Gran Enciclopedia de la Historia del Hijoputismo

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lenobo

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31 Ago 2007
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Que no os quepa la menor duda.
Miles de años de humanidad sobre la faz de la Tierra así lo demuestran.
Los verdaderos y auténticos Hijos de Puta han sido, son y serán los que de verdad han marcado el porvenir de la humanidad. El poder siempre ha estado a su lado y en la mayoría de las ocasiones, el triunfo ha estado acompándolos siglos tras siglos. Ellos, solo ellos son los que han marcado la leyenda gracias a sus actos y hazañas memorables. Ha sido, es y será siempre así.
Si pudiéramos avanzar en el tiempo 1000 años hacia el futuro, comprobaríamos, una vez más, que los hijos de puta son los que han marcado el devenir histórico del planeta de una manera o de otra.

Échemos un vistazo general al pasado.
GRANDES HIJOS DE PUTA DE LA ANTIGUEDAD.

* Mi gran admirado Alejandro Magno.
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Su falta de piedad a la hora de arrasar ciudades le dió ese aura de ser invencible, arrasando ciudades como Tiro y Persépolis, ciudad que redujo a las cenizas, por que sí; porque le salía de los huevos; por su odio in extremis a todo lo que soltara un tufo persa y su denodado rencor hacia Darío III, su odia do rival al que persiguió hasta los confines de la tierra. Alejandro, que gran hijo de puta fuiste.

* Calígula
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Unos de los mayores hijos de puta de toda la historia. Podría ocupar el cajón más alto de un hipotético podium.
Cayo Julio César Augusto Germánico fue su verdadero nombre. Sus actos más sobresalientes iban desde obligar a todas a las mujeres de la alta sociedad romana a prostituirse con el fin de aumentar las arcas del estado hasta abrir el vientre de su hermana Drusilla (que dejó embrazada) con 8 meses de gestación porque no podía esperar más tiempo sin ver como sería su hijo.
Sus relaciones sexuales eran salvajes, de las que hacía partícipe a su amado caballo y disfrutaba aún mas de ellas si a su lado torturaban a un preso. La lista de hijoputadas es amplia.

* Salāh ad-Dīn Yūsuf
Más conocido por todos como Saladino. El terror de los cruzados.
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su gesta más notable, la gran batalla de Los Cuernos de Hattin. Allí pasaron bajo su cimitarra el cuello la casi totalidad del ejercitó cruzado de Guido de Lusignan. La masacre y la victoria fueron asombrosas. El término Jihad ya se empleó por aquel entonces. Esta batalla fue el principio del declive del ejército cruzado en Tierra Santa.
Saladino no tuvo piedad. Tan sólo, y como excepción que confirmaba la regla, en su entrada triunfal en Jerusalén perdonó la vida a todos los que se rindieron ante él.

Poco a poco iré poniendo más.
Ampliemos entre todos la Gran Enciclopedia de la Historia del Hijoputismo
 
Tenía yo entendido que Saladino era considerado sabio, gran estratega y caballero incluso por sus enemigos

Mucho más suave y piadosa fue la conquista de Jerusalem por parte de los caballeros cristianos durante la primera cruzada, propiciada por Urbano II.

Uno de los integrantes de aquella cruzada, Raimundo de Aguilers, canónigo de Puy, escribió:

"Se derramó tanta sangre en la mezquita edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba hasta la rodilla. Cuando no hubo más musulmanes que matar, los jefes del ejército se dirigieron en procesión a la Iglesia del Santo Sepulcro para la ceremonia de acción de gracias".


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foro cultureta style !!!

Atila
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Frank
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y este es el peor :

el pederasta awelo de heidi

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El Nelson Romano

Heliogábalo el horrible
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Según narra Elio Lampridio en la Historia augusta, los excesos de Heliogábalo no tuvieron fin. De comportamiento transexual, buscaba emisarios por toda Roma que le procurasen hombres bien dotados y "representaba en la corte la leyenda de Paris, haciendo él mismo el papel de Venus, de tal manera que, inesperadamente, dejaba caer sus vestidos hasta los pies y se ponía desnudo, de rodillas, con una mano en pecho y otra en los genitales, echando hacia atrás sus nalgas y presentándoselas a su amante. Depilaba todo su cuerpo y configuraba además su rostro con la misma figura que a Venus, pues se consideraba capaz de satisfacer la pasión de muchísimas personas."

