Escribá de Balaguer
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- 3 Feb 2005
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RED: Oye, permite que te haga una pregunta Microondas. Te he estado observando últimamente y me he fijado en que cada mañana das 12 vueltas completas caminando hacia atrás al patio de la cárcel. ¿Por qué demonios haces eso?
MICROONDAS: Es antiestrés Red. Ése es el motivo.
RED: ¿Pero por qué demonios doce?
MICROONDAS: Es el número de meses que tiene el año, Red. La acción consiste en que me pongo andar y cada vuelta pienso en un mes y en qué cosas hice con Amanda durante cada uno de ellos en el año que llevábamos casados antes de entrar aquí.
...así en enero pienso aquel día en el que nos camuflamos en sendos muñecos de nieve para evitar que viniera Mike, al que debía 2.000 dólares. Y es que el negocio no iba bien, Red.
...en febrero me intento emocionar trasladándome hacia ese prado lleno de violetas escarchadas -las favoritas de Leandro de Bordón- en el que hicimos el amor tras conocer la muerte de Snow.
RED: Pero luego todo era falso, ¿no?
MICROONDAS: Ya, pero para entonces ya la había metido en adobo photoshop, y Amanda estaba embarazada de Carmine, mi primogénito.
...cuando llego a marzo disfruto recordando cómo la salté un ojo en un domingo campero porque se le olvidaron los tranchetes para los emparedados. Ohh sí Red, recuerdo perfectamente cómo lloraba como una niña y decía que se lo iba a contar todo a su padre. Lo mejor llegó cuando le recordé que unos días antes su padre había muerto durante una pelea de gallos. Santo cielo, se puso como una fiera.
...¿sabes, Red? Su cumpleaños es en abril, y en la cuarta vuelta disfruto como un niño acordándome de la fiesta que dio para sus amigos. Asistió ese capullo de Frederick, el negro ése de su instituto con el que estuvo unos meses. Me encantó envenenarle su porción de empanada y verle luego morir en mi garaje poco a poco, levantando a veces la mano para pedirme ayuda. Fue una agonía larga, duró 3 horas; pero yo me lo pasé como un niño dejándole marcas de cigarro por todo su sucio cuerpo.
...en mayo nos dijeron que nuestro futuro hijo tendría el sida al nacer por la estúpida costumbre de amanda de lamer el contenido de las jeringuillas que se encuentra por la calle. Ese día casi provoco su aborto introduciéndole una maquinilla de afeitar por la vagina. Pero no funcionó.
...en junio...
RED: Vale ya Microondas, creo que ya me imagino por qué estás aquí.
MICROONDAS: Yo no lo hice, Red.
RED: Ninguno de los que estamos aquí hemos hecho nada.
TODOS: loles loles loles loles
MICROONDAS: En serio. Los chicos organizaron un sorteo especial de navidad, y con un bingo sacaron una serie de números. Cada uno de nosotros éramos uno, y los que vieron salir su bola, fueron condenados a cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad.
RED: Entiendo...por lo tanto, veo que vas a pasar mucho tiempo aquí.
MICROONDAS: Así es, Red. Si no se me ocurre nada creo que moriré en estas cuatro paredes de mierda.
RED: En ese caso, querrás conocer a algunos de los moradores más influyentes de este lugar. Mira, te presento a Beñat. ¿Ves? Es ése de ahí, el del pelo largo que está con las hermanas.
...aquí Beñat. Está aquí por defender un movimiento de liberación al norte de España que defienden melenudos que hablan en algo así como klingon. Es el encargado de las apuestas. Si tienes cigarrillos, un arradio y un pronóstico acude a él. Pero ten cuidado, no se separa de 'Las Hermanas', dos mariconas salvajes, despiadadas y sin sentimientos. Y, a juzgar por lo que he oído, les pareces guapo. Ándate con cuidado chico.
MICROONDAS: Lo haré Red, lo haré.
RED: Ese negro calvo de ahí es Lechero. Es, digamos, el jefe de los niggas de este sitio, con lo cual su poder es bastante elevado aquí dentro. Dicen que tiene negocios fuera y que está aquí por evasión fiscal. Mi consejo es que no hables con él, porque si te ve necesario contactará contigo. A partir de ahí, lo que suceda es tu decisión.
MICROONDAS: Parece afable, ¿no?
