Eso te pasa por ser de capital.
Llevo toda la vida pasando los fines de semana, navidades, verano, etc en el pueblo, donde mis tíos tienen una panadería/bollería. Lo que para todo el mundo sería un sueño, para mi no lo ha sido.
De primeras, he perdido el olfato de los dulces. Ibamos un día un amigo y yo por madrid hasta que me dijo "joder, que bien huele, estoy por comprarme algo" "De que hostias hablas, huele a que?" "A bollos" "Joder, que nariz mas fina, donde está la bollería?" "Mira a tu derecha".
Al girarme casi me abro la cabeza con el cristal de la fachada. Todavía aturdido vi ante mi palmeras de chocolate, hojaldres de todo tipo, donuts, lazos, ochos...
Por no hablar de las navidades y los roscones de reyes. El poner la broza tóxica esa de colores llamativos (es calabaza tintada), la naranja y las guindas encima del roscón, con las manos pegadas de tantos kilotones de azúcar líquida. Pero eso no es nada comparado con rellenarlos de...
Abre el roscón, llena la manga pastelera de nata, empieza a echar nata como si no hubiera mañana, joder, cuanta nata le entra a esto no? Venga, rellena otra vez, otro roscón, uy, te has manchado las manos de nata? Sería una pena que, te... picara... LA CARA.