Hay que saber que el oficio de putero tiene algo de vendedor a puerta fría. Cuanta que de cada veinte visitas, solo 1 merecerá la pena.
Yo el martes pasado visité un piso nuevo, iba con la excitación del explorador. Nunca se sabe qué puedes encontrar. El viernes anterior a esa visita tuve una de mis peores expes, y tenía una espinita ahí clavada de un mal polvo, como que no estaba yo bien follado. Me volví a arriesgas y volví a tirar como un niño con zapatos nuevos al picadero. Y zas, ahí estaba la madurita con cuerpo de teens. Sí señor, me dije. Y encima un diez en implicación, el parámetro más importante para un servidor. Estuve tres horas comiéndola el chocho, meciéndola los dedos por culo y chocho, la comí el culo, se la metí por el culo, me la follé de todas las maneras hasta que me daba algún calambre y teníamos que cambiar de posición. Me bebí unas gotitas de orina, la intenté violar pero no se dejó a pelo.
El caso es que grabó en su móvil mi número como "Raul Bombón", pero la dije que lo quitase inmediatamente y que dejase solo Raul. La prometí que la semana próxima volvería.