Esta consola me consiguió a mi novia más querida y amada de todos los tiempos.
Vi su mail en una revista de tebeos (había ganado un concurso) y me decidí a escribirle dreamcast mediante. Nos escribíamos todos los días uno o dos mails y era la única manera de ponernos en contacto, ya que por entonces el messenger no era ni la mitad de conocido y por precaución ella, al principio, no me dio su teléfono. Así estuvimos más de un mes hasta que finalmente pasamos a llamarnos por teléfono.
La inusitada potencia del módem del pleistoceno de esta consola, posibilitó una historia de amor épica, trágica y llena de momentos lúdico-concupiscentes. La mejor consola del mundo: no sólo tenía juegos cojonudos, además gracias a ella un freak asturiano conoció a la madrileña más hermosa del mundo.
Por cierto cuando quiso conocerme, yo fui el que hizo que viniera a verme a la tierra de don Pelayo: 500 kms para encontrarse con un inadaptado social más feo que picio, incluso así a las dos horas de conocernos estábamos follando como locos.
SEGA RULES.