Desde que mandé a mi ex a tomar por culo, disfruto como un puto enano durmiendo con mi perro. Menos follar y mamadas, hasta la cucharilla en invierno hacemos, oigan.
Joder, no se si cagar esta mierda aquí o en el hilo de pussisandbongs.
Hará cinco o seis años que yendo de mamoneo después de una cena de colegas, nos cruzamos con un grupo de hembras y nos paramos a hablar con ellas. Yo le iba contando a uno de ellos que en cuanto pasan de los treinta lo de meter el pito en adobo con podridas de la vida y zorras beodas esta cantao a poco que les des palique. A los cinco minutos, no sé que hostias le dije a una de ellas, que ya le estaba metiendo el morro en medio de la calle, con lo que quede como el puto titán que soy.
Cambio de teléfonos con la tía y ya te llamare y tal, y cada grupo a lo suyo. Al final de la noche me la volví a encontrar en el ultimo garito, y como no daba mas de si la melopea, le volví a entrar y acabamos en su casa que pillaba mas cerca.
Abre la puerta de su casa, y aparece la imagen de la desolación, la tristeza y la decadencia en forma de dálmata viejuno y cascao con cataratas, que como no se ven mucho por aquí yo me los hacia mas grandotes a esos chuchos. Pues la tía hablándole al can con voz atiplada como si fuese sucnor, cosa que no descarto ni en el caso del perro, ni en el de ella.
Nos ponemos melosos y vamos al catre de una puta vez con el puto perro detrás, porque decía que si no dormía con ella en su habitación pues se ponía nervioso y lloraba, y si que es cierto que el saco ese de caparras no paraba de llorar como si fuese un cornudo a punto de consentir. Metidos en harina con la jaca encima mio, hubo que parar un par de veces para sacarlo de la cama. Ya me estaba costando trempar del ciego que yo que llevaba, y como ella iba incluso peor, pues como para andar con hostias con el can cabrón. Al fin empalmo bien con ella encima, y al ir a metérsela no le entraba mas que la punta de mi carajo.
Estupendo, otra chirla con vaginismo.
Lo dejamos para el día siguiente, porque estábamos demasiado cocidos y porque note que le daba un poco de vergüenza el asunto a la pobre yegua, y así con las mismas nos quedamos sopa.
A la mañana me despierto notando unas friegas húmedas en los bajos y pienso; ¡Coño! Si ha amanecido juguetona la niña. Abro los ojos sonriendo y me encuentro los ojos glaucos del bichoputa de su perro clavados en los míos mientras me estaba lamiendo los cojones. Le arree una coz en toda la jeta que espero se le desprendiese lo poco de retina sana que le quedaba. Al ruido de los chillidos que soltaba el mamón desde donde aterrizo del hostión, se despertó la dueña, que al menos no se cosco de la muvi.
Al de un rato, intentamos el segundo asalto, y como soy un caballero, y aunque no sea hombre de comer conejo, me puse a chuparle poco a poco el enanito del bosque a la torda para que se le abriese bien el chumino y poder metérsela a gusto. En eso estaba cuando tuve una especie de llamémoslo epifanía y ví la luz; ¡Me cagon la hostia y el copón de semen de Cristo! ¡A que me estoy comiendo lo que se desayuna el puto chucho todos los días! ¡Me cagon la coño angosto esta que me esta dando de jamar dog chow! Pensado para mis adentros.
Con la mejor de mis sonrisas le deje de papear el papo, le agarre de los muslos y me la acerque a la puntalnabo. Te vas a enterar, pensé. Le empecé a frotar el capullo por la raja y en cuanto note a la zoofila de mierda gozando con la mirada distraída, le pegué una raspada de coño clavándole ochenta y cuatro kilos de ariete en forma de buena polla alavesa hasta que hice tope en los cojones, que ni una miope menopáusica en la puerta del copiloto con la columna del garaje.
Si a mi me dolió como si me hubiese follao a la licuadora, pues imaginaros a ella. Creo que se le corto la respiración y todo. Eso si que era estado de shock y lo demás son hostias. He de admitir que mientras estaba paralizada de la raspada, el otro par de embestidas que le metí igual si que fueron un ápice sádicas. El caso, es que en cuanto se le paso el escozor, me folló como si no hubiese un mañana. Luego ya hablando me dijo que llevaba mazo sin darle al fuelle y que la noche anterior estaba muy nervi y tal. Yo dije que amén, amén a todo y le di puerta a esta tocada del higo la próxima vez que nos vimos.
Volviendo al tema chuchos, suelen decir que se acaban pareciendo al dueño, un cojón. La mierda de perro esa se acabo pareciendo al marido en caso de haberlo tenido, creo yo.
Suscribo lo que dicen por ahí arriba, los perros en su puto sitio, que es fuera de casa. He tenido siempre chuchos y sigo teniendo uno en la huerta, y ok que son fieles y buena compañía, pero ante todo son una herramienta para un fin determinado, ya sea caza, guarda, salvamento, etc. Por eso los domesticamos, copón, porque nos son útiles en ciertos ámbitos, de la misma manera que hemos domesticado a las vacas, porque no son útiles en otro ámbito, el alimenticio. Lo mismo con la selección artificial que hemos hecho a lo largo de los milenios con los vegetales que consumimos.
Lo que no puede ser es que una herramienta que hemos pulido y perfilado a lo largo de milenios para fines específicos se acabe convirtiendo en el sustituto de una pareja humana, o en el ensayo de crianza de un montón de parejitas antes de tener desechos genéticos. Cierto que hay razas de chuchos especificas para compañía o que se adaptan mejor a este rol, Pero hasta el nabo de ver pastores volviéndose majaras en una ciudad por poner un ejemplo. Lo mismo que intentar cortar los filetes con una cuchara.
Perdón por el tochaco y tal.