Cigala Voladora
Novato de mierda
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- 12 Mar 2008
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De vuelta... y con ganas de volver!!! 7/8 b
Australia - 25 Julio/ 22 Agosto 2008 (séptima parte)
Ciudades y sus perímetros hasta unos 300 km como siguen:
Mail 2: Perth + (Fremantle, parque Cohunu, desierto Pinnacles, lago Thetis, Cervantes)
Mail 3: Adelaide + (Kangaroo Island)
Mail 4: Melbourne + (Great Ocean Road, Phillip Island)
Mail 5: Sydney + (Blue Mountains)
Mail 6: Yulara + (Uluru, Kata Tjutas)
----> Mail 7: Cairns + (Daintree River, Cape Tribulation, Port Douglas, Great Reef Barrier, Kuranda)
Mail 8: Darwin + (Ubirr, Jabiru, South Alligator River, Nourlangie, Yellow River en el P.N. del Kakadu; Katherine Gorges y Edith Falls en P.N. Nitmiluk; y Termite Mounts y Florence Falls en P.N. Litchfield)
Kuranda: Hoy creo que es el típico dia que uno no se tendría que haber levantado de la cama, o bien, haber salido directamente del hotel con el equipo de snorkel y aprovechar el tiempo en la barrera, y es que, bien madrugadores, nos plantamos en la estación de telecabina de Caravonica para tomar temprano el sistema de transportes a Kuranda y aledaños que mostraron ser una turistada total.
Lógicamente, las vistas desde la cabina son espectaculares y las dos paradas en el bosque húmedo nos permitieron tomar reportajes tranquilamente de unas Barron Falls mas bien escasas de agua (cosas de la época, normal).
A continuación llegada a Kuranda donde nos tiramos una hora esperando que el transporte (free bus dicen) al parque temático Rainforest Station, moviese el culo de su parada. Todo el madrugón para nada. Resulta que el susodicho bus, inicia su periplo una vez llegado el primer tren escénico (Kuranda Scenic Railway, KSR para los amantes de las abreviaturas) desde Cairns. En esa hora podríamos haber ido y vuelto 15 veces, pero lo mejor es que el citado free bus estaba "reservado" para los japos e italianos gestionados por una agencia de tours (todos con su pegatina bien visible). Así pues, si no llegamos a subir antes, nos despachan por todo el morro. Una vez arriba no tuvieron ... de decirnos que bajásemos... hasta la siguiente parada.
Sorpresivamente, el colorido transporte efectuó parada en un terrario monotemático sobre mariposas (no me digas como se llama, porque con el cabreo y viendo lo que valía la entrada, se me olvidó hasta el nombre. Algo de butterfly, jajaja, no iba a ser koala). Total, todos abajo y en 25 minutos reprende la marcha.
Ah, amigo! aquí los del tour nos levantaron la camisa! Al volver, no nos dejan subir. Ni inglés básico, ni hostias. Vendidos al tour de los... porque habrían soltado la mosca al conductor. Inaudito! Esto si que no me lo hubiese esperado en este país. En Egipto, Túnez, China, Rusia, Hungría, Chequia y otra serie de países con personal tendente a la "mano tonta" (la de cobrar sin que mire nadie) me lo hubiese creido, pero aqui??????
En éstas, que un conductor de un minibus, vestido de explorador, y que se apercibe de la minusvalía de mi señora, se tira al rollo y nos lleva al dichoso parque (estábamos a 5 o 6 kilómetros, no era un paseito).
Veeeeenga. Ya estamos aquí. Y de vacaciones. Fuera malos rollos. Respira hondo...
Rainforest Station: Simpático parquecillo donde la atracción principal es un paseo en unos artilugios anfibios llamados "duck", legados del ejército de la época de los romanos, por lo menos, pero muy eficaces para su tarea. El anfibio pirula con gas, tiene aspecto de ser un cruce entre blindado y la barca de chanquete, y el chico-danone-conductor-guía (opinión de mi señora, lo mío es envidia) nos llevó hábilmente por unas cuestas del 24.723 % por lo menos (como el indice del Euribor) y después a través de una laguna, dándonos mil y una explicaciones sobre la exótica vegetación y sus peligros. Hay que remarcar que el tipo se lo curró muy bien, fué divertido con finas ironías sobre los Indiana Jones del todo a 100 y no dudaba en escalar el capó de su vehículo para tomar muestras, señalar o explicar mejor las curiosidades que nos rodeaban. Ya se nos había pasado el cabreo.
