Quantec rebuznó:
Habrá elecciones o es necesario jugar la intertoto para que las momias con abono despierten.
Tengo sensaciones aparentemente contradictorias que quizás estén directamente relacionadas. Esta derrota no me ha afectado demasiado en comparación a otros años, pero por otro lado estoy bastante desanimado con la situación del Club y su futuro inmediato.
Decidí hacerme socio y mandé mi solicitud el 8 de mayo de 2008, día que muchos recordaréis por ser el día siguiente del pasillo y 4-1 en el Cuernabéu, el día siguiente de dar un cierre bochornoso a un gran ciclo en el que por fin revivimos el Dream Team, el día siguiente de tocar fondo tras dos años de caída libre, en un año especialmente horroroso, sin títulos, con el delirio instalado en el Riviera y el gimnasio, con Ronaldinho apartado del equipo y Motta en paradero desconocido, con la directiva en descomposición ante la inminente moción de censura y Laporta abandonado, solo como Nerón viendo arder Roma, desquiciado y superado ante el acecho inminente del Ancienne Régime ansioso por recuperar su trono y privilegios, con el cachondeo diario de mandriles y pericos.
Pues ante ese panorama hice un acto de fe, seguía creyendo en algo que valía la pena y que seguía en pie a pesar de todo, algo que valía la pena recuperar y defender, algo que tanto nos había dado en fechas recientes, que nos había rescatado del infierno absoluto y que nos había llevado a lo más alto. Algo que, despojado de todo el ruído del infecto entorno y de los errores puntuales de una mala planificación durante dos años, me seguía transmitiendo confianza, credibilidad e ilusión. Porque el modelo seguía ahí, y era el único que había funcionado y nos había dado lo mejor, y era mucho más que un tamudazo, la paliza de Getafe o tirar una liga arrastrándonos. Era eso a lo que Laporta se refería con lo de "al loro, que no estamos tan mal". No tardó ni un año el Club en devolvernos esa confianza.
Hoy en cambio, es totalmente diferente. No tengo la más mínima ilusión, esperanza ni confianza en nada. Ni el más leve estímulo para seguir creyendo. Me abstraigo del ruído, de la bronca, de lo puntual y coyuntural, de los Rastrer0s y Robert Cantas, ignoro el partido de hoy, las semis de la semana pasada, a los moc-moc, al Tata. ¿Y qué nos queda? Bartolo, Faus, Zubi, Qatar, el pufo de Neymar en la fiscalía, la sanción de la FIFA, el bochorno internacional y el sossipropietari, el infatigable sossipropietari empeñado en seguir cavando y cavando hasta enterrarnos a todos, ahora dispuesto a demoler el Club para levantar un nuevo estadio.
Ojalá lo de hoy hubiera sido como lo de aquél pasillo en el Cuernabéu.