Britpop rebuznó:
"Tu grupo" es igual o peor. ¿Estar tonteando con otros tíos teniendo novio para acabar haciendo un salto de liana, son cuernos? No, no son cuernos porque no coincide la infidelidad en espacio-tiempo, pero puterío hay y mucho. Y esto lo hacen todas todas las chicas de bien.
La monogamia sucesiva es otra demostración de la inutilidad de jugar cuando juegas contra el que ha escrito las reglas.
mister4 rebuznó:
Cosas que puntualizar: os dejo barato el kg de portland
Mi muy ilustrado, humanista y nunca lo suficientemente apreciado hamigo: hijo de puta.
Y una vez cumplidas las formalidades te digo que eres un optimista sin remedio. Hablas de mi pozal y del tuyo como si fueran compartimentos distintos, como si creyeras que yo voy a pachá madrit a ligar con camiseta de tirantes a la escoria infecta e irremediablemente infiel que nunca contagiará a tus estudiantes de psicología y bellas artes. No hay nada más permeable que la mente femenina, la que hoy te promete compromiso y te habla de la confianza es posible que si eructa te haga llegar reminiscencias afrutadas de mi zumo ultravitaminado. Y no por cómo seas tú o cómo sea yo, sino por cómo son ellas, es decir, muy zorrillas. Y ojo que no estoy hablando solamente de las jennis con las que tú me asocias: las universitarias instruídas y de tacón fino tambien suelen volver a casa con carreras en las medias, si les preguntas te hablarán del mercadillo, que siempre es más elegante que reconocer que han estado arrodilladas chupando pollas.
Eres demasiado optimista hablando de puntos de noviazgo y descartes. Una novia no se elige, una novia viene dada, es la novia, TU novia, la que te cae en suerte en un momento dado por las circunstancias más variadas. Una novia no se escoge según las cualidades y se descarta si no te gusta. Lo que se elige es la credibilidad y peso que se le da en tu vida. Con los defectos de una novia se hace la vista gorda, porque humanos somos todos, con la esperanza de que pese más lo bueno que lo malo. Si no es así se la deja ir y adiós muy buenas, que es lo más común, pero si empieza a sonar la flauta es cuando se habla de hamor y todas esas polladas y constructos mentales en los que se mete la gente para animar sus putas mierdas de vidas anodinas y grises.
Me viene a la cabeza mi abuela. Mi abuela era analfabeta, nunca fue al colegio, mi abuelo le enseñó de niña el idioma, a leer y a escribir su nombre. A partir de ahí fue ella la que aprendió por ella misma hasta el punto que fue ella quien me contagió el amor por la literatura, descubriéndome de niño a Alejandro Dumas. Cuando después de la guerra encerraron a mi abuelo mi abuela se pateó el barrio, suplicó, peleó y discutió, infló a hostias al que lo había denunciado y lo llevó a rastras a la modelo para hacerle jurar y perjurar que mi abuelo era de los del cara al sol cada mañana. Durante la crisis del petróleo a mi abuelo se le hundió el negocio, tuvo una crisis nerviosa, se la cayó todo el pelo y perdió la movilidad y la facultad de habla. Se pasaba el día en la cama con llagas en la espalda de no poder moverse, cagándose y meándose encima. Mi abuela lo estuvo cambiando cada día, bañándolo con una esponja y obligándolo a comer a cucharadas, porque mi abuelo había perdido el hambre y las ganas de vivir, sin que una puta queja saliera de su boca nunca.
Por mujeres así uno se casa, se amarra la polla, habla de compromisos y amores sin que se le caiga la cara de vergüenza interiormente al sentirse un puto gilipollas. Se deja romper la cara o se lía a navajazos si es necesario. Pero por una petarda, pero con una novia... "es que pides imposibles", "es que los tiempos han cambiado...". Pues eso digo yo, hamigo, pues eso digo yo.