Después, repaso a las instalaciones, con koalas (que raro, no?), lagartos, serpientes, casuarios, emús, kangaroos, cocodrilos a mogollón, etc, etc... hasta llegar a la actuación de los aborígenes de turno, por no decir del tres al cuarto, en la que nos devuelven a nuestra condición de turistas-guiris-gilipollas.
Lanzamiento de lanzas, boomerangs, balones de futbol australiano (ejem, ejem, vaya tela). Un golpe de efecto al guiri dejándonos probar lanzar los boomerangs y luego a hacer el tontolculo en el teatro. Cantos de alarma bancaria, digeridoos, danzas aborígenes, espontáneos (chinos) saliendo al escenario para fotografiarse. Suerte que no me tocó salir como a dos tetudas que escogieron, pero a todo cerdo le llega su san martín...
A la salida, a comer bocata, porque los restaurantes tienen horarios de desayunos españoles. El conductor del free bus "reservado" ahora se tira al rollo voluntariamente y nos deja en la estación del trenecillo.
Siguiente timo: KSR, un tren caro de cojones, que anda menos que unos recién casados, dos cascadas pasando al ran-ran para fotografiarlas, una parada para ver las sequillas Barron Falls, y un mogollonazo de tiempo para recorrer una distancia relativamente corta. El paisaje? árboles y demás vegetación selvática tapándolo todo! Estábamos tan hartos del chaca-chaca que nos bajamos en la primera parada, antes de volver a Cairns, ya que el coche lo teníamos en Caravonica... y ahora al hotel, ducha, cambiazo y a la siguiente gilipollez del día (suerte que sólo tiene 24 horas, sino...)
Tjapukai by night: Como somos del género iluso, pensábamos en nuestra nube de colorines y chucherías, que al divertirnos en el Cairns Night Zoo, aquí pasaría lo mismo...
En la misma parada del telecabina de Caravonica. Al lado mismo. No digáis que no os he avisado...
A la entrada, foto-souvenir-clavada con el aborigen parecido al ayudante del payaso Krusty... mi padre hubiese quedado más genuino, hasta con su gorra calada hasta las orejas.
Después a pasear y pasear por la tienda de souvenirs, para ver si comprábamos los digeridoos mientras montaban el espectáculo, nos dan la señal y vemos a unos pollos al uso, es decir de aborígenes, con las pinturas y el taparrabos, alrededor de una hoguera, mas ahumados que el salmón y que después nos convidaron a pasar con ellos al exterior, donde hicieron fuego con palitos y voluntarios, nos hicieron hacer ruido con palitroques, para pasar a continuación al comedor donde había el omnipresente bufet libre peeeeeeero... con japos bloqueando, mirando, inspeccionando, haciendo paso atrás, paso adelante como Chiquito de la Calzada, antes de coger cualquier pieza de comida.... Diooooooosssss, dadme una recortada, dádmelaaaaaaa!!!!
La cosa acabó como tenía que acabar. Cena casi a oscuras, donde no ves si comes la carne del bufet o la servilleta, con el espectáculo de aborígenes bramando justo al lado; para acabar con el bailecito comunitario, donde el gilipollas de un servidor acabó en el escenario haciendo el ridículo por enésima vez...
Como positivo, la sobredosis de cervecitas que me tomé para contraarrestar los efectos de los sonidos aborígenes (ahora si que podía conducir bien, coño! Dos volantes, dos cambios de marchas, dos frenos de manos, dos señoras, dos policías saludando...) y el conocer, como pasó en las Remarkable Rocks con una pareja joven de rusos, a un indio trajeado que nos tiró fotos con los sujetos pintarrajeados, devolviéndole el favor, al menos que salgamos en alguna foto...
