Muy interesante hilo,
Mi humilde aportación es que lo primero de todo, estos kikos que he conocido NUNCA han conocido dificultad económica ni laboral, enseguida tenían trabajo en otro sitio. Pero eso ya se ha dicho.
Un caso de flipar, uno accedió a la dirección de una oficina bancaria habiendo cursado dos años de la carrera de económicas. Vamos, media carrera hecha y con los contactos necesarios y un poco de suerte primero entró de empleado normal en la caja, luego pasó a interventor y finalmente algo pasó con el director y terminó dirigiendo la sucursal.
Otro que había estudiado también económicas un día nos dijo que se iba a Almería, que tenía trabajo allí. Cuando le preguntamos nos dijo que de profesor. Nos extrañó porque este chico nunca había mostrado inquietud en esa dirección, indagando un poco al final nos enteramos de que lo metieron en un colegio Kiko, creo que de profe de mates. ¿La casa? No había problema, ya tenía una de la que se "ocupaba" su mujer. Nos dijo que cuando quisiéramos visitarle que aquello estaba muy bien, que fuésemos. Eso sí, aquello era una casa congregacional o algo así, que podíamos dedicarle un ratillo a cortar el césped, lavar algún coche o arrancar alguna mala hierba del jardín; y luego a la piscina todo el día si queríamos.
Otro hizo el típico movimiento de "me voy a Londres a aprender inglés", cuando vio que allí no encontraba trabajo de lo que él quería hizo una llamada telefónica (todo esto nos lo contó él sin pudor) a uno de sus "contactos de la iglesia" y enseguida entró a trabajar allí en una oficina haciendo no se sabe bien qué, porque de inglés andaba muy cortito. Además encontró alojamiento bueno, bonito, barato y sin tener que compartir con polacos, pakis o españoles.
Leyendo a
@miliu veo que es todo paradójicamente muy faustiano, entra aquí, ven con nosotros, únete y verás que en la comunidad no te falta de nada, no te salgas del camino y todo irá bien. Lo malo es la contrapartida, miedo me da.
EDITO No recordaba que a un amigo mío (imaginario) que vivía en una plaza durante unos meses los kikos le hacían una misa en la misma plaza todos los domingos. Venían en procesión todos con una pancarta de "Evangelización de las plazas de Málaga" o algo parecido, cantando con las guitarras en un tono casi lovecraftiano y se tenía que comer 2 horas y pico de misa debajo de su ventana. Al menos él vivía en un séptimo piso.