S’Oliaigua, es un plato típicamente menorquín, diríamos que es el plato popular por excelencia, y por lo tanto, pueden haber tantas recetas como familias que los preparan. Es como todos los platos antiguos, un plato de pobres, de payeses, que en la epoca de los tomates, lo comian seguramente un dia si y otro tambien. Eran tiempos en que la temporada imponía el menú, porque se vivía de la producción de la tierra.
En casa yo no cocino el oliaigua, Cristina lo hace de maravilla y no me da opción a meter baza. la receta es la siguiente:
INGREDIENTES para seis personas.
Dos kilos de tomates, maduros, pueden ser de pera, pequeños de colgar o grandes. La calidad del tomate, influirá decisivamente en el plato, no en vano los mejores eran los de secano, de aspecto duro pero con un sabor inmejorable.
Cuatro cebollas grandes
Dos pimientos verdes
Media docena de dientes de ajo.
Sal, agua, aceite.
Sopas de pan para servirlo.
PREPARACIÓN.
Se cortan los tomates, quitándoles las semillas y se ponen en una cazuela junto con la cebolla cortada en tiras, los pimientos verdes tambien cortados, y los ajos pelados enteros.
Se pone todo en frío al fuego con un buen chorro de aceite y un poco de sal.
Lo cocemos todo a fuego no muy fuerte hasta que los ajos estén tiernos. Es el punto para añadirle agua. Se le añaden catorce cucharones de agua, doce para los seis comensales y dos para la cazuela.
Se deja calentar todo el conjunto, removiendo de vez en cuando y vigilando que NO HIERVA, es importante es en una de las pocas cosas en que todos los que cocinan este plato están de acuerdo, no tiene que hervir. Al ir calentándolo poco a poco, se va formando una espumilla que indica que ya esta listo. Se deja enfriar y se consume al dia siguiente.
Al calentarlo de nuevo para servir, se vigila de nuevo que no hierva, y se sirve sobre sopas de pan.
El Oliaigua se acostumbra a acompañar con higos. Es el “Oliaigua en figues”, muy apreciado por algunos en el que el contraste de dulce y salado les encanta. No es mi caso, yo lo acompaño con cebollas, cortadas gruesas y dejadas macerar en sal agua y vinagre. Cucharada de oliaigua y mordisco de cebolla. Y el vino, que no falte.