Como negativo: el 90% de la jornada. A dormirrrrr
Great Barrier Reef - Moore: El dia no comenzó muy bien. Como la primera jornada, dudando sobre qué hacer mientras intentábamos hacer de meteorólogo a la vista de las nubes pasando, se nos pasó la hora de la primera tanda de cruceros a la barrera desde Cairns. Así que cogimos el único disponible, un tour de Sunlover al arrecife de Moore. Con serias dudas sobre la elección, subimos al catamarán, muy semejante al de Quicksilver, y allá nos fuimos.
De primeras, ni mucho menos el aluvión de gente del otro crucero. El ambiente era mas relajado y con alguna demo sobre seguridad bastante cómica. El buen rollo se contagió a la meteorología y, aunque no totalmente azul, si que tuvimos un dia de sol espectacular. Como ya íbamos resabiados (como las vaquillas de las fiestas pueblerinas) de la expe anterior, únicamente tomamos el paseo por el fondo marino Seawalker como opción costeable aparte, algo totalmente prescindible pero que tiene la gracia de ir como los marinos del capitán Nemo.
Esta vez si que, aunque pagando, existen minitaquillas reguladas con una maquinita tipo comecocos. Así salimos a la plataforma únicamente en bañador y con los cameramens en sus carcasas submarinas (gran diferencia del estrés "donde dejo la ropa?" anterior). La zambullida fué impresionante! muchísima mas luz diurna (en esto no tuvo la culpa nadie de la otra vez), muchísima mas fauna alrededor, muchísimo mas coral justo a nuestro lado y en algunas zonas sólo con un palmo de agua a la superficie. Ahora si que podíamos decir que estábamos disfrutando!!!! Un enorme ejemplar achichonado que llamaban Wally (coño, grande como una persona!) se acercaba y se resobaba con los submarinistas, lo mismo ocurrió luego con una enorme tortuga que evolucionaba entre nosotros, pendiente de nuestras manos, para ver si llevábamos algún premio!!! Abajo, estrellas de mar, gigantescas conchas cuyo interior era multicolor, toda clase y colores de peces de medianos y pequeños tamaños... El documental en vivo se completaba al sumergirte únicamente con gafas de snorkelear y poder tocar a todas estas criaturas sin que se espantasen...
El coste de las carcasas submarinas para las cámaras quedó amortizado de golpe en esta excursión. Solo parábamos momentáneamente para comprobar que funcionaban bien, volviendo al agua al instante. Las fotógrafas de Sunlover pululaban con su equipo de submarinismo, efectuando fotografías a mansalva, gracias a las cuales (la diferencia de calidad de sus equipos se nota, claro) tenemos cantidad de documentos gráficos con los que entretener nuestra futura jubilación, con la tortuga o Wally haciendo de perrito faldero...
El bufet estuvo menos congestionado, por lo cual pudimos sentarnos tranquilamente a papear, antes de meternos en lo de la escafandra. El Seawalker en cuestión consiste en pasear por la estructura metálica inferior de la plataforma, donde fotógrafos y guías nos teledirigen nuestros torpes pasos. Me pareció otro timo que no tiene nada que ver con las imágenes de otras latitudes (Riviera Maya, por ejemplo) ya que la preservación del coral impide el paseo ofertado sobre la arena del fondo que no lo perjudica. Timo, timo, tomad nota, viajeros...
A la vuelta, buen rollito general con la madura expendedora de cervezotas (cayeron 4 cada uno), con una austríaca solita de MUY buen ver que se apuntó rápido a cascar con nosotros, y con el personal femenino del crew y fotógrafas, que parecián llegadas del casting de las Baywatchers, y cuyas anécdotas ya he contado en anteriores posts.
Satisfacción a la llegada a la Estación Marítima de Cairns, trastos al coche, descanso fugaz en el hotel y a pasear por la laguna de los peces plateados de metal, donde mi señora se metió el hostión del siglo, al resbalar con las maderas que forman la tarima, mojadas lógicamente por las peripecias de un montón de chavales (también había jóvenes aborígenes entre ellos) que se bañaban en la susodicha laguna, rayando el sunset. Bonitas y rojizas fotos antes de enchufarnos las últimas cervezas del día en el Rattle N Hum.
