El tema "cagar vs. mear" merecería una tesis doctoral. Cuando vas a cagar, hay dos modalidades:
1. Primero pipí, luego popó. Primero meas y a medida que la bufeta urinaria se va descargando, la cabeza de mierda empieza a asomar por el ojal y se va abriendo paso hacia el exterior. Cuando sólo quedan unas gotas del líquido elemento en la bufeta, se interrumpe el flujo urinario y la mierda toma protagonismo. Después de haber expulsado el cagarro principal y los minicagarros remanentes, la uretra vuelve a abrirse y salen unas pocas gotas (minipipí). Misión completa. Enhorabuena.
2. Primero popó, luego pipí. Cuando las ganas de cagar aprietan y estás a punto de parir al bebé marronáceo por vía anal, es curioso pero no sale ni una gota de meado hasta que has conseguido dar a luz al neonato apestoso. Una vez el bebé cacoso está bañándose en la fresca piscina del retrete, entonces sí la bufeta se descarga y le das a tu hijito intestinal una estupenda lluvia dorada que él recibe como agua de mayo.
Estos dos órdenes excretorios los conocen muy bien los toilet slaves del mundo anglosajón. Cuando la dómina dice "I have to go number one", es que primero viene la meada, con lo que el toilet slave pone la boca en el coño y bebe el meado femenino como sediento en el desierto, y cuando la dómina dice: "Now number two... Open up, you little turd face!", el toilet slave desliza su boca sobre el ano de su dueña y se prepara para recibir su "brown meal".
Un tema apasionante sin duda...