En Roma nadie se atrevía a rechazar una invitación para cenar con el emperador. Lo mejor que se podía esperar era una velada de lo más desagradable; lo peor una muerte particularmente indigna. Porque el joven emperador dedicó su corto reinado a gastar pesadísimas bromas a algunos de sus infortunados súbditos.
Una de sus diversiones predilectas era invitar a cenar a los siete hombres más gordos de Roma. Se les sentaba en almohadones llenos de aire que eran pinchados de improviso por unos esclavos, derribando al suelo a los obesos comensales. A otros invitados se les servía comida artificial elaborada con cristal, mármol y marfil. La etiqueta exigía que la comieran.

Cuando se servía auténtica comida, los invitados debían estar preparados para encontrar arañas en la gelatina o excremento de león en la repostería. Quien comía demasiado y se quedaba adormilado podía despertar en una habitación llena de leones, leopardos y osos. Si sobrevivía a la impresión pronto descubría que los animales estaban domesticados.
Heliogábalo era muy aficionado a los animales, y con frecuencia su carroza era tirada por perros, ciervos, leones o tigres. Pero existían las mismas probabilidades de verlo llegar a una ceremonia oficial en una carreta tirada por mujeres desnudas
 
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Esto hoy en dia es pecado macho... si es q cuanto se a perdido de la cultura popular...
 
Tambien hijosdeputa todos ellos:

La santa inquisicion.

y el capitan general de todos los hijos de la gran puta aquellos, es decir,

el gran hijo de puta : Tomas de Torquemada
mirad que cara de bastardo blasfemo tragalefas tiene:

https://es.wikipedia.org/wiki/Tomás_de_Torquemada

lenobo, anda, hijo de puta, hazle honores a tito tomasin... que no tengo ni putaidea de insertar mierdas aki.
 
Para muchos este era un hijo de puta.Yo creo que era un heroe y un fenomeno.

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Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba.


Un poco de copy&paste que me acabo de despertar:

Nació en Piedrahita, provincia de Ávila, el 29 de octubre de 1507. Era hijo de García Álvarez de Toledo y Beatriz Pimentel, y nieto de Fadrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba. Siguiendo la línea dinástica le hubiera correspondido a García ser el tercer duque, mas éste murió en una campaña en África en 1510, por lo que al fallecer Fadrique en 1531 el título ducal pasó directamente a su nieto Fernando como varón primogénito de García.

Estuvo siempre al servicio de los monarcas españoles, bien fuese de Carlos I en principio o bien de Felipe II después. Su dedicación a las armas fue constante desde muy joven, hasta el punto de que con tan sólo 6 años acompañó a su abuelo a Navarra con el ejército que la tomó. En 1524, cuando contaba 17 años, se unió sin el permiso familiar a las tropas del Condestable de Castilla Íñigo de Velasco que sitiaron y rindieron la plaza de Fuenterrabía ocupada por franceses y navarros; por su intervención en la exitosa contienda fue nombrado gobernador de Fuenterrabía.

Siendo ya duque de Alba acudió en 1532 a la llamada del emperador Carlos V y marchó a Viena acompañado de su amigo Garcilaso de la Vega para defenderla del acoso otomano. No fue preciso entrar en combate, pues visto el formidable ejército imperial de más de 200.000 hombres, los turcos levantaron el asedio. Donde sí tuvo ocasión de luchar fue en Túnez: a primeros de junio de 1535 embarcó en Cagliari con el contingente militar que mandaba el marqués del Vasto; el 14 de julio cayó la fortaleza de La Goleta y una semana después la propia ciudad de Túnez defendida por Barbarroja. En 1547 el emperador tuvo que enfrentarse a las fuerzas protestantes de la Liga de Esmalcalda; el duque de Alba estaba al mando de los tercios españoles que intervinieron en la batalla de Mühlberg, a orillas del río Elba, con victoria de las armas imperiales. Aunque a veces los cronistas españoles le han atribuido el éxito a título personal, lo cierto es que el duque fue uno más de los comandantes que se distinguieron en aquella ocasión en la que la arcabucería de los tercios españoles desempeñó un papel destacado.

