerdo a santo de qué solté "te acuerdas de él verdad?" y dijo que cambiáramos de tema. Entró aire por la ventanilla y nos fundimos en un abrazo.

No supe más de ella. Hace unos meses, tras insistir, por fin pude quedarme tranquilo.

"Mira estoy viviendo con un chico y estoy muy feliz. Espero que tu también encuentres alguien y seas feliz."
 
Pues casualmente el otro día me enteré que había muerto una de mis primeras ex.
Muy joven, de cáncer de garganta, creo.

Me sentí fatal por la pérdida de contacto, ni siquiera pude ir a su entierro. Así que decidí redimirme y como primer paso me propuse como penitencia la peregrinación dominical al cementerio, para experimentar gratos recuerdos ya casi olvidados.

Y entonces la vi. Estaba en uno de los últimos nichos. Dentro de una orla. Esa pérfida foto... ah, que bella visión; cabello como ala de cuervo y ojos verde profundo y piel blanca de nieve... Mi corazón empezó a latir desbocadamente y la sangre a acumularse en los bajos.
Me dije: contente sacrílego, es una trampa que te tiende el maligno, estas no son la clase de visiones oníricas que anhelabas sentir… Sin embargo, ¿quien puede dudar de que el placer es el único objetivo de una vida de razón?

Bueno, que hacía mucho que no vaciaba, vamos que no estaba en el estado galante en el que la mujer huele a rosas, sino más bien en el que incluso la rosa huele a mujer, ya sabéis. Y aunque lo intenté, lo prometo, no me pude contener, estaba a punto de reventar... y lo tuve que hacer.
 
Yo llevo con mi novia 9 años y medio. Ahora mismo, no me imagino mi vida sin ella, con todo lo bueno y malo que tiene una relación tan larga, sustentada bajo los sólidos cimientos de la rutina, pero que poco a poco se erosiona por la falta de pasión.
Sin ella , no hace falta que se muera tp, basta con que la realción terminase, me sentiría completamente perdido. Como un tigre al que le han estado durante años dando de comer, que está totalmente domesticado y de repente lo sueltan en la selva, en esta selva que es la vida.
Al final , después de tanto tiempo, la simbiosis es total y ya no haces palnes para ti solo, siempre lo haces para los 2. Yo de vez en cuando salgo e intento recuperar la juventus perdida, pero el al reloj no se le engaña, y quiera o no, yo ya estoy viejo y domesticado.
 
Alekos002 rebuznó:
Ahora mismo, no me imagino mi vida sin ella

Eso está fatal. No tienes que estar pensando todos los días en como sería la vida sin tu pareja, pero tienes que vivir bajo la certidumbre de que la vida es completamente imaginable sin ella. Tiene una viabilidad absoluta. No hay nada tan estable como para no imaginarse la vida sin ello, por muy importante que sea para ti. Hay que imaginar las alternativas. Hay que visualizarlas y creer en ellas, y luego, si llega lo peor, tenerlas presentes. Nadie se sube a un barco pensando que se va a hundir. Ojalá que no. Pero eso no significa que no haya que fijarse donde están los botes salvavidas.

Las parejas más sanas están constantemente imaginándose la vida el uno sin el otro, casi tan constantemente como imaginan la vida juntos.
 
mister4 rebuznó:
Eso está fatal. No tienes que estar pensando todos los días en como sería la vida sin tu pareja, pero tienes que vivir bajo la certidumbre de que la vida es completamente imaginable sin ella. Tiene una viabilidad absoluta. No hay nada tan estable como para no imaginarse la vida sin ello, por muy importante que sea para ti. Hay que imaginar las alternativas. Hay que visualizarlas y creer en ellas, y luego, si llega lo peor, tenerlas presentes. Nadie se sube a un barco pensando que se va a hundir. Ojalá que no. Pero eso no significa que no haya que fijarse donde están los botes salvavidas.

Las parejas más sanas están constantemente imaginándose la vida el uno sin el otro, casi tan constantemente como imaginan la vida juntos.


ya la tengo visualizada, es rubia, 22 años y estudiante de relaciones laborales , jajajaja. Es broma, mi novia a dia de hoy, es parte de mi vida, y todo lo que pienso e imagino es con ella. Mañana dios dirá. También soy d elos que opinan que nadie se muere por nadie, pero el vacio que sentiría sin ella sería demasiado grande creo yo.
 
mister4 rebuznó:
Eso está fatal. No tienes que estar pensando todos los días en como sería la vida sin tu pareja, pero tienes que vivir bajo la certidumbre de que la vida es completamente imaginable sin ella. Tiene una viabilidad absoluta. No hay nada tan estable como para no imaginarse la vida sin ello, por muy importante que sea para ti. Hay que imaginar las alternativas. Hay que visualizarlas y creer en ellas, y luego, si llega lo peor, tenerlas presentes. Nadie se sube a un barco pensando que se va a hundir. Ojalá que no. Pero eso no significa que no haya que fijarse donde están los botes salvavidas.