Daintree River: Último día en Queensland, ya que a la tarde-noche sale el vuelo a Darwin. Bueno, bueno, pues volvemos a las andadas. La zona de Daintree es salvaje, natural, preciosa y todos los buenos calificativos que se le puedan poner. Los merece de verdad; pero ese trenecillo fluvial, ese trenecillo fluviallllllllll... jodeeeer... Es que el tren de la bruja de la feria impacta mas, coño! Al subir a él, le harías fotos por todos lados. Es gracioso, capaz, permite reportajear cómodamente sentado, los guías (uno a cada extremo) te ponen la cabeza loca de explicaciones (cuántas veces repetirán "crocodile" en todo el viaje?), peeeeero... la prometida contemplación de cocodrilejos se resume a dos, lejanos e inmóviles y con un inquietante aspecto de látex (es que no movieron ni un ojo con toda la ruidera que hacíamos). La observación de las riberas no deja de ser una tediosa consecución de hierbajos y colorín colorado, este tour se ha acabado. Otro timo más al saco! Si hubiésemos podido hacerlo el día de Cape Tribulation, no hubiésemos perdido el tiempo y gastado gasolina tan tontamente, pero venir ex-profeso desde Cairns... boooooof que fatiguita connnnnio...
Hurtley's Crocodile Adventure: Lo que mal empieza, bien acaba (no podíamos irnos de Queensland con mal sabor de boca). Nada mas entrar, una gran palapa con terraza sobre el canal principal donde deambulan las barcazas, nos permite comer tranquilamente mientras observamos las peripecias de un buen montón de salties bien hermosos!!! Inmensamente grandes, ágiles en el agua, mirada fija... esto si que es contemplación, en cautividad pero dadas las dimensiones de su hábitat, parece que están en su salsa.
Primera visita: la granja de los cocos... un mogollón, pero mogollón, unos encima de otros en algunos puntos, de jóvenes salties, mientras un guía explicaba, ejemplar de tres palmos en mano, las curiosidades de su naturaleza... para finalizar la explicación, turnos para sobar la criaturita y reportaje fotográfico propio...
Después el plato fuerte: barcaza con laterales de plástico o cristal desde donde observamos los ejemplares de antes, mientras realiza un mini crucero alrededor de la laguna-rio-loquesea. Montones de ejemplares que realizan la característica, pero impresionante por su proximidad (a dos palmos tuyo, suerte que a un palmo hay un vidrio separador), pirueta del salto fuera del agua para enganchar la carne del palitroque... Comprobado. Zizaguean como una cobra que sale del cesto de un hindú con la flauta, fuera del agua unos dos metros de altura. Evidentemente, si estás chapoteando, no tienes escapatoria. Si fuera del agua tienes que andar con mil ojos con ellos (aunque aparenten ser torpes futuros bolsos de diseño tirados en la arena), dentro del agua no los ves venir y ya están saltando y haciendo ese CHASSSSKKKK acojonante con las mandíbulas...
Una vez finalizada la vuelta al ruedo, turno de acudir al teatrillo, donde un coleguilla (el cuidador robusto del Cairns Night Zoo) se pluriemplea y nos muestra una buena variedad de bichos reptantes de lengua bífida, paseándolos para que la gente los sobe y les pierda el miedo/asco.
Después llega el turno del empleado-futuro bocata-temerario que enseña y entretiene con un enorme saltie a sus pies y metido en la charca al uso. Aquí nos apercibimos que estos bichos saben cuando entran en sus dominios los humanos o alguna ave despistada. Al simular el chapoteo de esta última, aparece saltando en el aire, cuando no veías ni siquiera una burbuja o una onda en la superficie que lo delatase... Acojonante. Lo dicho. No temor, pero si mucho respeto con estos bichos...
Por último, un paseo por las zonas donde los casuarios deambulan tras las altas vallas, aves prehistóricas que nunca sabes si están de mala leche y vienen para zumbarte, o es que son curiosos y cotorrean como los peces de la barrera. Su cresta, sus colores y sus patorras son de lo más curioso...
Fin de la jornada y del estado. Trincamos los maletones en el hotel, devolvemos el coche en el aeropuerto y ya es de noche cuando volamos a Darwin...