El primer servicio personal que prestó a Felipe II fue acompañarlo a Inglaterra con motivo de su matrimonio con María Tudor; fue uno de los 15 grandes de España que asistió a la ceremonia en la abadía de Winchester el día 25 de julio de 1554. Al año siguiente se aviva en Italia el conflicto entre Francia y España; el duque de Alba es enviado allí como capitán general, gobernador de Milán (1555) y virrey de Nápoles (1556). El recién nombrado papa Pablo IV, enemigo visceral de los Habsburgo, incita a Enrique II de Francia a expulsar a los españoles de Italia, para lo cual une sus propias tropas a las del francés mientras que en julio de 1556 declara a Felipe II desposeído de su título de rey de Nápoles. El duque no esperó más y se dirigió a Roma al frente de 12.000 soldados; ante tal amenaza el papa pidió una tregua parlamentada, tiempo que aprovechó para que un ejército francés mandado por Francisco de Guisa entrase por el norte de Italia y marchase hacia Nápoles. Pronto fue llamado el duque de Guisa de retorno a Francia pues se acababa de producir el descalabro de San Quintín y se le necesitaba allí. Las tropas papales fueron arrolladas por las españolas y el duque de Alba entró victorioso en Roma en septiembre de 1557. El papa solicitó la paz y la obtuvo.

En 1566 hubo revueltas y desórdenes en los Países Bajos causadas por los herejes calvinistas. Para atajarlas envió Felipe II al duque de Alba al mando de un poderoso ejército que llegó a Bruselas el 22 de agosto de 1567. Pocos días después, el 5 de septiembre, establecía el «Tribunal de los Tumultos» (popularmente conocido como «Tribunal de la sangre») para juzgar a los responsables de los disturbios del año anterior. El Tribunal actuó con extraordinario rigor y fueron muchos los ajusticiados entre los que se contó el propio conde de Egmont, general católico al servicio de Felipe II que estuvo al frente de la caballería que venció a los franceses en la batalla de San Quintín. Por otro lado, el mantenimiento de las tropas llevadas a Flandes acarreaba cuantiosos gastos económicos que forzaron al duque a imponer nuevos tributos a la población. Algunas ciudades, entre ellas Utrech, se negaron al pago del «diezmo» y se declararon en rebeldía. Este estado de cosas propició la intervención desde el exterior del insumiso Guillermo Nassau, príncipe de Orange, que contó con la ayuda de los hugonotes franceses. Las acciones militares fueron constantes y la situación política no mejoró en modo alguno. Ante este fracaso, Felipe II le relevó de su misión y dispuso su retorno a España en 1573.

Su hijo y heredero Fadrique había dado promesas de matrimonio a Magdalena de Guzmán, pero no las cumplió, lo que le costó el arresto y encarcelamiento en el Castillo de La Mota, en Medina, en 1566. Al año siguiente fue puesto en libertad para que pudiera marchar con su padre a Flandes prestando servicio en el ejército. En 1571, Fadrique, con el apoyo de su padre, se casó en secreto con María de Toledo, hija de García de Toledo, marqués de Villafranca y virrey de Sicilia, primo del duque de Alba. Cuando al regreso del duque y su hijo a Madrid, en 1574, se conoció lo sucedido, el rey ordenó abrir un proceso que concluyó en 1579 con la condena a prisión de Fadrique que fue confinado de nuevo en el castillo de la Mota, y el destierro de la corte y exilio a Uceda del propio duque de Alba.

Fue rehabilitado en 1580 cuando Felipe II, que optaba al trono de Portugal vacante tras la muerte del rey Don Sebastián, sobrino suyo, precisó otra vez de los servicios del duque para neutralizar militarmente las pretensiones monárquicas del prior de Crato, Don Antonio. Venció al ejército portugués del general Diego de Meneses y entró triunfante en Lisboa, despejando el camino para la llegada de Felipe II. Obtuvo en recompensa el título de condestable de Portugal.

Murió en Lisboa el 11 de diciembre de 1582. Sus restos fueron trasladados a Alba de Tormes donde fue enterrado en el convento de San Leonardo. Trasladado más tarde a Salamanca, actualmente descansa en San Esteban.
 
