Puedo hacer un Corta Y Pega si eso. Creo que ya domino lo suficiente la técnica como para atreverme.... Ele, ahí va:
Si no fuera por reyes de los documentales como los koalas y los canguros muchos de vosotros no sabríais de la existencia de Australia, y no digamos ya situarlo en un mapa. No os culpo, pero hay que prestar más atención cuando se ve por séptima vez en lo que va de año Cocodrilo Dundee, para conocer estereotipos ochenteros de los vecinos de los kiwis, más que nada. El caso es que en Australia también se hace música, teniendo los ejemplos conocidos por todos (INXS, Crodwed House y Nick Cave, aunque este haya estado más tiempo fuera que dentro) y otros más desconocidos pero no por ello peores: Architecture In Helsinki, The Church, The Triffids, Even As We Speak, The Go-Betweens, The Lucksmiths… y Kylie Minogue, que tiene un público masculino que daría un testículo por conocerla biblicamente, pese a ser más un llavero que una mujer. Desde el 2002 hay que añadir a un grupazo que no hace más que crecer cualitativamente: los Devastations.
Se iniciaron como grupo en Melbourne siendo tres miembros, los tres viriles (tampoco os imaginéis apéndices, que me refiero a su apostura): Tom, Conrad y Hugo. Los dos primeros se alternan según la canción a las voces, siendo Hugo el batería. Para este disco incorporaron a la formación a Andrea Lee e invitaron a Nigel Yang, que colabora componiendo tres temas. La sede operativa del grupo actualmente está en Berlín, lugar geográfico sin duda determinante en el sonido que ha ido labrando el grupo desde sus inicios; a día de hoy es perfectamente reconocible y personal, habiéndose diferenciado de sus influencias más evidentes (Nick Cave, Tindersticks, Depeche Mode y Slint). ¿Podemos hablar ya, por lo tanto, de un sonido Devastations? Humildemente creo que sí, no veo necesidad de esperar al primer plagio.
El disco son poco más de cincuenta minutos de elegancia máxima repartida en diez cortes, y crece con cada escucha. Su sonido es espectacular, y parece hecho para acompañar las imágenes de una película de Wim Wenders (de su buena época) o del David Lynch romántico (que existe); pero también puede acompañar perfectamente una madrugada alcohólica y solitaria (por el tono romántico y decadente) o una sesión maratoniana de sexo (a solas o en compañía). Vale para todo, pudiendo realizar cualquier actividad con él. Ahora viene la comparación procaz: es como un tampax. Esto sólo lo va a entender el sector femenino o los muy fetichistas. Que pena.
Black Ice abre sentando las bases de el tipo de sonido que vamos a oír en los nueve cortes siguientes, dejando paso a una obra maestra llamada Oh Me, Oh My que se desenvuelve con una parsimonia y elegancia no vista en otra canción en el 2007. Pasados los 3 minutos, y coincidiendo con la propuesta de matrimonio, la canción adquiere un aire surreal merced a unos sintetizadores fantasmagóricos, moviéndose a medio camino de lo real y lo soñado hasta el final (volvamos a la cama, apaguemos la luz, hagamos que estamos muertos). Esto hay que escucharlo para poder asimilarlo, claro. Rosa es una sucesión de mini crescendos ruidosos con feedback de guitarra que demuestra que el ruido también puede ser calmo y elegante. Cerrando la cara a tenemos The Pest, otra maravilla. Aquí Tom Carlyon se mueve a medio camino de la expresividad somnolienta y el susurro, resultando un tono muy acertado de cara a buscar la complicidad emotiva del oyente.
La cara b se inicia con As Sparks Fly Upwards, genialidad que parece que va a ser instrumental pero no, pues cerca del final aparece la voz de Conrad Standish. Su continuación, Mistakes, sigue el mismo corte estilístico añadiendo ruidos, distorsión y un ritmo más convencional, amén de una línea de bajo rotunda como pocas. Otra muestra de ruido elegante (¿noise de cabaret?) por parte de los Devastations que tendría que haber sido un éxito, pues cuenta con todo. Desde la página del grupo se puede descargar gratis. The Face Of Love da todo el protagonismo a la voz de Tom de nuevo, que toma las riendas de la canción poniendo a los instrumentos bajo su influencia. Podría considerarse la balada del disco si no fuera porque a mi esa definición me sugiere un matiz negativo (como de disco de Bon Jovi) y la canción es notable, no mereciendo tal apelativo. An Avalanche Of Stars está repleta de ruiditos de estudio, pero metidos con sentido del gusto, como todos los ruidos que se incorporan en el disco (la producción de Glover, Bergner y Coady es muy acertada); el resultado parece obra de una colaboración entre Mum y Brian Ferry. The Saddest Sound es francamente emocionante, sustentandose sólo con la espectacular voz de Conrad y lo que parece ser la Roland TR-808 o algún cacharro analógico de Nigel Yang cerca del final. Para terminar, Misericordia, tema de piadoso título que cierra el disco instrumentalmente, con un piano que simula estar enfermo y unos efectos que parecen abducir su alma. Al menos esa es mi impresión.
En resumen, una de las sorpresas del 2007 y un grupo a seguir muy de cerca. El vinilo no es difícil de encontrar, y el prensaje es óptimo, lo que es de agradecer porque sería una pena perder detalles en un disco tan atmosférico y de pequeños elementos importantes como es este. Que no os engañe el aspecto de proxenetas setenteros que tienen estos tres figuras en la portada, realmente son unos románticos.
------------------------------------------------------------------------------
¿Así te va bien, Gueibol?