Practicidad, Clarisse, como diría Hannibal Lecter.
Esto se pule con el tiempo, es decir, ir directo al grano, sin rodeos y sin hacer como Tunak hasta aburrir a las ovejas. También influye que la zagala viva cerca, puesto que facilita el poder quedar en persona. Si vive en otra ciudad es un rollo, hay que cuadrar fechas y en el momento que uno de los dos no pueda o tienes que darle carnaza para que el interés siga o se acabó.
Es que depende, no es la primera vez que abro un chat a una pava y ese mismo día, o como mucho al siguiente o a las dos días se queda, incluso espoleado por ella, con la cosa de que prefiere quedar en persona para no perder el tiempo, es decir, para ver si hay atracción, sin tanto mamoneo de conversaciones, whatsapps y su puta madre. Esto funciona si la zagala vive cerca y también tiene interés, lo cual puedes ir directo al grano y sin perder el tiempo. Por lo que oigo muchas veces de ellas, tampoco entienden que haya Tunaks de la vida intentando alargar una posible quedada con el objetivo de ir despacio, cocinando a fuego lento y suave, suavecito, vaya que se espante.
Otra cosa es la distancia o si vive en otra ciudad, mucho tiene que valer la pena para que pueda estar una o dos semanas de conversación, tiempo el cual la fruta puede ponerse madura y estar a punto de caer en el momento que nos vemos. Si noto que la tía empieza a marear la perdiz, dar largas y a hacer el gilipollas, corto por lo sano. En este último caso, que ayer expuse, tardé tres días porque ella también estaba receptiva. La chavala vive a 90km, pero cuando ya quedé estaba la cosa muy avanzada, y así fue, una cita que empezó a las 9 de la noche y acabó a las tres de la tarde del día siguiente. Epic win.
Habló el mayor de los medianos. Nunca he estado delgado del todo por mi constitución y hace unos meses cogí unos cuantos kg, que ahora los he soltado. He tenido épocas de estar en 87kg, pero también de tener espaldas anchas y brazos como barrotes de hierro por el gimnasio. Tengo buena percha, y aunque con los kg se pierde, algo queda.
Otro envidioso.