Claro, el no hacer caso a los consejos de una fémina equivale a la oscura y lóbrega soledad...

Como si ésta tuviera algo de malo, únicamente un hombre es capaz de tener aficiones que le hagan la soledad, no ya llevadera, incluso agradable.
En cualquier caso, no es mi problema: hace años que comparto lecho con una cerda de las de su especie e incluso estoy criando al enemigo en casa en forma de niña de 5 años que ya me empieza a tocar los cojones sobremanera.
Qué bien se está en compañía femenina oh sí...sí por los cojones.