Las parejas más sanas están constantemente imaginándose la vida el uno sin el otro, casi tan constantemente como imaginan la vida juntos.

Ya que te tomas la molestia en postear me tomo la molestia en tumbar brutalmente tu argumento. Yo me declaro enemigo acérrimo en contra de los planes B, son para ratas miserables como alekos.

Los planes B son una excusa para FALLAR. Pongamos que quieres triunfar en un deporte. ¿Qué harás? Empezar a entrenar desde ya mismo, buscarás el consejo de los mejores, orientarás tu vida hacia tu meta? O buscarás trabajo como locutor en una radio local y te convencerás a tí mismo de que los sueños nunca se cumplen.

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La sabiduría popular dice que siempre hay que tener prevista una alternativa, sólo "por si acaso". Que necesitas un seguro de vida contra el fracaso. Pero la sabiduría popular es para los mediocres. Aceptan a regañadientes la elección de un plan B porque saben que van a fracasar, y aparentemente viven de acuerdo con eso. La realidad es que si aceptas hacer el camino con un plan B en el bolsillo eres un FRAUDE. Eres un impostor porque te has rendido antes de empezar, porque no crees en ti mismo, porque has refusado el poder triunfar sin ni siquiera darte la oportunidad de intentarlo al 100%. Si no lo intentas al 100%, es mejor que ni siquiera empieces.

Cuando un deseo te quema por dentro y pones todas tus energías en convertirlo en realidad es imposible que puedas fallar. El fracaso es imposible, menos que eso, ni siquiera es imaginable. Pero cuando tienes un plan B aún caracoleando por tu mente es que aún no estás listo para darlo todo, no tienes las agallas para ir a buscar lo que quieres. Quizás estás al 75%, quizás al 95%, pero necesitas un 100%. Menos que eso es impostura.

Destroza tus planes B y pon todas tus energías en lo que importa, en ser lo que realmente quieres ser. Si quieres ser doctor, actor, pianista, genial, nunca es tarde. Si quieres ser un reportero fotógrafo, empieza ya a tomar fotos. Si quieres estar en pareja perfecto, extrae todo el jugo hasta quemarla completamente. Si quieres ser un fucker, ve a las fiestas y droga a las chicas con tus amigos negros. Quema los puentes tras de ti. Traspasa el punto de no retorno. Entrégate a tu pasión con toda tu alma. No puedes fallar. Es imposible.
 
Black Adder rebuznó:
Destroza tus planes B y pon todas tus energías en lo que importa, en ser lo que realmente quieres ser. Si quieres ser doctor, actor, pianista, genial, nunca es tarde. Si quieres ser un reportero fotógrafo, empieza ya a tomar fotos. Si quieres estar en pareja perfecto, extrae todo el jugo hasta quemarla completamente. Si quieres ser un fucker, ve a las fiestas y droga a las chicas con tus amigos negros. Quema los puentes tras de ti. Traspasa el punto de no retorno. Entrégate a tu pasión con toda tu alma. No puedes fallar. Es imposible.

Pero ese plan único es valido cuando tu meta depende exclusivamente de ti. En una relación de pareja, aunque estés al 100% seguro de que has escogido a la mujer perfecta no deja de significar que haya factores que a ti se te escapen y dependan de ella. Es decir, que por muy bien que lo hagas y por mucho que te entregues puede ir mal. Es una posibilidad que existe en cualquier relación del mundo por muy maravillosa que sea. No se trata de tener un plan B, ni mucho menos, se trata sencillamente de ser conscientes de esas variables que no dependen de nosotros y que en cualquier momento se pueden poner en nuestra contra.
 
Britpop rebuznó:
Pero ese plan único es valido cuando tu meta depende exclusivamente de ti. En una relación de pareja, aunque estés al 100% seguro de que has escogido a la mujer perfecta no deja de significar que haya factores que a ti se te escapen y dependan de ella. Es decir, que por muy bien que lo hagas y por mucho que te entregues puede ir mal. Es una posibilidad que existe en cualquier relación del mundo por muy maravillosa que sea. No se trata de tener un plan B, ni mucho menos, se trata sencillamente de ser conscientes de esas variables que no dependen de nosotros y que en cualquier momento se pueden poner en nuestra contra.

Cuando deseas ser feliz, todo el universo se conjura y conspira para que lo seas. Era así, ¿no?

No hombre, estoy de coña. Pero si esas variables se ponen en tu contra, ponte tú antes en contra de ellas. Vete de putas. Llega a casa de noche tocando fanfarrias con los amigotes de la banda y cabreando a los vecinos

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Niégate a comprarte pantalones nuevos cuando los destroces alegando que en tu casa vistes como te sale de los huevos. Y si se largan asegúrate siempre de dar tú el portazo y decirles que estás mucho mejor sin ellas. Quema esos puentes de mierda.
 
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