Cuando se empezó a extender el uso de internet en los móviles yo renegaba y solo le veía cosas malas. Que si solo sirve para hacer el bobo, que si los jueguitos y las redes sociales te dejan tonto, que si Youtube te come los megas en un bostezo largo... Intentaba generar a la gente una sensación de culpabilidad por haberse subido a ese tren.
Sobra decir que ahora le doy mil usos y no sabría vivir si ello.
Por lo que no voy a pasar es por el actual modelo de series y películas a la carta de Netflix, ni por supuesto la nueva normalidad de los videojuegos, consistente en pagar por obtener mejoras o contenidos extra que no se incluyen en el juego original.
A lo primero, no veo ni veré jamás una cantidad de series y películas que justifique una suscripción, y sé muy bien que la oferta ilimitada no hace sino crearnos una necesidad artificial de ver cosas. No gracias. Cuando quiero ver algo me lo descargo pirata. Sobre el pago de contenidos en los videojuegos, me parece insultante. Jamás me rebajaré a eso.
Tampoco me gustan demasiado los servicios de streaming o almacenamiento en la nube. Debo de tener el almacenamiento de fotos de Google y nada más. No me interesa Spotify, ni Google Drive, ni las redes sociales, ni la interconexión entre dispositivos. Me gusta llevar cd's en el coche y me gusta tener pelis en un disco duro. No quiero controlar la nevera desde el móvil, ni conectar el móvil al coche o a la impresora.