Es más que patente, que la leyenda de Kimbo está más inflada que el garbanzo de Turborz en un chiquipark. Su truco era trincar rivales de gran tonelaje o musculatura, con un aspecto temible, pero más torpes que Filimbi colocándose un condón.
La cosa es que, como bien ha apuntado el maestro Tunak, cuando se enfrentaba a un luchador profesional, le daban matarile con una facilidad pasmosa, y es que el nicro valía para lo que valía.
Como anécdota a comentar, muy descojonante en el combate con el morlaco irlandés de Boston, cuando le encaja una buena hostia en la mandíbula que deja al pobre Kimbo con las piernas como chicle, entrando en ese momento toda la.parroquia afroamericana en medio para que el pobre coja aire.
Recuerdo perfectamente a un negro con una gabardina color mierda intentando joder el combate.