Mail 8/8: Darwin + Kakadu + Nitmiluk + Litchfield
Australia - 25 Julio/ 22 Agosto 2008 (séptima parte)
Ciudades y sus perímetros hasta unos 300 km como siguen:
Mail 2: Perth + (Fremantle, parque Cohunu, desierto Pinnacles, lago Thetis, Cervantes)
Mail 3: Adelaide + (Kangaroo Island)
Mail 4: Melbourne + (Great Ocean Road, Phillip Island)
Mail 5: Sydney + (Blue Mountains)
Mail 6: Yulara + (Uluru, Kata Tjutas)
----> Mail 7: Cairns + (Daintree River, Cape Tribulation, Port Douglas, Great Reef Barrier, Kuranda)
Mail 8: Darwin + (Ubirr, Jabiru, South Alligator River, Nourlangie, Yellow River en el P.N. del Kakadu; Katherine Gorges y Edith Falls en P.N. Nitmiluk; y Termite Mounts y Florence Falls en P.N. Litchfield)
Kuranda: Hoy creo que es el típico dia que uno no se tendría que haber levantado de la cama, o bien, haber salido directamente del hotel con el equipo de snorkel y aprovechar el tiempo en la barrera, y es que, bien madrugadores, nos plantamos en la estación de telecabina de Caravonica para tomar temprano el sistema de transportes a Kuranda y aledaños que mostraron ser una turistada total.
Lógicamente, las vistas desde la cabina son espectaculares y las dos paradas en el bosque húmedo nos permitieron tomar reportajes tranquilamente de unas Barron Falls mas bien escasas de agua (cosas de la época, normal).
A continuación llegada a Kuranda donde nos tiramos una hora esperando que el transporte (free bus dicen) al parque temático Rainforest Station, moviese el culo de su parada. Todo el madrugón para nada. Resulta que el susodicho bus, inicia su periplo una vez llegado el primer tren escénico (Kuranda Scenic Railway, KSR para los amantes de las abreviaturas) desde Cairns. En esa hora podríamos haber ido y vuelto 15 veces, pero lo mejor es que el citado free bus estaba "reservado" para los japos e italianos gestionados por una agencia de tours (todos con su pegatina bien visible). Así pues, si no llegamos a subir antes, nos despachan por todo el morro. Una vez arriba no tuvieron ... de decirnos que bajásemos... hasta la siguiente parada.
Sorpresivamente, el colorido transporte efectuó parada en un terrario monotemático sobre mariposas (no me digas como se llama, porque con el cabreo y viendo lo que valía la entrada, se me olvidó hasta el nombre. Algo de butterfly, jajaja, no iba a ser koala). Total, todos abajo y en 25 minutos reprende la marcha.
Ah, amigo! aquí los del tour nos levantaron la camisa! Al volver, no nos dejan subir. Ni inglés básico, ni hostias. Vendidos al tour de los... porque habrían soltado la mosca al conductor. Inaudito! Esto si que no me lo hubiese esperado en este país. En Egipto, Túnez, China, Rusia, Hungría, Chequia y otra serie de países con personal tendente a la "mano tonta" (la de cobrar sin que mire nadie) me lo hubiese creido, pero aqui??????
En éstas, que un conductor de un minibus, vestido de explorador, y que se apercibe de la minusvalía de mi señora, se tira al rollo y nos lleva al dichoso parque (estábamos a 5 o 6 kilómetros, no era un paseito).
Veeeeenga. Ya estamos aquí. Y de vacaciones. Fuera malos rollos. Respira hondo...
Rainforest Station: Simpático parquecillo donde la atracción principal es un paseo en unos artilugios anfibios llamados "duck", legados del ejército de la época de los romanos, por lo menos, pero muy eficaces para su tarea. El anfibio pirula con gas, tiene aspecto de ser un cruce entre blindado y la barca de chanquete, y el chico-danone-conductor-guía (opinión de mi señora, lo mío es envidia) nos llevó hábilmente por unas cuestas del 24.723 % por lo menos (como el indice del Euribor) y después a través de una laguna, dándonos mil y una explicaciones sobre la exótica vegetación y sus peligros. Hay que remarcar que el tipo se lo curró muy bien, fué divertido con finas ironías sobre los Indiana Jones del todo a 100 y no dudaba en escalar el capó de su vehículo para tomar muestras, señalar o explicar mejor las curiosidades que nos rodeaban. Ya se nos había pasado el cabreo.