RED: Eh, Microondas, hazme caso, cuidado con lo que hablas con Lechero.
RED: ¿Ves al pelirrojo del pelo largo? Es Hucknall. Narcotraficante. Un inglés de mierda al que empapelaron por petar a su mujer el culo con bolas de cocaína y mandarla con destino a Singapur. Ella murió ejecutada mientras le explotaba una de las bolas y le causaba una sobredosis. Dicen que a causa del efecto de la droga tuvo convulsiones en las que se ponía de pie y hacía extraños movimientos. Hucknall está algo traumatizado por ese accidente, pero si quieres alguna sustancia que te alegre la vida, él te la proporcionará por un módico precio. Tienes tiempo para hacerlo, estará aquí durante los próximos 24 años.
MICROONDAS: ¿Y ése? ¿Quién es ése?
RED: Joder Microondas, vaya preguntas más jodidas que haces.
MICROONDAS: ¿Por qué lo dices, Red?
RED: Mira, de esto chitón, yo no te he contado nada.
MICROONDAS: Suéltalo.
RED: Ese de ahí se llama Jesús. Un grupo de científicos israelíes diseñaron en los años 70 una máquina del tiempo y viajaron al año 1 junto a dos astronautas americanos, un escritor español y un mono con una bocina.
MICROONDAS: Demonios Red, parece un chiste.
RED: Pues no lo es. El caso es que fueron a comprobar si lo que cuenta el Nuevo Testamento es cierto, por aquello de imponer a todo el mundo el sionismo o no sé qué mierdas judías.
MICROONDAS: Oh, mai god.
RED: El caso es que cuando iban a volver al siglo XX y se encontraban ya a mitad de camino espacio-tiempo, se dieron cuenta de que el escritor español había atado de pies y manos a Jesús y estaba sentado en el asiento de atrás de la nave.
MICROONDAS: Dios bendito de mi corazón.
RED: La historia es que lo debió de tener secuestrado en su casa durante diez años, junto a una niña austriaca cuyo nombre no recuerdo. Bueno, un día esa niña se escapó, y el escritor se suicidó.
MICROONDAS: Trágico, pardiez.
RED: Bueno, no sé qué hizo durante los días sucesivos Jesús, pero a los 15 días se lo encontraron tirado por la calle, ebrio y penetrando a una muñeca de trapo. Investigaron y encontraron en una nave a las afueras de la ciudad los cadáveres de más de 50 niñas.
MICROONDAS: Oh Dios Mío.
RED: El caso es que en el juicio estuvieron a punto de mandarlo al psiquiátrico por loco, pero el juez consideró que su tara mental no era lo suficientemente grave como para considerarlo un enfermo mental.
MICROONDAS: ¿Y qué le pasaba?
RED: Al parecer, se piensa que las personas son muñecos articulados, y secuestraba a niños y los intercambiaba los miembros entre sí. Claro, nunca conseguía el objetivo de que sobrevivieran, por eso se enfurruñaba y salía a por más. Decía que quería hacer a su padre en la tierra o algo así.
MICROONDAS: ¡Canastos!
RED: Tú de esto no digas nada, ¿eh?
MICROONDAS: No, y creo que jamás me acercaré a ese personaje. Por cierto, ¿cómo puedo conseguir aquí dentro Muffins. La verdad es que fuera no puedo vivir sin ellas.
RED: Habla con Sandokan. Es el encargado del economato de la cárcel.
RED: Está aquí desde el año pasado. Formó parte de un pelotazo inmobiliario a gran escala en el sur de España.
MICROONDAS: Joder con España, está llena de mierda.
RED: Y que lo digas, muchacho. El caso es que compró una isla y no sé cuántas cosas más. Era muy bueno para los negocios. Por eso ahora lleva todo el tema del economato. Si le caes bien, te dejará esas putas magdalenas a buen precio.
MICROONDAS: Oye Red, ¿te puedo hacer una pregunta?
RED: Dispara.
MICROONDAS: ¿Tú por qué estás aquí?
