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Rastrer0 rebuznó:No entiendo como podeis ser tan obtusos, se supone que los padres estan para apoyar a su hijo y hacerle la vida mas facil, que ya se le hara mas dificil las circunstancias y el paso del tiempo para que encima que te puteen tus progenitores.
No digo de ser un chupasangres porque yo no lo soy, de hecho desde los 16 siempre he trabajado en verano y he tenido mis ahorrillos, pero esto no indica que en un momento puntual haya pedido pasta y gustosamente me la han dado porque para eso estan y que coño que yo les veo hacer favores a amigos suyos y demas y ¿no me lo van a hacer a mi? Prendo fuego a la casa con ellos dentro.
Una cosa es hacerte la vida fácil y otra cosa es ponerte zancadillas, y una tercera es que cada perro se lama su pijo. Normalmente, a cualquiera que no tenga ingresos propios sus padres le dan una asignación más o menos ajustada a las necesidades, y de ella uno saca para sus gastos, sean estos copas, caprichos, tabaco o lo que sea. Como todo el mundo, una persona que viva con sus padres debería aprender a administrarse. Bien, si papá no te da un extra para picaderos, te lo quitas de las copas, o fumas menos, o te dejas de comprar el proevolution soccer de turno. Tan sencillo como esto. Así aprendes a optimizar los recursos, porque el día de mañana uno no va a poder darle una vuelta al grifo de los billetes para que caigan más, y si se la da, viene luego el tío Paco con la rebaja en forma de intereses.
Un favor puntual, una ayuda coyuntural, una petición extra de dinero a cuenta no me parece mal, desde luego. Lo que me parece mal es que esto se tome por costumbre y andar apretando y apretando a cada nuevo capricho que se tenga o a cada nueva circunstancia que surja. Que los hay que se toman primero un dedo, luego la mano, luego el brazo y encima tienen los cojones de llorar porque no le dan el cuerpo entero, y hasta ahí podríamos llegar.
No es tanto la cuestión de que te apoyen como una cuestión de amor propio, si se es lo suficientemente mayorcito como para follar, también se es lo suficientemente maduro como para buscarse uno mismo el sitio, sin recurrir a papá.