Después, repaso a las instalaciones, con koalas (que raro, no?), lagartos, serpientes, casuarios, emús, kangaroos, cocodrilos a mogollón, etc, etc... hasta llegar a la actuación de los aborígenes de turno, por no decir del tres al cuarto, en la que nos devuelven a nuestra condición de turistas-guiris-gilipollas.
Lanzamiento de lanzas, boomerangs, balones de futbol australiano (ejem, ejem, vaya tela). Un golpe de efecto al guiri dejándonos probar lanzar los boomerangs y luego a hacer el tontolculo en el teatro. Cantos de alarma bancaria, digeridoos, danzas aborígenes, espontáneos (chinos) saliendo al escenario para fotografiarse. Suerte que no me tocó salir como a dos tetudas que escogieron, pero a todo cerdo le llega su san martín...
A la salida, a comer bocata, porque los restaurantes tienen horarios de desayunos españoles. El conductor del free bus "reservado" ahora se tira al rollo voluntariamente y nos deja en la estación del trenecillo.
Siguiente timo: KSR, un tren caro de cojones, que anda menos que unos recién casados, dos cascadas pasando al ran-ran para fotografiarlas, una parada para ver las sequillas Barron Falls, y un mogollonazo de tiempo para recorrer una distancia relativamente corta. El paisaje? árboles y demás vegetación selvática tapándolo todo! Estábamos tan hartos del chaca-chaca que nos bajamos en la primera parada, antes de volver a Cairns, ya que el coche lo teníamos en Caravonica... y ahora al hotel, ducha, cambiazo y a la siguiente gilipollez del día (suerte que sólo tiene 24 horas, sino...)
Tjapukai by night: Como somos del género iluso, pensábamos en nuestra nube de colorines y chucherías, que al divertirnos en el Cairns Night Zoo, aquí pasaría lo mismo...
En la misma parada del telecabina de Caravonica. Al lado mismo. No digáis que no os he avisado...
A la entrada, foto-souvenir-clavada con el aborigen parecido al ayudante del payaso Krusty... mi padre hubiese quedado más genuino, hasta con su gorra calada hasta las orejas.
Después a pasear y pasear por la tienda de souvenirs, para ver si comprábamos los digeridoos mientras montaban el espectáculo, nos dan la señal y vemos a unos pollos al uso, es decir de aborígenes, con las pinturas y el taparrabos, alrededor de una hoguera, mas ahumados que el salmón y que después nos convidaron a pasar con ellos al exterior, donde hicieron fuego con palitos y voluntarios, nos hicieron hacer ruido con palitroques, para pasar a continuación al comedor donde había el omnipresente bufet libre peeeeeeero... con japos bloqueando, mirando, inspeccionando, haciendo paso atrás, paso adelante como Chiquito de la Calzada, antes de coger cualquier pieza de comida.... Diooooooosssss, dadme una recortada, dádmelaaaaaaa!!!!
La cosa acabó como tenía que acabar. Cena casi a oscuras, donde no ves si comes la carne del bufet o la servilleta, con el espectáculo de aborígenes bramando justo al lado; para acabar con el bailecito comunitario, donde el gilipollas de un servidor acabó en el escenario haciendo el ridículo por enésima vez...
Como positivo, la sobredosis de cervecitas que me tomé para contraarrestar los efectos de los sonidos aborígenes (ahora si que podía conducir bien, coño! Dos volantes, dos cambios de marchas, dos frenos de manos, dos señoras, dos policías saludando...) y el conocer, como pasó en las Remarkable Rocks con una pareja joven de rusos, a un indio trajeado que nos tiró fotos con los sujetos pintarrajeados, devolviéndole el favor, al menos que salgamos en alguna foto...
