Es la celebración por la inauguración del túnel de San Gotardo.
A su inauguración invitaron a las personas mas poderosas de Europa. Estuvo presente Angela Merkel, Francoise Hollande y Matteo Renzi, entre otros muchos políticos importantes de varios paises.
Pues nada mas lejos de la realidad. Con dos cojones han montado un espectáculo,
un ritual satánico en donde se adora a Lucifer.
Cuando llegué por aquí coincidí con una italo-argentina de 20 años. Rizos rubios, cara dulce y tetas como cabezas.
Como era la única mujer con la que me cruzaba (y por lo de las tetas) me vi en la obligación de seducirla, un par de semanas llegando a la hora en la que ella tomaba el café, un paseo por el lago y un par de mierdas más...
Cuando ya estaba claro que me amaba y las guarradas estaban al caer me dice que tenemos que hablar, que me tiene que contar un problema que tiene, que seguramente no quiera seguir viéndola. En los jardines de un palacio me cuenta que es católica practicante, que le gusto pero que como no vamos a tener sexo hasta que no nos casemos yo no voy a querer saber de ella.
Le contesté que nada más lejos, confiaba en mi capacidad para hacerle ver las gilipolleces en las que había sido educada y petarla el orto en algún momento, como ya había hecho con otras religiosas.
Me dijo que no era como ella lo había pensado, que preferiría alguien con su fe, pero que ok. Me pidió que estudiáramos juntos su religión para que la conociera (la hija de puta me quería comer la cabeza), cosa que acepté. No hay nada mejor para que un imbécil de estos se dé la hostia que ponerle a estudiar lo que se supone que cree.
Por supuesto el único que se había leído la biblia y conocía en profundidad el tema y la historia de esta gente era yo, pocos cristianos he conocido que supieran del tema más allá de lo que les contaba su abuela analfabeta, madre mojigata o el cura los domingos.
Resulta que, como era de esperar, no tenía ni idea de nada. Yo me entretenía haciéndole ver que lo que ella creía no se sustentaba en la realidad y era pura fantasía, que las sagradas escrituras no decían lo que la habían contado y no había unos cuantos curas malos sino que era una organización podrida de raíz desde su creación... mientras la imaginaba trotando (encima mío).
Pues la chica no razonaba. Te decía una cosa, le traías el texto que ella te había citado, leía que ponía lo contrario y le sudaba el coño. No estaba dispuesta a cambiar su idea de la realidad.
Insistía con que no quería cambiarme, pero la realidad era lo único en lo que pensaba: que conmigo no podía estar por ser un hereje de mierda pero que me acabaría dando cuenta de la gran verdad, me bautizaría, boda y acabaríamos viviendo felices.
Era una fábrica de tocar los cojones.
Ella no me besaba porque si lo hacía ya no habría vuelta atrás y todavía no sabía si tenía sentido lo nuestro (estaba siempre luchando contra el impulso de besarme, yo me divertía bastante viendo cómo luchaba con su fuego interior). Estaba preocupada porque en verano volvería a España y no pensaba que yo pudiera serle fiel, pero no se planteaba venir conmigo. No quería convivir antes de que nos casáramos porque no se puede convivir sin hacer guarradas. No quería perder la virginidad hasta después de la boda...
La puta loca ni siquiera quería que nos casáramos. Su plan era irse a Alemania a estudiar, buscar trabajo, consolidar una carrera profesional della Madonna (era una puta inútil en lo suyo) y después de mínimo 10 años la boda. Yo debía abandonar el paganismo, convertirme a esa mierda y pasar todo ese tiempo rezando sin hablar con nadie, limitarme a esperar enamorado.
En algún momento de todo esto me vi en la obligación de contarle que justo antes de conocerla me había ofrecido a casarme con una venezolana que estaba a punto de ser deportada, por los papeles. Pues a la argentina le explotó la cabeza. Le entró hasta fiebre.
Al final como todo eran problemas y no había nada bueno la cosa se terminó.
Lo gracioso es que a la semana de "dejarlo" me vio en Verona con otra (una española que vino a pedirme perdón a golpe de mamada, pero eso es ya otra historia). Noche primaveral en la ciudad del amor a las puertas de la casa de Romeo y Giulietta abrazado a una mujer... La pobre me estuvo escribiendo unos cuantos días desolada. Que cómo era capaz de hacerla eso, que era su ciudad (ella vivía allí) y ella siempre había soñado con ser la que me enseñara la ciudad en una excursión de tortolitos. Qué pesada era, si yo pasé por allí de casualidad...
Toda esta mierda para lo que viene ahora: pues esta joven me contó la misma historia del túnel: sociedades satánicas que dominaban el mundo y mostraban públicamente sus rituales erótico-festivo-luciféricos en la inauguración, la victoria del mal y gilipolleces varias. Como si alguien va al cine y sale pensando que lo que ha visto es la realidad.
Me metí en internet, busqué al artista/autor y lo que contaba de dicho evento (significado, interpretación y retóricas varias) y lo que leí me pareció perfectamente lógico, coherente y la cosa más normal del mundo. Se lo intenté contar a la chiquilla pero no, no estaba dispuesta a escuchar, estaba asustada por las victorias de las huestes de Satán.
Lógicamente no he vuelto a pensar en el túnel, en el "ritual satánico" ni en nada referente al tema hasta ahora, ni me acuerdo de la simbología de tal evento, básicamente porque me la suda.
Diría que en el vídeo había cabras y que representaban a unos bichos que había en esas montañas, pero me le estoy inventando más que otra cosa.
Con todo este rollo que os he echado cualquiera diría que aprendí algo o debería tenerlo ya aprendido (tenía unos 27 años por aquel entonces). Que ya tenía una edad para no dejar a las mujeres dar tanto por culo. Que no se puede perder tanto tiempo para tan poco... y que si soy lento para las cosas de la vida esta es una experiencia de las que te abren los ojos. Por supuesto que no.
Después de leer esta aventura diréis que, aunque ya iba tarde (unos 27 años tenía), con todo esto tuve que haber aprendido la lección, no me iba a volver a pasar nada parecido y mucho menos peor. Sois unos ilusos.