RED: Fue hace cinco años. Robé una sucursal de un Banesto. El caso es que la encargada, muy guapa, por cierto, se puso como una loca, todo se revolucionó un poco y tuve que salir corriendo. Cuando estaba fuera busqué un coche y robé a una señora el suyo por la fuerza. El caso es que cuando llegué a casa me cambié, porque yo visto Emidio Tucci, soy un vanidoso, y estaba por allí mi cuñada, que siempre me anda tocando los cojones. En cuanto la vi, estaba nervioso y le pegué tres hostias. Y estoy aquí por esas tres cosas.
MICROONDAS: Entiendo. Pero supongo que cuando salgas de aquí empezarás una nueva vida, comprarás una casa en México, una barca y saldrás todas las mañanas a pescar en medio de ese paraíso.
RED: Qué coño. Cuando salga lo que quiero es drogarme todo lo que pueda y follar, que llevo cinco años sin meterla, chico.
MICROONDAS: Joder...
BEÑAT: Eh tú españolito, ¿qué has hecho para estar aquí?
RED: Oh, no. Beñat y las hermanas. Yo me largo a otra parte, Microondas.
MICROONADAS: Hola chicos. Digamos que me tocó la lotería.
BEÑAT: Vaya, vaya, ¿es ese juego al que juegan los españoles y contribuye al enriquecimiento del estado español?
MICROONDAS: No, en éste si perdías te penalizaban.
BEÑAT: Anda la hostia.
MICROONDAS: Digamos que ahora soy un preso político.
BEÑAT: Ay joder. En ese caso, eres bienvenido a nuestro grupo. Todos los sábados por la noche cantamos la canción al soldado vasco.
MICROONDAS: Pero yo no me sé la letra. Ni siquiera sé el Klingon que se habla por allí.
BEÑAT: Da igual, cualquiera de las hermanas te la pasará por escrito. O te la escribirá en la espalda. jajajajaja
LAS HERMANAS: loles loles loles
BEÑAT: Bueno Microondas. Ya nos veremos chico, ya nos veremos.
MICROONDAS: Adios Beñat, adios hermanas.
BEÑAT: Por cierto chico. Creo que es justo que si ha habido amnistía para algunos de los premiados, troles y deficientes salvo contadísimas excepciones; salgas de esta puta mierda de zulo, salgas de Sona.
MICROONDAS: Gracias Beñat, pero creo que será difícil por no decir imposible.
BEÑAT: MICROONDAS ASKATU
RED: Oye, permite que te haga una pregunta Microondas. Te he estado observando últimamente y me he fijado en que cada mañana das 12 vueltas completas caminando hacia atrás al patio de la cárcel. ¿Por qué demonios haces eso?
MICROONDAS: Es antiestrés Red. Ése es el motivo.
RED: ¿Pero por qué demonios doce?
MICROONDAS: Es el número de meses que tiene el año, Red. La acción consiste en que me pongo andar y cada vuelta pienso en un mes y en qué cosas hice con Amanda durante cada uno de ellos en el año que llevábamos casados antes de entrar aquí.
...así en enero pienso aquel día en el que nos camuflamos en sendos muñecos de nieve para evitar que viniera Mike, al que debía 2.000 dólares. Y es que el negocio no iba bien, Red.
...en febrero me intento emocionar trasladándome hacia ese prado lleno de violetas escarchadas -las favoritas de Leandro de Bordón- en el que hicimos el amor tras conocer la muerte de Snow.
RED: Pero luego todo era falso, ¿no?
MICROONDAS: Ya, pero para entonces ya la había metido en adobo photoshop, y Amanda estaba embarazada de Carmine, mi primogénito.
...cuando llego a marzo disfruto recordando cómo la salté un ojo en un domingo campero porque se le olvidaron los tranchetes para los emparedados. Ohh sí Red, recuerdo perfectamente cómo lloraba como una niña y decía que se lo iba a contar todo a su padre. Lo mejor llegó cuando le recordé que unos días antes su padre había muerto durante una pelea de gallos. Santo cielo, se puso como una fiera.
...¿sabes, Red? Su cumpleaños es en abril, y en la cuarta vuelta disfruto como un niño acordándome de la fiesta que dio para sus amigos. Asistió ese capullo de Frederick, el negro ése de su instituto con el que estuvo unos meses. Me encantó envenenarle su porción de empanada y verle luego morir en mi garaje poco a poco, levantando a veces la mano para pedirme ayuda. Fue una agonía larga, duró 3 horas; pero yo me lo pasé como un niño dejándole marcas de cigarro por todo su sucio cuerpo.