Como negativo: el 90% de la jornada. A dormirrrrr
Great Barrier Reef - Moore: El dia no comenzó muy bien. Como la primera jornada, dudando sobre qué hacer mientras intentábamos hacer de meteorólogo a la vista de las nubes pasando, se nos pasó la hora de la primera tanda de cruceros a la barrera desde Cairns. Así que cogimos el único disponible, un tour de Sunlover al arrecife de Moore. Con serias dudas sobre la elección, subimos al catamarán, muy semejante al de Quicksilver, y allá nos fuimos.
De primeras, ni mucho menos el aluvión de gente del otro crucero. El ambiente era mas relajado y con alguna demo sobre seguridad bastante cómica. El buen rollo se contagió a la meteorología y, aunque no totalmente azul, si que tuvimos un dia de sol espectacular. Como ya íbamos resabiados (como las vaquillas de las fiestas pueblerinas) de la expe anterior, únicamente tomamos el paseo por el fondo marino Seawalker como opción costeable aparte, algo totalmente prescindible pero que tiene la gracia de ir como los marinos del capitán Nemo.
Esta vez si que, aunque pagando, existen minitaquillas reguladas con una maquinita tipo comecocos. Así salimos a la plataforma únicamente en bañador y con los cameramens en sus carcasas submarinas (gran diferencia del estrés "donde dejo la ropa?" anterior). La zambullida fué impresionante! muchísima mas luz diurna (en esto no tuvo la culpa nadie de la otra vez), muchísima mas fauna alrededor, muchísimo mas coral justo a nuestro lado y en algunas zonas sólo con un palmo de agua a la superficie. Ahora si que podíamos decir que estábamos disfrutando!!!! Un enorme ejemplar achichonado que llamaban Wally (coño, grande como una persona!) se acercaba y se resobaba con los submarinistas, lo mismo ocurrió luego con una enorme tortuga que evolucionaba entre nosotros, pendiente de nuestras manos, para ver si llevábamos algún premio!!! Abajo, estrellas de mar, gigantescas conchas cuyo interior era multicolor, toda clase y colores de peces de medianos y pequeños tamaños... El documental en vivo se completaba al sumergirte únicamente con gafas de snorkelear y poder tocar a todas estas criaturas sin que se espantasen...
El coste de las carcasas submarinas para las cámaras quedó amortizado de golpe en esta excursión. Solo parábamos momentáneamente para comprobar que funcionaban bien, volviendo al agua al instante. Las fotógrafas de Sunlover pululaban con su equipo de submarinismo, efectuando fotografías a mansalva, gracias a las cuales (la diferencia de calidad de sus equipos se nota, claro) tenemos cantidad de documentos gráficos con los que entretener nuestra futura jubilación, con la tortuga o Wally haciendo de perrito faldero...
El bufet estuvo menos congestionado, por lo cual pudimos sentarnos tranquilamente a papear, antes de meternos en lo de la escafandra. El Seawalker en cuestión consiste en pasear por la estructura metálica inferior de la plataforma, donde fotógrafos y guías nos teledirigen nuestros torpes pasos. Me pareció otro timo que no tiene nada que ver con las imágenes de otras latitudes (Riviera Maya, por ejemplo) ya que la preservación del coral impide el paseo ofertado sobre la arena del fondo que no lo perjudica. Timo, timo, tomad nota, viajeros...
A la vuelta, buen rollito general con la madura expendedora de cervezotas (cayeron 4 cada uno), con una austríaca solita de MUY buen ver que se apuntó rápido a cascar con nosotros, y con el personal femenino del crew y fotógrafas, que parecián llegadas del casting de las Baywatchers, y cuyas anécdotas ya he contado en anteriores posts.
Satisfacción a la llegada a la Estación Marítima de Cairns, trastos al coche, descanso fugaz en el hotel y a pasear por la laguna de los peces plateados de metal, donde mi señora se metió el hostión del siglo, al resbalar con las maderas que forman la tarima, mojadas lógicamente por las peripecias de un montón de chavales (también había jóvenes aborígenes entre ellos) que se bañaban en la susodicha laguna, rayando el sunset. Bonitas y rojizas fotos antes de enchufarnos las últimas cervezas del día en el Rattle N Hum.