MrLosantos rebuznó:
Para muchos este era un hijo de puta.Yo creo que era un heroe y un fenomeno.

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Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba.


Un poco de copy&paste que me acabo de despertar:

Nació en Piedrahita, provincia de Ávila, el 29 de octubre de 1507. Era hijo de García Álvarez de Toledo y Beatriz Pimentel, y nieto de Fadrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba. Siguiendo la línea dinástica le hubiera correspondido a García ser el tercer duque, mas éste murió en una campaña en África en 1510, por lo que al fallecer Fadrique en 1531 el título ducal pasó directamente a su nieto Fernando como varón primogénito de García.

Estuvo siempre al servicio de los monarcas españoles, bien fuese de Carlos I en principio o bien de Felipe II después. Su dedicación a las armas fue constante desde muy joven, hasta el punto de que con tan sólo 6 años acompañó a su abuelo a Navarra con el ejército que la tomó. En 1524, cuando contaba 17 años, se unió sin el permiso familiar a las tropas del Condestable de Castilla Íñigo de Velasco que sitiaron y rindieron la plaza de Fuenterrabía ocupada por franceses y navarros; por su intervención en la exitosa contienda fue nombrado gobernador de Fuenterrabía.

Siendo ya duque de Alba acudió en 1532 a la llamada del emperador Carlos V y marchó a Viena acompañado de su amigo Garcilaso de la Vega para defenderla del acoso otomano. No fue preciso entrar en combate, pues visto el formidable ejército imperial de más de 200.000 hombres, los turcos levantaron el asedio. Donde sí tuvo ocasión de luchar fue en Túnez: a primeros de junio de 1535 embarcó en Cagliari con el contingente militar que mandaba el marqués del Vasto; el 14 de julio cayó la fortaleza de La Goleta y una semana después la propia ciudad de Túnez defendida por Barbarroja. En 1547 el emperador tuvo que enfrentarse a las fuerzas protestantes de la Liga de Esmalcalda; el duque de Alba estaba al mando de los tercios españoles que intervinieron en la batalla de Mühlberg, a orillas del río Elba, con victoria de las armas imperiales. Aunque a veces los cronistas españoles le han atribuido el éxito a título personal, lo cierto es que el duque fue uno más de los comandantes que se distinguieron en aquella ocasión en la que la arcabucería de los tercios españoles desempeñó un papel destacado.

El primer servicio personal que prestó a Felipe II fue acompañarlo a Inglaterra con motivo de su matrimonio con María Tudor; fue uno de los 15 grandes de España que asistió a la ceremonia en la abadía de Winchester el día 25 de julio de 1554. Al año siguiente se aviva en Italia el conflicto entre Francia y España; el duque de Alba es enviado allí como capitán general, gobernador de Milán (1555) y virrey de Nápoles (1556). El recién nombrado papa Pablo IV, enemigo visceral de los Habsburgo, incita a Enrique II de Francia a expulsar a los españoles de Italia, para lo cual une sus propias tropas a las del francés mientras que en julio de 1556 declara a Felipe II desposeído de su título de rey de Nápoles. El duque no esperó más y se dirigió a Roma al frente de 12.000 soldados; ante tal amenaza el papa pidió una tregua parlamentada, tiempo que aprovechó para que un ejército francés mandado por Francisco de Guisa entrase por el norte de Italia y marchase hacia Nápoles. Pronto fue llamado el duque de Guisa de retorno a Francia pues se acababa de producir el descalabro de San Quintín y se le necesitaba allí. Las tropas papales fueron arrolladas por las españolas y el duque de Alba entró victorioso en Roma en septiembre de 1557. El papa solicitó la paz y la obtuvo.

