Extrañamente, mi recuerdo más entrañable de él, es una entrevista que le hicieron (estaba con uno de sus hermanos) en uno de esos saraos donde invitan a famosos a beber y comer de gratis, con la condición de que se dejen afotar endelante de los carteles de publicidad de la marca de turno. La reportera o lo que fuera, le preguntó: "¿Disfrutando de los amigos y de esta fiesta? ¿Es aficionado al whisky" (Era un sarao patrocinado por alguna William Lawson's o algo así). Él, miró con asombro a la reportera, y le dijo, "¿El whisky? Es una bebida horrible, es intragable si no le pones algo más, como por ejemplo, coca-cola, como he hecho yo, mira (enseña el vaso que está bebiendo). Así es, el whisky solo es asqueroso, está malo, y el que diga lo contrario, miente, porque esto no le puede gustar a nadie, sabe mal". El hermano, que parecía estar más despierto, le dice algo al oído, y Mariano cambia radicalmente el registro, muestra una tremenda sonrisa, y dice "Menos éste, claro, que está buenísimo, una delicia, vamos. Yo le pongo coca-cola por costumbre, pero solo está riquísimo, créanme".
Lo más grande.