...en mayo nos dijeron que nuestro futuro hijo tendría el sida al nacer por la estúpida costumbre de amanda de lamer el contenido de las jeringuillas que se encuentra por la calle. Ese día casi provoco su aborto introduciéndole una maquinilla de afeitar por la vagina. Pero no funcionó.
...en junio...
RED: Vale ya Microondas, creo que ya me imagino por qué estás aquí.
MICROONDAS: Yo no lo hice, Red.
RED: Ninguno de los que estamos aquí hemos hecho nada.
TODOS: loles loles loles loles
MICROONDAS: En serio. Los chicos organizaron un sorteo especial de navidad, y con un bingo sacaron una serie de números. Cada uno de nosotros éramos uno, y los que vieron salir su bola, fueron condenados a cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad.
RED: Entiendo...por lo tanto, veo que vas a pasar mucho tiempo aquí.
MICROONDAS: Así es, Red. Si no se me ocurre nada creo que moriré en estas cuatro paredes de mierda.
RED: En ese caso, querrás conocer a algunos de los moradores más influyentes de este lugar. Mira, te presento a Beñat. ¿Ves? Es ése de ahí, el del pelo largo que está con las hermanas.
...aquí Beñat. Está aquí por defender un movimiento de liberación al norte de España que defienden melenudos que hablan en algo así como klingon. Es el encargado de las apuestas. Si tienes cigarrillos, un arradio y un pronóstico acude a él. Pero ten cuidado, no se separa de 'Las Hermanas', dos mariconas salvajes, despiadadas y sin sentimientos. Y, a juzgar por lo que he oído, les pareces guapo. Ándate con cuidado chico.
MICROONDAS: Lo haré Red, lo haré.
RED: Ese negro calvo de ahí es Lechero. Es, digamos, el jefe de los niggas de este sitio, con lo cual su poder es bastante elevado aquí dentro. Dicen que tiene negocios fuera y que está aquí por evasión fiscal. Mi consejo es que no hables con él, porque si te ve necesario contactará contigo. A partir de ahí, lo que suceda es tu decisión.
MICROONDAS: Parece afable, ¿no?
RED: Eh, Microondas, hazme caso, cuidado con lo que hablas con Lechero.
RED: ¿Ves al pelirrojo del pelo largo? Es Hucknall. Narcotraficante. Un inglés de mierda al que empapelaron por petar a su mujer el culo con bolas de cocaína y mandarla con destino a Singapur. Ella murió ejecutada mientras le explotaba una de las bolas y le causaba una sobredosis. Dicen que a causa del efecto de la droga tuvo convulsiones en las que se ponía de pie y hacía extraños movimientos. Hucknall está algo traumatizado por ese accidente, pero si quieres alguna sustancia que te alegre la vida, él te la proporcionará por un módico precio. Tienes tiempo para hacerlo, estará aquí durante los próximos 24 años.
MICROONDAS: ¿Y ése? ¿Quién es ése?
RED: Joder Microondas, vaya preguntas más jodidas que haces.
MICROONDAS: ¿Por qué lo dices, Red?
RED: Mira, de esto chitón, yo no te he contado nada.
MICROONDAS: Suéltalo.
RED: Ese de ahí se llama Jesús. Un grupo de científicos israelíes diseñaron en los años 70 una máquina del tiempo y viajaron al año 1 junto a dos astronautas americanos, un escritor español y un mono con una bocina.
MICROONDAS: Demonios Red, parece un chiste.
RED: Pues no lo es. El caso es que fueron a comprobar si lo que cuenta el Nuevo Testamento es cierto, por aquello de imponer a todo el mundo el sionismo o no sé qué mierdas judías.
MICROONDAS: Oh, mai god.
RED: El caso es que cuando iban a volver al siglo XX y se encontraban ya a mitad de camino espacio-tiempo, se dieron cuenta de que el escritor español había atado de pies y manos a Jesús y estaba sentado en el asiento de atrás de la nave.
MICROONDAS: Dios bendito de mi corazón.
RED: La historia es que lo debió de tener secuestrado en su casa durante diez años, junto a una niña austriaca cuyo nombre no recuerdo. Bueno, un día esa niña se escapó, y el escritor se suicidó.
MICROONDAS: Trágico, pardiez.
