Un conjunto de dinastías de follacamellos, donde el más tonto caga oro, que llevan generaciones viviendo como dioses del olimpo. A tope de lamboryinis engarzados de diamantes y yates con campo de futbol, sin hacer nada mas complicado que pagar fondos de inversión para que les muevan sus camiones de dinero.
Andan como locos invirtiendo en todo tipo de movidas, diversificando su capital, en busca de una nueva tecnología que les permita dar la campanada otra vez (no necesariamente energia). Lo que sea para seguir manteniendo el chiringuito de los rascacielos con helipuerto en cada terraza cuando el chollo del oro negro se acabe. Tic, tac, tic, tac. Pero el gordo no toca dos veces (salvo a Fabra).
El día que dejen de ingresar los gritones de millones que se llevan por estar sentados encima de chapapote lo venderan como una conspiración del gran satan o algo. Preparense para los hongos nucleares, porque lo que esa gente no va a hacer es decirles a sus hijos “se nos acabo el chollo, sacaros una FP”.