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Becerro de oro rebuznó:Si que casualidad, un judío suizo pero oportunamente convertido en cristiano (Helvetia es uno de los mejores excipientes de Sión, donde los juden mantienen a buen recado el botín de sus tropelías) que se asienta en Caspalunya, se cataliniza completamente y donde crea un club de futbol que es el principal vector del antiespañolismo en Caspalunya y fuera de ella.
Claro, la creación de un club deportivo en las postimetrías del cambio de siglo es un hecho inaudito en la historia de Europa, un fenómeno raro y singular sobre el que merece la pena investigar. No puede ser una mera coincidencia, seguro que es un artificio del sionismo para dinamitar la unidad de España. Seguro que BSTT tiene algo que decir al respecto.
El barça ha sido catalanista, o lo fue en el pasado, porque ese era el sentimiento de base de sus aficionados. Te lo creas o no, el catalanismo no ha sido una creación política reciente fraguada en las ikastolas pujolistas.
Becerro de oro rebuznó:El Farça es un caballo de troya para lograr el desmembramiento de España (país nada del agrado de Sión y fronterizo con Francia, otro de sus mejores excipientes), ahora también preparado para difundir el mensaje globalizador chupi-progre-cool-multiculto de Unicef y demás parafernalia.
No seas falaz, el chupismo multicultural no es exclusivo del barça, es patrimonio de absolutamente todas las instituciones deportivas y no deportivas que existen porque es la tendencia a nivel mundial. Nadie quiere quedar obsoleto. No es algo que deba forzarse y meter con calzador en los estatutos sino que los mismos socios de base crecen con esos valores mundialistas inculcados. Pasa incluso en el mandril, otrora garante y centinela moral de los valores patrios más puros como el farias y los guantazos correctivos a la parienta.