Max_Demian
Puta rata traicionera
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- 17 Jul 2005
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España:
Julio Iglesias
Romania:
Nicolae Guta.
Por España:
Julio iglesias: No me vuelvo a enamorar
Tenemos, por una parte, al archiconocido Julio Iglesias cantando su miedo a la tristeza derivada de sus relaciones sentimentales fracasadas. Se trata de un romántico incorregible de corazón ardiente, un hombre que admite su naturaleza de pagafantas y le vuelve la espalda al amor. Niño mimado del franquismo, hijo de un ginecólogo de renombre, la vida le golpea el alma con guantes de mujer.
Por Rumanía:
Nicolae Guta: Tigan European
Un ambiente festivo, desprovisto de la solemnidad española inspirada en el fatalismo. El bueno de Nicolae recurre a mujeres que le ofrecen sus caricias previo pago demostrando una mentalidad eminentemente pragmática. Quizás el haber nacido bajo el yugo comunista de Ceaucescuy haber sentido las profundas dentelladas del hambre y la necesidad le hacen ver la vida de una manera más sencilla, estando en estos tiempos de bonanza bolsillo y estómago llenos.
Vamos a ver cómo se desenvuelven ambos en un mismo entorno, el del jolgorio y la charanga:
Aquí vemos a Nicolae en los cárpatos rodeado de aves de corral y bellas doncellas rumanas vestidas con trajes regionales. Es sin duda un hombre del campo que ha prosperado y se siente feliz por ello.
En esta ocasión nos encontramos a Guta en su pueblo siendo el alma de la fiesta. Muchachas pechugonas le rodean y él expresa su satisfacción cantando y bailando: no necesita más para ser feliz, no busca la floritura ni el tirabuzón emocional, la vida le da limones y él, naturalmente, hace limonada.
Ahora veamos a nuestro compatriota:
"Porque mi vida yo la he aprendido a vivir así"
Julio comienza su tonadilla con justificaciones. Excusatio non petita... su sentimiento de culpabilidad aflora sin tapujos ni cortapisas. El exguardameta tiene algo dentro de sí que no le permite disfrutar de los momentos de asueto de una manera plena. Es como una búsqueda de nada en concreto, un viaje a ninguna parte, un deseo sin esperanza.
Empieza la canción de nuevo con un CONFIESO. Desde luego el bueno de Julio tiene graves problemas de identidad y autoaceptación. Quizás su educación católica, enfocada a la contrición, quizás un sentimiento de privilegio respecto a los demás, el caso es que Julio Iglesias padece cierto trastorno que le incita constantemente a disculparse por ser quien es.
Como dice el saber consuetudinario, como muestra un botón. España y Rumanía, dos naciones, dos cantantes.
Entrando en lo personal, a mí denme el buen manele de Nicolae Guta, una camisa de colores llamativos, dinero en el bolsillo y una tía jamona; el resto carece de importancia. Así somos Nicolae Guta y yo, dos epicúreos convencidos de que la vida consiste en pasarlo bien mientras se pueda, y como no podemos evitar pasar momentos malos, tratamos de hacerlos lo más breves posibles. Nosotros dos aprendemos de nuestros errores y no hozamos en el cieno del fracaso y el victimismo.
Julio Iglesias
Romania:
Nicolae Guta.
Por España:
Julio iglesias: No me vuelvo a enamorar
Tenemos, por una parte, al archiconocido Julio Iglesias cantando su miedo a la tristeza derivada de sus relaciones sentimentales fracasadas. Se trata de un romántico incorregible de corazón ardiente, un hombre que admite su naturaleza de pagafantas y le vuelve la espalda al amor. Niño mimado del franquismo, hijo de un ginecólogo de renombre, la vida le golpea el alma con guantes de mujer.
Por Rumanía:
Nicolae Guta: Tigan European
Un ambiente festivo, desprovisto de la solemnidad española inspirada en el fatalismo. El bueno de Nicolae recurre a mujeres que le ofrecen sus caricias previo pago demostrando una mentalidad eminentemente pragmática. Quizás el haber nacido bajo el yugo comunista de Ceaucescuy haber sentido las profundas dentelladas del hambre y la necesidad le hacen ver la vida de una manera más sencilla, estando en estos tiempos de bonanza bolsillo y estómago llenos.
Vamos a ver cómo se desenvuelven ambos en un mismo entorno, el del jolgorio y la charanga:
Aquí vemos a Nicolae en los cárpatos rodeado de aves de corral y bellas doncellas rumanas vestidas con trajes regionales. Es sin duda un hombre del campo que ha prosperado y se siente feliz por ello.
En esta ocasión nos encontramos a Guta en su pueblo siendo el alma de la fiesta. Muchachas pechugonas le rodean y él expresa su satisfacción cantando y bailando: no necesita más para ser feliz, no busca la floritura ni el tirabuzón emocional, la vida le da limones y él, naturalmente, hace limonada.
Ahora veamos a nuestro compatriota:
"Porque mi vida yo la he aprendido a vivir así"
Julio comienza su tonadilla con justificaciones. Excusatio non petita... su sentimiento de culpabilidad aflora sin tapujos ni cortapisas. El exguardameta tiene algo dentro de sí que no le permite disfrutar de los momentos de asueto de una manera plena. Es como una búsqueda de nada en concreto, un viaje a ninguna parte, un deseo sin esperanza.
Empieza la canción de nuevo con un CONFIESO. Desde luego el bueno de Julio tiene graves problemas de identidad y autoaceptación. Quizás su educación católica, enfocada a la contrición, quizás un sentimiento de privilegio respecto a los demás, el caso es que Julio Iglesias padece cierto trastorno que le incita constantemente a disculparse por ser quien es.
Como dice el saber consuetudinario, como muestra un botón. España y Rumanía, dos naciones, dos cantantes.
Entrando en lo personal, a mí denme el buen manele de Nicolae Guta, una camisa de colores llamativos, dinero en el bolsillo y una tía jamona; el resto carece de importancia. Así somos Nicolae Guta y yo, dos epicúreos convencidos de que la vida consiste en pasarlo bien mientras se pueda, y como no podemos evitar pasar momentos malos, tratamos de hacerlos lo más breves posibles. Nosotros dos aprendemos de nuestros errores y no hozamos en el cieno del fracaso y el victimismo.
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