No te preocupes, ya te corregiría, muchos de aquí ignoran las grandes virtudes pedagógicas de esta herramienta:
Al colegio de curas al que fui yo cuando uno no estudiaba lo mandaban a un campo que tenían los curas al lado de la escuela.
Mano de santo, oigan: Terminaban todos estudiando como cabrones antes que volver a manejarla.
Me descojono yo de los pedágogos, psicólogos y gilipollólogos.
Encima el mantenimiento de esta noble herramienta es mucho más barato que el sueldo de un "experto", oigan.