ilovegintonic rebuznó:
Tras esta historia de abuelo cebolleta, he de manifestar que la común de las mujeres, la tía normal y corriente, la chica estándar, no tiene conversación alguna. Nada. No le preguntéis más allá del cotilleo de turno (en versión amistades cercanas o en versión televisiva) o de sus actividades cotidianas (es que curro mucho/me he comprado un vestido), que no van a salir de ahí.
Ya me has quitado la argumentación que traía preparada, joputa. Precisamente pensaba en eso mientras leía los primeros posts del hilo... ¿Conversar de cosas interesantes con una chica?????
Amos, amoosss!!!
A ver, cómo lo podemos explicar sin repetir lo que don ILG ha expuesto. Una mujer no está mentalmente diseñada para mantener una conversación interesante a nivel profundo, sesudo o metafísico.
Una mujer no suele (o puede) tener conversaciones más allá de sus propias preocupaciones, cotilleos, puteos de amigas, asuntos de trapitos o de comidas, cabreos porque le han dicho o hecho, pero es que, además, nuestro craso error es pedirles lo que no pueden aportar. Dicho de otra forma: ¿para qué cojones queréis tener una conversación trascendental con una mujer si nosotros no las buscamos por ese motivo precisamente?
¿Quién buscaría una tortuga para ir de excursión o un caballo para ir al cine? Cada ser humano tiene su propia funcionalidad más adecuada a cada situación.
Una mujer es una mujer. Tras esta argumentación irrefutable, indefectible e inefable, pasemos a los hechos:
El error de base (nuestro propio error como varones) es creer que para atraer o buscar cómo provocar atracción en una mujer hay que entrenerlas a base de palique interesante, con conversaciones profundas o enigmáticas, como con tanto daño absurdo nos han hecho creer desde afamados libros de ligue que tanto circulan por ahí, y eso (nos han dicho falsamente) creará un aura irresistible en nosotros que les hará mojar bragas.
A una mujer sólo hay que darle cancha y alabarla, decirle lo guapa que va, llevarla en coche de paseo (preferiblemente uno de 35.000€ antes que uno de 2ª mano de 15 años de antigüedad), intercalar alguna frase interesante en medio, repetirle lo bonito que le queda el vestido X y lo bien que se maquilla, hacerle algún regalo de vez en cuando, llevarla a tomar copas... Hay que mostrar interés en lo que no nos interesa lo más mínimo: barra de labios, sombras de ojos, dónde se ha comprado esa falda o qué sugerentes le quedan aquellos zapatos... Sé que es una mierda, sé que cansa, sé que no es un tema que nos merezca un mínimo de atención, pero... ¿queréis mojar en caliente o no?
Cuando hay ya sintonía, la conversación se puede incluso ir sustituyendo por miradas más directas, insinuaciones, besos, roces o tocar directamente un muslo.
Una mujer es esencialmente autocomplaciente y busca ser alabada, querida, estimada, necesitada e importante y, sobre todo,
ESCUCHADA, aunque nos puedan llegar a aburrir como ostras. Una mujer aprovechará siempre contra nosotros cualquier cosa que digamos que esté de más y que no guarde relación directa con ellas o con lo que a ellas les interesa escuchar. Una mujer necesita primordialmente ser escuchada, sentirse especial, ser el centro de atracción aunque a su alrededor pululen otras veinte mujeres. Si dices algo, di algo tan profundo e inteligente, que ni siquiera lleguen a entender lo que digas, pero dará marchamo de calidad. Parecerás inteligente.
Además, una mujer se cree siempre lo que le digamos de ella, por muy falso que sea, porque lo quiere y lo necesita creer. A un orco bien arreglado, le fascinará que le digamos que está guapísima y a una gorda que su figura está muy estilizada con ese vestido fucsia (aprended que las mujeres distinguen miles de colores y nosotros solo unos siete), mientras que a una bajita le chorreará el xixi cuando le mostremos que su altura es más que suficiente con unos tacones de 15 cm. y que ni la Garbo anda como ella. Repito:
una mujer se cree siempre lo que le digamos de ella, si bien mientras tanto estará evaluando, juzgando y sopesando si eres un buen partido y mereces la pena. Si ya es tu pareja o mujer, hay que mantener la llama...
dejándola hablar lo que quiera sin contradecirla demasiado, pero te estimará si mantienes tus propios puntos de vista personales sin dar tu brazo a torcer, aunque no sean de su agrado. Dicho lo cual, ya nos podemos ir todos a dormir.
Resumen: si quieres hablar cosas de interés, búscate un foro, un amigo, una organización de traductores de jeroglíficos egipcios o la convención anual de biógrafos de Wittgenstein, pero con una mujer sal a pasarlo bien y a disfrutar de su compañía, no a conversar. Déjala hablar todo lo que quiera y si ella es de pocas palabras, admírala, dile lo guapa que es pero si pagafantear, que siempre queda feo. Si además, le permites que se sienta interesante, ya tendrás un buen trecho ganado.