saca-al-tarado
Clásico
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- 22 Mar 2006
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De ligar trata el foro, aunque las más de las veces nos andemos por las ramas. Desbarramos, nos enfrentamos, discutimos, pontificamos, nos ponemos verdes unos a otros en definitiva.
De cuando en cuando surgen los hilos acerca de revolucionarios métodos para alcanzar convertirse en castigadores o en mujeres fatales, según corresponda. En ocasiones hay quienes nos regalan con anécdotas descacharrantes o post didácticos acerca de los infiernos en que cabe enredarse cuando manda la entrepierna sobre la cabeza.
Si resultásemos individuos coherentes, que por suerte no lo somos pues éste acabaría por ser un foro monotemático y aburrido, haríamos gala de orden y disciplina y sistematizaríamos en diversos hilos las mil y una tácticas en que se resume ese santo grial de la obtención de una pieza más cuya cabeza añadir a la sala de trofeos.
Todo parece resumirse en la actitud, en una moral de victoria inquebrantable; amén de en técnicas, trucos, disimulos, tretas, estratagemas, urdimbres y malas artes pero,... Sí, damas y caballeros, incluso quien a ustedes se dirige, quien jamás conoció ni apeteció las mieles del amor, no dejará de reconocer que el factor decisivo se centra en la afinidad, tenga ésta su origen en la bioquímica, resida en algún rincón del espíritu o sea combinación de todo ello (queda la cuestión a gusto de cada cual). Y sin embargo considero indiscutible que las afinidades encuentran uno de sus campos más propicios para germinar en lo intelectual, los gustos, incluso en las manías.
Propongo a los foreros, si lo tienen a bien, exponer algunas de esas pequeñas perlas (de todo género) que atesoran como propias y que cuando las perciben compartidas con alguien ello les impulsa a una automática corriente de conexión, empatía o incluso atracción. Por mi parte ahí van algunas debilidades:
Un Wally 118 a toda máquina:
El Riley MPH:
.- Las variaciones Goldberg:
.- La pasión por el CINE:
De cuando en cuando surgen los hilos acerca de revolucionarios métodos para alcanzar convertirse en castigadores o en mujeres fatales, según corresponda. En ocasiones hay quienes nos regalan con anécdotas descacharrantes o post didácticos acerca de los infiernos en que cabe enredarse cuando manda la entrepierna sobre la cabeza.
Si resultásemos individuos coherentes, que por suerte no lo somos pues éste acabaría por ser un foro monotemático y aburrido, haríamos gala de orden y disciplina y sistematizaríamos en diversos hilos las mil y una tácticas en que se resume ese santo grial de la obtención de una pieza más cuya cabeza añadir a la sala de trofeos.
Todo parece resumirse en la actitud, en una moral de victoria inquebrantable; amén de en técnicas, trucos, disimulos, tretas, estratagemas, urdimbres y malas artes pero,... Sí, damas y caballeros, incluso quien a ustedes se dirige, quien jamás conoció ni apeteció las mieles del amor, no dejará de reconocer que el factor decisivo se centra en la afinidad, tenga ésta su origen en la bioquímica, resida en algún rincón del espíritu o sea combinación de todo ello (queda la cuestión a gusto de cada cual). Y sin embargo considero indiscutible que las afinidades encuentran uno de sus campos más propicios para germinar en lo intelectual, los gustos, incluso en las manías.
Propongo a los foreros, si lo tienen a bien, exponer algunas de esas pequeñas perlas (de todo género) que atesoran como propias y que cuando las perciben compartidas con alguien ello les impulsa a una automática corriente de conexión, empatía o incluso atracción. Por mi parte ahí van algunas debilidades:
Un Wally 118 a toda máquina:

El Riley MPH:

.- Las variaciones Goldberg:
.- La pasión por el CINE: