Había un perro en mi pueblo que tenía dueño, pero no lo parecía; el pobre era feo, se le enredaba su propio pelo, tenía las cejas bajas dando pena, andaba encorbado, comía en la calle, siempre llevaba algún lapo y las patas sucias y su único truco era dar la pata. Si el pobre no estaba a la hora, se le cerraba la puerta y dormía fuera. Cuando lo hacía dentro, su espíritu emprendedor y aventurero lo llevaban al pueblo de al lado a follarse a otro perros, masculinos;...........................