A mí me está sorprendiendo terriblemente un patrón que estoy descubriendo últimamente. Todas, absolutamente todas las parejas que conozco que han roto recientemente, han tenido una crisis tras unos cuernos por parte de la mujer que, de una relación esporádica de la que se arrepienten mucho, han decidido hacer la liana y cambiar al de siempre por lo nuevo. Y, ojo, que lo de siempre no son tíos del montón, al contrario, que son pavos a los que yo he visto rechazar tías por serles fieles a las zorras que los han traicionado vilmente.
Todos han [hemos] perdonado y transigido unos tochos diciendo que, como Terencio, nada de lo humano nos es ajeno; mucho menos las debilidades y los pecados. Como imbéciles, nos hemos afilado unos cuernos que relucían al albor de las mentiras de unas hijas de puta, porque otro nombre no tienen, que nos pedían perdón y regalaban la oreja mientras se depilaban los labios para otras lenguas. Todos nos hemos quedado rotos; no quebrados, no, rotos. Incapaces, por ahora, de rehacer nuestros círculos afectivos. Y no porque sigamos enganchados de las ex, no. Porque, de hecho, esas ex ya no existen, murieron y se fugaron en la niebla, para dejar, en su lugar, a un nuevo ser amargo y torticero, trepa y asqueroso, que, aunque se parece en la forma, no tiene nada que ver en el fondo. No, nuestro problema, es que se nos ha jodido aquello en lo que creíamos. Ya no somos capaces de confiar ciegamente en nadie. Ya no nos cortaremos una falange por ninguna. Ya no cantaremos al amanecer lo bonito que es despertar oliendo el perfume ajeno. No, porque ya todo eso huele a traición. A la mentira que está por llegar. Y a toda promesa, risa o alegría le vemos el reverso tenebroso en forma de puñal que, antes o después, nos clavarán por la espalda como ellas se clavarán la polla o el vibrador ajeno. Somos juguetes rotos de unas relaciones que nos han jodido de por vida y que a ellas, sin embargo, parecen haberles afectado mínimamente.
Porque ésa es otra. Vale que cada uno hace con su vida lo que quiere. Que nadie tiene que esconderse y que hasta es lícito ser egoísta cuando de la felicidad propia se trata, pero, hostias, de ahí a hacer alarde de lo feliz que eres en tu nueva vida cuando la herida del abandonado aún sangra media un abismo.
La mía, por ejemplo, que nunca era ella de RRSS, día sí y día también, por lo que me han contado recientemente [ya la tengo borrada en cualquier RRSS], sube una foto con su sudaca enganchada al cuello o donde encarte. Otro amigo que, además, tiene hijas y piso de por medio, tiene que comerse que su ex cada día cambie la foto de perfil del whatsapp que tiene que usar para comunicarse con ella y que, obviamente, en esa nueva foto siempre tenga al que ocupa su lugar y que sus hijas llaman el padre de los fines de semana.
Hay que ser muy hija de puta para presumir de comida una casa de caridad.
Lo bueno, creo, es que antes o después, de todo se sale. Y lo miras con cierta perspectiva y piensas que de la que te has librado. Y, en el fondo, no guardas ya ni rencor. Parafrasenado a Viva Suecia, sólo le deseas que, cada día, la vida le haga llegar lo que se merece, sea bueno o malo. Que, siendo como son, pocas alegrías serán.
Yo, por mi parte, empiezo vacaciones hoy. Dos editoriales me han contactado interesadas en la novela [demasiado pronto para mi gusto, la verdad] y hay varias muchachas que parecen interesarse.
Detallo:
1. La que era amiga de mi ex y dejó de serlo y un día me dijo que si se veía a dormir a casa pero al final no. No espero nada de ella. Dejó a su chico y, sinceramente y aunque dice lo contrario, creo que ya han caído uno, dos o varios más. Así que, aunque me atrae un poco, entre que es volátil y lo que comento, me interesa menos. Para un polvo, puede, pero enturbiaría una relación que, estando donde está, me interesa.
2. La opositora a civil. Hoy me ha escrito. Dudas que le he resuelto. Que me va a dar la vara hasta septiembre porque tiene las opos. Que muy bien que para eso estoy y que, si quiere, se puede venir un fin de semana como la otra vez y le resuelvo lo que quiera. Que sí, que en agosto viene.
3. La psiquiatra. Hoy la he acompañado a comprar una bici. Muy bien, me ha invitado a una cerveza. Tiene un cuadro familiar importante. Me gusta bastante y se va a quedar aquí un tiempo. Le he dicho que se venga al pantano un día a nadar. Parece que será que sí.
4. Ayer estuve en la playa con los alumnos de boxeo. Al llegar a casa me escribe una, que tiene novio pero no es alumno, y me dice que tengo el pecho muy bonito. Si tiene novio para mí es un no, bajo ningún concepto. Jajajaja, sí, y lleno de pelos, como los huevos, he contestado. Le ha dado a like.
5. Otra nueva de boxeo que tiene novio y es alumno. No había coches suficientes, así que la llevé en la moto al bar. Por el camino se agarró a la cintura, cosa lógica, pero tocaba más de la cuenta. Buscando los abdominales y como acariciando. Tiene novio así que es un no. Es alumno así que es un no doble. Hice como que no sentía nada y listo. Al llegar al bar me dio el casco airada y esta semana no ha venido a clase.
6. La restauradora. Me escribió, después de semanas sin saber de ella, para decirme que el TFG le había ido mal. Que si la llevaba a ver un museo y le explicaba el edificio. Le dije que, cuando quiera, me avise y listo. A la espera.
7. La psicóloga y exboxeadora. Me gusta, pero es muy volátil y está demasiado buena. No es que esté fuera de mi liga, pero, sinceramente, creo que, para ella, soy sólo uno más. Así que es una causa perdida para mí. Cero esfuerzos en regar ese jardín.
Y eso es todo, creo.