En 1566 hubo revueltas y desórdenes en los Países Bajos causadas por los herejes calvinistas. Para atajarlas envió Felipe II al duque de Alba al mando de un poderoso ejército que llegó a Bruselas el 22 de agosto de 1567. Pocos días después, el 5 de septiembre, establecía el «Tribunal de los Tumultos» (popularmente conocido como «Tribunal de la sangre») para juzgar a los responsables de los disturbios del año anterior. El Tribunal actuó con extraordinario rigor y fueron muchos los ajusticiados entre los que se contó el propio conde de Egmont, general católico al servicio de Felipe II que estuvo al frente de la caballería que venció a los franceses en la batalla de San Quintín. Por otro lado, el mantenimiento de las tropas llevadas a Flandes acarreaba cuantiosos gastos económicos que forzaron al duque a imponer nuevos tributos a la población. Algunas ciudades, entre ellas Utrech, se negaron al pago del «diezmo» y se declararon en rebeldía. Este estado de cosas propició la intervención desde el exterior del insumiso Guillermo Nassau, príncipe de Orange, que contó con la ayuda de los hugonotes franceses. Las acciones militares fueron constantes y la situación política no mejoró en modo alguno. Ante este fracaso, Felipe II le relevó de su misión y dispuso su retorno a España en 1573.

Su hijo y heredero Fadrique había dado promesas de matrimonio a Magdalena de Guzmán, pero no las cumplió, lo que le costó el arresto y encarcelamiento en el Castillo de La Mota, en Medina, en 1566. Al año siguiente fue puesto en libertad para que pudiera marchar con su padre a Flandes prestando servicio en el ejército. En 1571, Fadrique, con el apoyo de su padre, se casó en secreto con María de Toledo, hija de García de Toledo, marqués de Villafranca y virrey de Sicilia, primo del duque de Alba. Cuando al regreso del duque y su hijo a Madrid, en 1574, se conoció lo sucedido, el rey ordenó abrir un proceso que concluyó en 1579 con la condena a prisión de Fadrique que fue confinado de nuevo en el castillo de la Mota, y el destierro de la corte y exilio a Uceda del propio duque de Alba.

Fue rehabilitado en 1580 cuando Felipe II, que optaba al trono de Portugal vacante tras la muerte del rey Don Sebastián, sobrino suyo, precisó otra vez de los servicios del duque para neutralizar militarmente las pretensiones monárquicas del prior de Crato, Don Antonio. Venció al ejército portugués del general Diego de Meneses y entró triunfante en Lisboa, despejando el camino para la llegada de Felipe II. Obtuvo en recompensa el título de condestable de Portugal.

Murió en Lisboa el 11 de diciembre de 1582. Sus restos fueron trasladados a Alba de Tormes donde fue enterrado en el convento de San Leonardo. Trasladado más tarde a Salamanca, actualmente descansa en San Esteban.


qué forma de ensuciar un apellido !!! jijiji,. muellllllllllte

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Muy buen post.

La verdad es que es lamentable que se ensucie semejante título con la pedorra de la cayetana mother.

Vaya par de cojones debía tener este caballero.
 
El gran Adolf Hitler fue uno de los mas hijoputas de la historia.

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Pero el hijoputa mas grande que existio fue el mismisimo Jerjes.

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PD: No, es evidente que no es el de la foto.
 
Aqui dos hijo putas de Corea del Norte:

Kim Il-Sung

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Kim Jong il


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Los muy hijo de putas han gobernado Corea del Norte, mientras los probres nor-coreanos pasan hambre y solo se dedican a hacer desfiles.
 
Kim Yong Il es amo, casi tanto como lo fue en su dia Enver Hoxa.

Por encima de Hitler yo pondria al amijo Goebbels, que ademas de malo y cojo era listo como un lisiado. Obviando lo de la inteligencia, como un Jimenez Losantos, vaya.

Y echo a faltar la caciquil figura del idolo de la juventud, Don Rafael Medina.
 
Otro hijo de la gran puta, a este le salio el tiro por la culata cuando vino a tocarnos los cojones

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Los de derechas, los asturianos, los españoles en general, 4 de málaga, el padre e hijo que hacían la serie chunga y se apellidaban van die o van diem o su puta madre, uno era casper creo, los que no pagan su ronda, el que apura el peta para que fumes ceniza, el del estanco que no tiene amsterdamner, perez reverte, anguita, los de telefónica y al fin y al cabo el que lee esto (el que lo escribe aún más).
 
Hernán Cortés y Francisco Pizarro. Dejaron un recuerdo imborrable de nuestro país en tierras panchitas. A saber la que hubieran liao si ya hubiera existido el reguetón.

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