Probé el Facebuk. Subía libros que me leía, música que escuchaba... en ese plan. No para fardar, sino como sugerencia para los demás.
La peña subía sus fiestas, sus cumpleaños, sus viajes putapérrimos y yo pensaba ¿a mí que coño me importa? Nunca me hubiera molestado en subir a donde yo iba. Era postureo 100%. Lo abandoné.
Probé Twitter. La Virgen santísima. Todo dios quejándose de todo, o hablando de política, OT, La Voz y su puta madre, la crisis... joder, era una extensión del Telediarreo. Con el estupendísimo cordón sanitario que tengo montado, que un día habrá una epidemia zombie y yo me enteraré cuando tenga a uno intentándome morder el culo, y los gilipollos y llas de twita me lo reventaban. Que si el Rajao. Que si el otro. Que si roban. Luego los anormales del spoiler con las series, por ejemplo, Alex de la Iglesia. Un dos tres, responda otra vez. Macagüensuputamadrequeloscagó.
Así que hice unfollow a todo cristo que oliese a españolo, y me monté una cuenta de Fantaterror siguiendo solo a assholes extranjeros que hablaran raro. A la mínima que soltasen un twit de actualidad, incluida internacional, a tomar por culo. Y, en fin. Tengo una cuenta con la que no twiteo: simple escaparate de portadas de cine B de la Hammer, Comics rarunos y demás. Cuando me aburro, le hecho un vistazo.
De lo demás no tengo ni zorra. Ni ganas. El foro es mi pastor, nada me falta.