Lolitonta rebuznó:
Cómo mola tener cogidos literal y metafóricamente por los huevos a los tíos. Ojalá pudiese ser Lolita y poder jugar libremente con cualquier imbécil que se me antojase.
Y esto amigos, es la demostración empírica de por qué follar con crancos no es una especie de Arcadia de saldo en la que uno se puede poner las botas a costa de tirar por la ventana las espectativas, como si estuviera en un buffet libre del horror.
Existe una corriente de pensamiento positivista muy popularizada por los Karlitros y Lolen's de la vida que consiste en defender que las feas son amantes mucho mejores. Sustentan el argumentario lógico sobre la premisa de que las feas, que no han tenido la suerte de ser tocadas al nacer por la polla mágica de Adonis, no tienen el aval de su belleza precediéndolas por lo que tienen que ofrecer razones sexuales de mucho peso como para anclar a sus parejas, mostrándose mucho más agradecidas y complacientes en la cama.
No os dejéis estafar por estos profetas del hedor. Que no os engañe esta burda manifestación de la moral del esclavo. Como demuestra la puta sorda a diario las feas son las raras, son los judíos en la Alemania nacionalsocialista, son los charnegos en la Cataluña pujolista. Son las inadaptadas, su cara es su estigma, a la vista de todo el mundo, y esto las putea contínuamente. Incluso los travelos guapos están un escalón por encima, porque si consiguen suavizar sus rasgos faciales pueden arreglárselas para ocultar su sorpresa hasta que es demasiado tarde. Ser fea es una evidencia que te convierte automáticamente en ciudadana de segunda, los hombres sólo se las follan si van muy borrachos, tienen que hacer cola, los camareros las atienden con desinterés, no las dejan militar en CIU, tienen que cortarse el pelo en casa, y si un paladín se las cruza se abalanzará sobre ellas, no para jurarles amor eterno, sino para clavarles la espada hasta lo más hondo de su vientre.
Las feas son seres repugnantes empapados de toda clase de odios y rencores hacia la humanidad y especialmente los hombres, y los manifiestan especialmente durante las relaciones sexuales. Sus potenciales compañeros ideales las rechazan, tienen que conformarse con las sobras que dejan sus superiores jerárquicas, las guapas. El coito no es un intercambio sexual, sino una sórdida satisfacción unilateral por parte de los karlitros & co., puesto que apenas pueden obtener de ellos nada más que el simple placer sexual instantáneo (LOL). No hay zapatos, no hay desayunos con diamantes. Son feas. No hay amantes, no hay seducción, sólo cazadores y presas y el sórdido escenario del hawi. Eso las feas lo saben, estan hartas de que los capulletos les digan que se acercan a ellas por su carisma e inteligencia, saben que esos argumentos son falsos. El juego de la seducción sólo funciona con la elocuencia axiomática de una escopeta.
Por eso cuando las putas feas consiguen atrapar a una presa, le hacen pagar muy cara toda su frustración acumulada amargándole la puta vida. La culpan de su exilio social y de la hipocresía social bajo la cual tienen que vivir a la sombra de las guapas, le arrancan las tripas. Cortan sus cuellos con un cuchillo de postres, los deshollan para hacerse vestidos con sus pieles, les amputan las orejas para exhibirlas a modo de trofeo, hacen paté con sus genitales.
Cuando las modelos gangosas sin estudios dicen que la belleza es un reflejo del alma tienen razón, pero únicamente en el caso de las feas. Mucho cuidado con ellas.