Malacantoche
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- 18 Sep 2005
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Este hilo podría ser tan asquerosamente chupi que entenderé si lo cierran.
Fue la calurosa noche en que las palabras callaron al instante que sellé mis labios con los de ella, recuerdos que aún palpo como si fuera de hace pocos días. Cómo olvidar el olor del jazmín de aquella noche en que parados frente a frente en la puerta de mi patio, ella asomando su rostro me dijo a través de los barrotes del portón "quiero besarte" a lo que inocentemente contesté "ok, en la mejilla".
Aquella noche creía que ardería el sentimiento jamás encendido de mi corazón, pero esa cosa podrida a la que llamo mi corazón se inundó (aún más) por la tristeza de algo superfluo, vano como el edulcorante, de inicio sabe bien aunque solo fue de inicio. Esa noche me sirvió de algo muy especial, comprendí que no estoy para eso y con ello tengo que acarrear mi vida.
Juliana nació morena como el color de la tierra en la que sembramos las semillas de dolor y placer, la tierra en donde crece el arbusto con lindas florecillas gracias al putrefacto cadáver de un animal muerto que alimenta su verde tallo por medio de las raíces, nada se desperdicia, nada es en vano, solo las ilusiones. Sus ojos negros brillaban con el resplandor de la luz del foco incandescente, su olor era al de las hojas mojadas en la primera lluvia de verano, sus delgadas manos cálidas y suaves.
Así fue como ella me dijo "acércate a mi y abre tu boca", abalancé mi rostro hacia el de ella y sin saber bien, muy nervioso me acerqué y tomé con mis labios los suyos. ¡Aleluya! descubrí lo que es besar sin amar, sin sentir, sin ser. Hipócrita como actor de mi vida, tomo el papel que me plazca anteponiendo un falso yo para sobrellevar la situación.
Viendo los colores en la oscura noche, es posible ver gracias a la luna llena el rojo óxido de las vías del tren y el suave césped que tapiza a su alrededor, como si fuera un camino verde sobre el frío acero del riel. En las calles sin pavimentar se levanta el polvo de la tierra seca al paso de cualquier persona sobre la misma. Grillos cantaban en la noche y diminutas luciérnagas titilan como el fuego fatuo sobre la ciénaga.
Suavemente alejó su rostro del mío, nuestras lenguas bailaron una curiosa danza hurgando sentimientos. Ella no dejó de sonreír después del acto. Yo no sentí nada por ella y se lo dije. Es muy fácil ser una decepción cuando siempre se ha sido una entera decepción para todos. En su rostro se reflejaba el "¿pero como es posible si nos besamos?".
Así fue como intercambié saliva con otra persona, lo pude haber explicado en cuatro renglones, pero así soy. Me niego a experimentar sin sentir. Ahora abrí mi corazón y fui rechazado, es lógico.
La experiencia del primer beso es la experiencia del primer acercamiento íntimo a una persona, el sentimiento en la inocencia.
¿como fue tu primer beso?
Fue la calurosa noche en que las palabras callaron al instante que sellé mis labios con los de ella, recuerdos que aún palpo como si fuera de hace pocos días. Cómo olvidar el olor del jazmín de aquella noche en que parados frente a frente en la puerta de mi patio, ella asomando su rostro me dijo a través de los barrotes del portón "quiero besarte" a lo que inocentemente contesté "ok, en la mejilla".
Aquella noche creía que ardería el sentimiento jamás encendido de mi corazón, pero esa cosa podrida a la que llamo mi corazón se inundó (aún más) por la tristeza de algo superfluo, vano como el edulcorante, de inicio sabe bien aunque solo fue de inicio. Esa noche me sirvió de algo muy especial, comprendí que no estoy para eso y con ello tengo que acarrear mi vida.
Juliana nació morena como el color de la tierra en la que sembramos las semillas de dolor y placer, la tierra en donde crece el arbusto con lindas florecillas gracias al putrefacto cadáver de un animal muerto que alimenta su verde tallo por medio de las raíces, nada se desperdicia, nada es en vano, solo las ilusiones. Sus ojos negros brillaban con el resplandor de la luz del foco incandescente, su olor era al de las hojas mojadas en la primera lluvia de verano, sus delgadas manos cálidas y suaves.
Así fue como ella me dijo "acércate a mi y abre tu boca", abalancé mi rostro hacia el de ella y sin saber bien, muy nervioso me acerqué y tomé con mis labios los suyos. ¡Aleluya! descubrí lo que es besar sin amar, sin sentir, sin ser. Hipócrita como actor de mi vida, tomo el papel que me plazca anteponiendo un falso yo para sobrellevar la situación.
Viendo los colores en la oscura noche, es posible ver gracias a la luna llena el rojo óxido de las vías del tren y el suave césped que tapiza a su alrededor, como si fuera un camino verde sobre el frío acero del riel. En las calles sin pavimentar se levanta el polvo de la tierra seca al paso de cualquier persona sobre la misma. Grillos cantaban en la noche y diminutas luciérnagas titilan como el fuego fatuo sobre la ciénaga.
Suavemente alejó su rostro del mío, nuestras lenguas bailaron una curiosa danza hurgando sentimientos. Ella no dejó de sonreír después del acto. Yo no sentí nada por ella y se lo dije. Es muy fácil ser una decepción cuando siempre se ha sido una entera decepción para todos. En su rostro se reflejaba el "¿pero como es posible si nos besamos?".
Así fue como intercambié saliva con otra persona, lo pude haber explicado en cuatro renglones, pero así soy. Me niego a experimentar sin sentir. Ahora abrí mi corazón y fui rechazado, es lógico.
La experiencia del primer beso es la experiencia del primer acercamiento íntimo a una persona, el sentimiento en la inocencia.
¿como fue tu primer beso?