Hace 34 días, ahí sigue, uffffffffffffff, qué costra el payaso.
No digo que seamos tontos, digo que él nos percibe así y está, no ya en su derecho, es que la percepción humana y su inifinita subjetividad, así como su impepinable derecho natural a existir, trasciende todas las leyes humanas.
Pienso, ergo percibo.
Que alguien piense que soy tonto, no significa que lo sea. O sea, en mi caso sí, pero a lo que voy es que qué más os da lo que otras personas piensen de vosotros? Si esa percepción es un fenómeno epistemológico que empieza y termina dentro de una pequeña caja de calcio llamada cráneo, que contiene ese cerebro que os percibe como tontos, y de ahí no sale.
Está ahí encerrado.
Lo malo es que, en el caso de la faraona, ese cerebro está conectado a unos brazos como armarios, que como le dé a ese cerebro por empezar a repartir estopa a los tontos, démonos por jodidos.
En otro orden de cosas, hay un atasco en la nacional seis y blablablablaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, mi hermana queridaaaa, blaaaa.