Daintree River: Último día en Queensland, ya que a la tarde-noche sale el vuelo a Darwin. Bueno, bueno, pues volvemos a las andadas. La zona de Daintree es salvaje, natural, preciosa y todos los buenos calificativos que se le puedan poner. Los merece de verdad; pero ese trenecillo fluvial, ese trenecillo fluviallllllllll... jodeeeer... Es que el tren de la bruja de la feria impacta mas, coño! Al subir a él, le harías fotos por todos lados. Es gracioso, capaz, permite reportajear cómodamente sentado, los guías (uno a cada extremo) te ponen la cabeza loca de explicaciones (cuántas veces repetirán "crocodile" en todo el viaje?), peeeeero... la prometida contemplación de cocodrilejos se resume a dos, lejanos e inmóviles y con un inquietante aspecto de látex (es que no movieron ni un ojo con toda la ruidera que hacíamos). La observación de las riberas no deja de ser una tediosa consecución de hierbajos y colorín colorado, este tour se ha acabado. Otro timo más al saco! Si hubiésemos podido hacerlo el día de Cape Tribulation, no hubiésemos perdido el tiempo y gastado gasolina tan tontamente, pero venir ex-profeso desde Cairns... boooooof que fatiguita connnnnio...
Hurtley's Crocodile Adventure: Lo que mal empieza, bien acaba (no podíamos irnos de Queensland con mal sabor de boca). Nada mas entrar, una gran palapa con terraza sobre el canal principal donde deambulan las barcazas, nos permite comer tranquilamente mientras observamos las peripecias de un buen montón de salties bien hermosos!!! Inmensamente grandes, ágiles en el agua, mirada fija... esto si que es contemplación, en cautividad pero dadas las dimensiones de su hábitat, parece que están en su salsa.
Primera visita: la granja de los cocos... un mogollón, pero mogollón, unos encima de otros en algunos puntos, de jóvenes salties, mientras un guía explicaba, ejemplar de tres palmos en mano, las curiosidades de su naturaleza... para finalizar la explicación, turnos para sobar la criaturita y reportaje fotográfico propio...
Después el plato fuerte: barcaza con laterales de plástico o cristal desde donde observamos los ejemplares de antes, mientras realiza un mini crucero alrededor de la laguna-rio-loquesea. Montones de ejemplares que realizan la característica, pero impresionante por su proximidad (a dos palmos tuyo, suerte que a un palmo hay un vidrio separador), pirueta del salto fuera del agua para enganchar la carne del palitroque... Comprobado. Zizaguean como una cobra que sale del cesto de un hindú con la flauta, fuera del agua unos dos metros de altura. Evidentemente, si estás chapoteando, no tienes escapatoria. Si fuera del agua tienes que andar con mil ojos con ellos (aunque aparenten ser torpes futuros bolsos de diseño tirados en la arena), dentro del agua no los ves venir y ya están saltando y haciendo ese CHASSSSKKKK acojonante con las mandíbulas...
Una vez finalizada la vuelta al ruedo, turno de acudir al teatrillo, donde un coleguilla (el cuidador robusto del Cairns Night Zoo) se pluriemplea y nos muestra una buena variedad de bichos reptantes de lengua bífida, paseándolos para que la gente los sobe y les pierda el miedo/asco.
Después llega el turno del empleado-futuro bocata-temerario que enseña y entretiene con un enorme saltie a sus pies y metido en la charca al uso. Aquí nos apercibimos que estos bichos saben cuando entran en sus dominios los humanos o alguna ave despistada. Al simular el chapoteo de esta última, aparece saltando en el aire, cuando no veías ni siquiera una burbuja o una onda en la superficie que lo delatase... Acojonante. Lo dicho. No temor, pero si mucho respeto con estos bichos...
Por último, un paseo por las zonas donde los casuarios deambulan tras las altas vallas, aves prehistóricas que nunca sabes si están de mala leche y vienen para zumbarte, o es que son curiosos y cotorrean como los peces de la barrera. Su cresta, sus colores y sus patorras son de lo más curioso...
Fin de la jornada y del estado. Trincamos los maletones en el hotel, devolvemos el coche en el aeropuerto y ya es de noche cuando volamos a Darwin...
Mail 8/8: Darwin + Kakadu + Nitmiluk + Litchfield