RED: Bueno, no sé qué hizo durante los días sucesivos Jesús, pero a los 15 días se lo encontraron tirado por la calle, ebrio y penetrando a una muñeca de trapo. Investigaron y encontraron en una nave a las afueras de la ciudad los cadáveres de más de 50 niñas.
MICROONDAS: Oh Dios Mío.
RED: El caso es que en el juicio estuvieron a punto de mandarlo al psiquiátrico por loco, pero el juez consideró que su tara mental no era lo suficientemente grave como para considerarlo un enfermo mental.
MICROONDAS: ¿Y qué le pasaba?
RED: Al parecer, se piensa que las personas son muñecos articulados, y secuestraba a niños y los intercambiaba los miembros entre sí. Claro, nunca conseguía el objetivo de que sobrevivieran, por eso se enfurruñaba y salía a por más. Decía que quería hacer a su padre en la tierra o algo así.
MICROONDAS: ¡Canastos!
RED: Tú de esto no digas nada, ¿eh?
MICROONDAS: No, y creo que jamás me acercaré a ese personaje. Por cierto, ¿cómo puedo conseguir aquí dentro Muffins. La verdad es que fuera no puedo vivir sin ellas.
RED: Habla con Sandokan. Es el encargado del economato de la cárcel.
RED: Está aquí desde el año pasado. Formó parte de un pelotazo inmobiliario a gran escala en el sur de España.
MICROONDAS: Joder con España, está llena de mierda.
RED: Y que lo digas, muchacho. El caso es que compró una isla y no sé cuántas cosas más. Era muy bueno para los negocios. Por eso ahora lleva todo el tema del economato. Si le caes bien, te dejará esas putas magdalenas a buen precio.
MICROONDAS: Oye Red, ¿te puedo hacer una pregunta?
RED: Dispara.
MICROONDAS: ¿Tú por qué estás aquí?
RED: Fue hace cinco años. Robé una sucursal de un Banesto. El caso es que la encargada, muy guapa, por cierto, se puso como una loca, todo se revolucionó un poco y tuve que salir corriendo. Cuando estaba fuera busqué un coche y robé a una señora el suyo por la fuerza. El caso es que cuando llegué a casa me cambié, porque yo visto Emidio Tucci, soy un vanidoso, y estaba por allí mi cuñada, que siempre me anda tocando los cojones. En cuanto la vi, estaba nervioso y le pegué tres hostias. Y estoy aquí por esas tres cosas.
MICROONDAS: Entiendo. Pero supongo que cuando salgas de aquí empezarás una nueva vida, comprarás una casa en México, una barca y saldrás todas las mañanas a pescar en medio de ese paraíso.
RED: Qué coño. Cuando salga lo que quiero es drogarme todo lo que pueda y follar, que llevo cinco años sin meterla, chico.
MICROONDAS: Joder...
BEÑAT: Eh tú españolito, ¿qué has hecho para estar aquí?
RED: Oh, no. Beñat y las hermanas. Yo me largo a otra parte, Microondas.
MICROONADAS: Hola chicos. Digamos que me tocó la lotería.
BEÑAT: Vaya, vaya, ¿es ese juego al que juegan los españoles y contribuye al enriquecimiento del estado español?
MICROONDAS: No, en éste si perdías te penalizaban.
BEÑAT: Anda la hostia.
MICROONDAS: Digamos que ahora soy un preso político.
BEÑAT: Ay joder. En ese caso, eres bienvenido a nuestro grupo. Todos los sábados por la noche cantamos la canción al soldado vasco.
MICROONDAS: Pero yo no me sé la letra. Ni siquiera sé el Klingon que se habla por allí.
BEÑAT: Da igual, cualquiera de las hermanas te la pasará por escrito. O te la escribirá en la espalda. jajajajaja
LAS HERMANAS: loles loles loles
BEÑAT: Bueno Microondas. Ya nos veremos chico, ya nos veremos.
MICROONDAS: Adios Beñat, adios hermanas.
BEÑAT: Por cierto chico. Creo que es justo que si ha habido amnistía para algunos de los premiados, troles y deficientes salvo contadísimas excepciones; salgas de esta puta mierda de zulo, salgas de Sona.
MICROONDAS: Gracias Beñat, pero creo que será difícil por no decir imposible.
BEÑAT: MICROONDAS ASKATU
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