Ruizma
Freak
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Redivivo rebuznó:Yo que soy un determinista irreductible, debo desenrocarme, bajar del alcor donde voceo mis cuatro leyes y reconcer que los genes no tienen siempre razón. La sociedad puede intervenir a niveles biológicos. Me explico. Durante miles de años, existía una máxima que operaba en la psique masculina de forma insoslayable: sólo era posible amar a una mujer que mantuviera su pureza hasta el matrimonio. Hasta hace una generación esto era categórico, no había forma de diblar este requisito. Mujer follada, mujer perdida.
Empero en apenas unas décadas, la sexualidad femenina se ha convertido en un campo infinito por el que cabalgan infinitos jinetes. Son folladas y refolladas pública y obscenamente sin que esto repercutar en sus opciones maritales. Los genes que reclamabana exclusividad sexual, que buscaban una candidata intachable para reproducirse, han sido sometidos por unas normas sociales que equiparan el instinto sexual femenino (ridículo y átono) con el masculino (imposible de aplacar)
Si esta mensaje de los trios y las orgias a la luz del día sigue martilleándonos desde los medios de comunicación no hay ninguna razón par pensar que el dia de mañana nuestra hija nos presente a sus tres novios o que nuestro heredero traiga a cenar a dos transexuales y a la cabra de la Legión. ¿Exagero? Tal vez, pero ayer miles de personas celebraron jalouin sól porque lo había visto en la televisión.
Además de escribir bien, pareces inteligente, ¿desea usted unirse patrimonial o matrimonialmente conmigo?
El hilo deviene a una discusión polarizada de la amoralidad del trío, cuando lo realmente importante es el hecho de que se cataloge de moral el HHM y de amoral el MMH.
Si queremos prescindir de la ética, prescindimos de la humanidad. No somos seres inteligentes por poder hacer cosas que otros no pueden, sino por lo contrario, por tener la posibilidad de elección y rechazar elementos que nos dirigirían de forma unívoca a la destrucción. No se puede prescindir de la ética, en un mundo donde la mayoría actúa por imitación, capaces de hacer pero no de rechazar, es una absoluta distopía.